Auditoría forense vs. Corrupción

Todos los días nos enteramos por medio de la prensa escrita o hablada que se pierden juicios por parte de las autoridades o acusadores por falta de pruebas suficientes que demuestren ante la justicia que un individuo u organización es culpable, y que a pesar de la flagrancia de los delitos, no se pudieron avalar con pruebas legítimas de documentos y hechos reales.

La investigación documental acerca del delito refleja poca profesionalización en el desarrollo del mismo, por lo que el contador público encuentra en esta disciplina un importante nicho para desempeñar lo que desde siempre ha hecho: verificar, investigar, respaldar e informar de hechos pasados, lo que ahora conocemos como auditoría forense.

El término forense proviene del término latino forensis, que significa público. Lo forense, por lo tanto, está estrechamente vinculado a la administración de justicia, en el sentido de aportar pruebas de carácter público, que puedan ser discutidas y analizadas abiertamente (el foro).

La auditoría forense en una definición generalizada, es el uso de técnicas de investigación criminalística integradas con la contabilidad, conocimientos jurídicos procesales, y con habilidades en finanzas y negocios, para manifestar información y opiniones como pruebas en tribunales.

Relativamente, la auditoría forense es nueva, pero cada vez más importante en el ambiente empresarial; se está convirtiendo rápidamente en uno de los campos más fascinantes debido a su globalización y a las nuevas tecnologías.

Como sistema de control e investigación, la auditoría forense provee de evidencias necesarias para enfrentar los delitos cometidos por funcionarios y empleados del sector público y privado, de esta forma se pueden controlar los múltiples fraudes cometidos en perjuicio de las empresas o instituciones.

La auditoría de investigación legal, como es la justificación de la auditoría forense, es una especialización de la auditoría tradicional. La auditoría forense es una herramienta muy valiosa en la aplicación de la justicia, por lo tanto debe ser un proceso legal que se derive de una serie de protocolos, como lo es la autorización de una entidad oficial (fiscalía, procuraduría, contraloría, revisoría fiscal, juzgado civil o penal, etcétera).

Este procedimiento es de tipo investigativo y lo que se persigue es la judicialización y la penalización o exoneración, que debe ser planificada cuidadosamente para evitar cometer errores por insignificantes que éstos sean, pues pueden causar la anulación total de la investigación y el caso en el juzgado o Tribunal de Justicia puede ser desestimado por un juez.

Auditor Forense

El auditor financiero con preparación técnica-forense, es un valioso “testigo experto” en un juzgado penal, por ser la auditoría forense un área especializada. El auditor debe tener una completa capacitación acerca de las diferentes modalidades criminales, con énfasis en delitos económicos y financieros, además de conocimiento en la parte operativa de los diferentes procesos de investigación y, por supuesto, seguir cuidadosamente los manuales y las instrucciones del investigador jefe, para no cometer errores que puedan contaminar las evidencias y arruinar toda la investigación.

Por la naturaleza de los delitos económicos y financieros, son considerados de alta sofisticación e inteligencia, que en su gran mayoría son cometidos por verdaderos cerebros del crimen de cuello blanco que utilizan entidades bancarias, financieras, corporaciones multinacionales, entidades de servicio, empresas y hasta organizaciones sin ánimo de lucro, es un espectro muy amplio en el crimen organizado.

El auditor forense debe prepararse en la investigación documental, es decir, en la recopilación de pruebas documentales, registros, contabilidad, informes financieros, documentos electrónicos, transacciones vía electrónica, interpretación de balances, cruces de información con inventarios, proveedores, clientes y personas involucradas.

Los delitos que usualmente comprometen una investigación en donde el experto auditor forense interfiere, están tipificados en las siguientes categorías: lavado de dinero y activos, legitimación y blanqueo de capitales, evasión fiscal, fraude, fraude procesal, fraude documental, fraude contable, fraude masivo, fraude hipotecario, fraude en pensiones y seguros, fraude electrónico, robo de identidad, fraude con tarjetas de crédito, estafa, robo, robo continuado, defalco, falsificación de informes, falsificación de documentos contables, falsificación de documentos, valores, ocultamiento y manipulación de información vital, transacciones ilegales, tráfico de divisas, operaciones offshore, empresas de papel, empresas fachadas testaferrato, suplantación de identidad, importación y exportaciones ficticias, contrabando, etcétera.

El auditor forense no sólo debe tener conocimiento en el área contable y financiera, sino también debe tener una capacitación en ciertos rubros: la forma de entrevistar posibles implicados en la investigación, manejar una situación comprometedora con un acusado y, lo más importante, cómo presentar un informe testimonial que implica la terminología jurídica para que sea interpretada por la fiscalía, el juez o magistrados.

Terminada la investigación el auditor forense, debe estar perfectamente preparado en la presentación de su investigación en el juzgado, no se trata simplemente de rendir un testimonio y contestar preguntas, se trata de “defender con autoridad sus argumentos”, de rebatir en el juzgado las objeciones que tenga la defensa para deslegitimizar las evidencias y pruebas que se presenten ante el juzgado. Debe estar preparado para no perder el control ante los ataques de la defensa, para que no caiga en contradicciones y se derrumbe el caso.

Este artículo refleja la opinión del autor
y no necesariamente del colegio.
*Integrante de la Comisión de Contabilidad
y Auditoría Gubernamental del Colegio de
Contadores Públicos de México.