Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

30 Abr, 2012

Pokedex

Alyssa Nassner es una joven ilustradora nacida en Baltimore, graduada en el Instituto Colegio de Arte de Maryland y que actualmente vive en Mineápolis, donde organizó, al lado de su colega Bryan Ische, una exposición peculiar: ambos reunieron a 151 artistas que recrearon con su propia visión a cada uno de los personajes originales del videojuego Pokémon, para exhibirlos en la Light Grey Art Lab, galería de la ciudad más poblada de Minnesota.

Seguramente Nassner apenas era una niña cuando, en 1996, un proyecto incubado durante cinco años en Japón dio lugar a uno de los mayores fenómenos mediáticos y culturales del fin del siglo pasado. Basado en la afición de un joven aficionado a la recolección de insectos llamado Satoshi Tajiri, Pokémon insufló una nueva vida al Game Boy, consola de cartuchos de Nintendo que significó por sí misma toda una época en materia de entretenimiento en portátiles, y que hoy está a punto de ser sepultada por la era de los dispositivos basados en aplicaciones descargables.

Como lo sabían con precisión enciclopédica los niños de aquellos años, el nombre de Pokémon es una contracción de las palabras pocket monster (monstruo de bolsillo), y la lógica del juego era, en términos llanos, enfrentar en batallas épicas a criaturas de corte mitológico y reunir la mayor cantidad de ellas (Gotta catch’em all, era el lema en inglés). Lo innovador radicaba en la interacción entre dos jugadores, cada uno con su Game Boy, tratando de capturar al monstruo de su adversario, y en que las criaturas tenían la opción de evolucionar en uno o dos grados, según su desempeño en las peleas y su tipo (había normales, de fuego, agua, plantas, eléctricos, hielo, etcétera).

Sin embargo, la fama mundial de Pokémon se debió más a los productos subsidiarios, sobre todo la serie de televisión y las películas, que a su vez dieron lugar a toda una industria de parafernalia que explotaba sobre todo la simpatía de un monstruo amarillo, el número 25 de la serie original de 151, llamado Pikachu, y que a la fecha sigue apareciendo en forma de peluche en los aparadores de jugueterías de todo el mundo. Vale la pena recordar que buena parte de la fama que adquirió la serie televisiva surgió cuando uno de sus episodios causó en 1997, en Japón, un ataque colectivo de epilepsia fotosensitiva.

Sólo los muy freaks que siguieron el derrotero de los juegos y los animes en los años posteriores sabrán con precisión cuántos nuevos personajes se agregaron en los años subsecuentes (hoy suman más de 600). Lo notable es que la saga aún sigue vigente y apenas la semana pasada Nintendo informó el lanzamiento de Pokémon Blanco y Negro 2 para reforzar el catálogo de sus consolas DS y 3DS. La novedad incluye la descarga de un nuevo Pokedex, esa especie de antecesor de smartphone que contenía en un solo dispositivo móvil la información de todos y cada uno de los monstruos para facilitar las estrategias de sus cazadores. No importa que la dinámica del juego sea cada vez más sofisticada y su narrativa cada vez más incomprensible: es de esas franquicias que llegó para quedarse. Un clásico instantáneo que se instaló en la cultura pop de una forma tan avasalladora como no lo han logrado otros divertimentos pueriles. Ni siquiera Angry Birds

Por ello, no deja de llamar la atención que, desde el punto de vista del arte, la convocatoria de Nassner e
Ische haya superado sus propias expectativas, como lo revelaron en una entrevista al sitio Mashable. “Light Gray estaba lleno de cabo a rabo”, cuenta Nassner sobre la exposición que ahora vive y está a la vista de todos en la red Tumblr con el nombre Pokémon Battle Royale.

“No teníamos manera de anticipar la increíble cantidad de apoyo de las comunidades de arte y gaming alrededor del mundo”, declaró la diseñadora sobre las piezas que, con un valor de 40 dólares cada una, fusionan a personajes entrañables de una generación con estilos contemporáneos en todo tipo de expresiones plásticas que abarcan dibujo, pintura y grabado. Todo un deleite visual para los niños con cuerpo de adulto que quieran mutar su nostalgia en coleccionismo artístico.

 

marco.gonsen@nuevoexcelsior.com.mx