Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

25 Mar, 2012

Héroes de la guerra

Hace 20 años, el comediante Jack Black protagonizó —siendo un niño— el spot televisivo del juego Pitfall, de Activision, que de acuerdo con una investigación del sitio especializado www.ign.com es el segundo más vendido en toda la historia de la consola Atari 2600, sólo superado por el muchísimo más famoso Pacman. Un éxito que parece inexplicable, dada su simpleza.

Se trataba de maniobrar a un explorador tipo Indiana Jones, que corría de pantalla en pantalla recogiendo lingotes de oro mientras se colgaba de lianas y bajaba escaleras; en su trayecto tenía que librar pantanos con cocodrilos, serpientes, barriles y alacranes. A diferencia de otros títulos de la época, que suponían para el jugador el reto de permanecer el mayor tiempo posible en una partida acumulando el máximo de puntaje, cada sesión de Pitfall duraba sólo 20 minutos, en los cuales agotaba todos sus niveles de dificultad, lo que le restaba encanto a la hora de depositar una moneda de diez pesos en la maquinita de la esquina.

El verdadero mérito de este título es que representa uno de los valores que sostuvo su marca creadora desde sus primeros días en 1979, que es el de la osadía. Fundada por ex desarrolladores de Atari que reclamaban que se les diera crédito como autores de los juegos, Activision aportó en su momento una fuerte dosis de creatividad, una moneda de circulación poco frecuente en nuestros días. A pesar de las limitaciones gráficas y de hardware de la Atari 2600, ensayó distintos tipos de juego de estrategia. De ellos, varios se convirtieron en pioneros de géneros muy exitosos: para no ir tan lejos, Pitfall es el antecesor de Mario Bros.

De aquella época de oro de principios de los 80, son de destacarse un par de juegos que, siendo innovadores, no tuvieron suerte similar: River Raid, que con los gráficos más básicos posibles permitía pilotear un avión para eliminar barcos, helicópteros y puentes, en los que no se repetía nunca un escenario, aunque éstos eran resultado de un número limitado de variantes (una versión pirata para iPhone de este clásico estaba disponible hasta hace poco en la App Store), y Frosbite, un delicioso entretenimiento sobre un improbable esquimal que construía su iglú día y noche, saltando de bloque en bloque de hielo mientras se alimentaba de peces y esquivaba caimanes, cangrejos y un oso.

Ambos cartuchos eran un prodigio de diseño de juego de estrategia, que lamentablemente no tuvo secuelas (ni siquiera llegaron a versión arcade) y que fueron recuperados para las nuevas generaciones (y los nostálgicos, desde luego) en Activision Anthology, disco para PlayStation 2, PC y Mac que incluye otros clásicos como Enduro, Seaquest, Pressure Cooker y Megamania. Sólo falta que —al igual que hicieron Atari y Bally Midway con notable éxito— desarrolle una versión para iPad.

Rescatar esas joyas sería ser consecuente, metafóricamente hablando, con el exhorto que recientemente formuló el CEO de Activision Blizzard, Bobby Kotick, para que las empresas estadunidenses den una nueva oportunidad de trabajo a los veteranos de guerra de Irak y Afganistán.

Kotick —cuya reputación entre los gamers de hueso colorado no era muy elevada tras haber descontinuado hace un año la saga Guitar Hero— publicó el pasado 21 de marzo un artículo en la página de The Huffington Post. Desde ahí convocó a los hombres de negocios de su país a aprovechar el potencial de los soldados que combatieron en Oriente Medio, los que, a diferencia de sus homólogos de Vietnam, cuentan con un nuevo prestigio y virtudes que aprecian los empleadores: disciplina, motivación, liderazgo y capacidad de trabajar en equipo.

En su llamado, Kotick propuso un plan de cuatro pasos para rehabilitar laboralmente a los veteranos y puso como ejemplo un programa de su propia empresa, que ya brindó asesoría y capacitación a dos mil 500 ex soldados y ayudó a conseguir empleo a 700. La iniciativa, llamada The Call of Duty Endowment, parafrasea el nombre del muy exitoso juego bélico de Activision, firma que debiera, en un acto de congruencia, dar un nuevo ciclo de vida a sus muy entrañables héroes de guerra.

marco.gonsen@nuevoexcelsior.com.mx