Manuel Somoza

Inversión inteligente

Manuel Somoza

24 Mar, 2011

Las plagas del primer trimestre

No cabe duda que cuando hay malas noticias, vienen todas juntas. Empezamos el presente año con expectativas optimistas y positivas, y de repente surgieron problemas que con excepción del de Europa, no se anticipaban; o por lo menos yo, nunca los vi venir.

El tema europeo, sí sabíamos que iba a estar presente a lo largo del año y la razón es bastante sencilla: Los apoyos y paquetes de ayuda que puso la comunidad financiera internacional, y en forma muy concreta el Banco Central Europeo, para aliviar las dificultades que le causa a los PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España) el enorme tamaño de su deuda, fueron en su momento paquetes de ayuda incapaces de resolver los problemas estructurales de los mencionados países, ya que fueron diseñados para comprar tiempo y darle a las economías afectadas, la oportunidad de reestructurarse financieramente, reducir sus déficit y eventualmente en el tiempo, ir haciendo su endeudamiento más razonable en función al tamaño de sus economías.

En 2010 se tuvo que rescatar a la economía de Grecia, más tarde a Irlanda y ahora, la que está en la palestra es la economía Portuguesa. Tampoco se puede soslayar que la banca española, de alguna manera, no ha transparentado la problemática hipotecaria de sus cajas de ahorro y bancos. Así las cosas, Europa sigue luchando para resolver sus temas, pero no deja de ser una preocupación para la comunidad financiera internacional.

El asunto de Libia lo tocamos la semana antepasada, y la situación hoy en ese país es muy distinta a la de hace 15 días: Gadahfi y su gobierno están acorralados ante una ofensiva generalizada de Occidente, y apoyada (aunque en forma discreta) por los países que forman la liga Árabe. Lo que es difícil, es hacer suposiciones de cómo va a terminar este conflicto y cuánto tiempo tomará. Sobre estos acontecimientos, lo que más preocupa no es que se pierdan los 1.6 millones de barriles que en forma diaria produce Libia, sino que la problemática de Oriente Medio pudiera contaminar a Arabia Saudita, ya que este país, sí es el productor individual más importante del mundo.

La tragedia en Japón era lo único que faltaba para trastocar el entorno del primer trimestre, lo verdaderamente irreparable es la enorme pérdida de vidas humanas y la tristeza de los muchos que perdieron todo. El problema real, de fondo en Japón, radica en la posibilidad de una contaminación nuclear que sería gravísima; afortunadamente, las últimas noticias nos dan la esperanza de que la situación se pueda estabilizar. Por lo que respecta a la destrucción de activos e infraestructura, le dan la oportunidad a la economía japonesa de salir fortalecida. Se destruyeron bienes tangibles, pero no se debilitó la voluntad, la entereza y la disciplina de ese pueblo maravilloso. Estas tres calamidades a las que me he referido, por importantes que suenan, no creo que tengan la fuerza para descarrilar el crecimiento de la economía mundial en 2011; ciertamente le imprimen inestabilidad y volatilidad a los mercados, generan angustia y crean incertidumbre; sin embargo, insisto, con los datos en la mano al día de hoy, estos tres problemas mencionados, se van a ir resolviendo poco a poco.

Los inversionistas avezados, ante estas circunstancias, se protegen con una diversificación adecuada de sus portafolios entre opciones de renta fija y renta variable, y guardan su liquidez con miras de poder cazar oportunidades que seguramente se van a presentar.

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