Manuel Somoza

Inversión inteligente

Manuel Somoza

14 Mar, 2012

Los mercados bursátiles no se quieren ajustar

Las expectativas sobre el comportamiento de los mercados, al inicio del año, eran muy distintas a las que hoy se están conformando.

En enero se tenía la incertidumbre de lo que podría pasar en Europa, y si Grecia sería capaz de convencer a los miembros de la Comunidad Europea en el tema de su salvamento; el propio destino del continente se veía amenazado con una severa recesión.

Las noticias sobre la economía estadunidense eran desconcertantes, ya que si bien se veía lejana la posibilidad de una segunda recesión, el problema del desempleo y su repercusión en el consumo de los norteamericanos seguía rigiendo las primeras líneas de preocupación por parte de analistas.

De la misma forma había un sentimiento de que las instituciones financieras aún estaban débiles y que el sector inmobiliario continuaba reportando bajas.

Los países en desarrollo mostraban mejores expectativas que los industrializados; sin embargo, existía una marcada inquietud por la posibilidad de un descenso importante en la economía de China.

Muchas de las razones anteriores fueron el pretexto para el efímero ajuste que tuvo el mercado, el martes de la semana pasada.

Tal y como lo presenté en mi columna anterior, los pretextos que se usaron para explicar el mencionado ajuste eran simplemente eso, pretextos; ya que a partir del miércoles se dejó sentir un rebote importante y se concluyó la semana con ganancias en todos los órdenes.

Lo interesante que estamos viviendo ahora es que el ambiente y la sicología de los inversionistas ha variado a escalas de optimismo que no veíamos desde hacía mucho tiempo; por supuesto, esta nueva actitud se soporta en algunos datos que son relevantes, los cuales han sido los siguientes:

El tema del segundo rescate de Grecia que concluyó exitosamente y Europa, que sigue emproblemado, está transitando por una recesión bastante benigna.

No hay que olvidar que el motor del viejo continente, Alemania, se encuentra en magníficas condiciones y por lo que se refiere a Estados Unidos su economía sigue mejorando, al grado que algunos analistas apuntan que el crecimiento este año pudiera ser de tres por ciento, superando las proyecciones de hace tres meses que la llevaban a un desarrollo ligeramente arriba de dos por ciento.

Además de lo anterior, los datos del empleo han sido buenos, lo cual fue ratificado por el presidente de la Reserva Federal en su comunicado de ayer sobre este tema.

El crecimiento de los mercados bursátiles ha sido espectacular; del 2 de enero al 14 de marzo, el Dow Jones ha tenido un incremento de 7.45 por ciento; el Standard & Poor’s de 10.79 por ciento y el Nasdaq de 16.67 por ciento.

En México, aunque en forma más moderada en el mismo periodo, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) ha dado un rendimiento de 2.4 por ciento y nuestra moneda se ha revaluado hasta poner la relación peso-dólar en 12.68 pesos por unidad.

Mi visión de mediano plazo, es decir de hoy a diciembre, sigue siendo optimista, con lo cual creo que las bolsas extranjeras podrán alcanzar rendimientos superiores a los actuales para llegar a cifras cercanas a 18 por ciento en el año.

La BMV, vista a diciembre, pienso que sigue teniendo potencial para dar en todo el año un rendimiento de más o menos diez por ciento; por lo que respecta a la paridad cambiaria del peso frente al dólar lo sigo viendo, hacia el final de 2012, en niveles de 12.80 pesos por cada divisa estadunidense.

A pesar de esto, en los próximos meses no me sorprendería ver algunos retrocesos que disminuyan los rendimientos antes mencionados; simple y sencillamente por toma de utilidades y porque los mercados no pueden seguir creciendo a la misma velocidad de estos primeros 78 días.

Por supuesto en estos dos escenarios no contemplo algún percance, que producto de la geopolítica, pudiera tener el mundo; me estoy refiriendo concretamente al tema de Irán y su impacto en los precios del petróleo.

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