Manuel Somoza

Inversión inteligente

Manuel Somoza

9 Ago, 2012

Riesgo País

Existe un indicador que cada vez resulta más importante, el cual se denomina Riesgo País; lo que mide es el riesgo de solvencia que tiene la deuda emitida en dólares por la nación respectiva.

La medición es la diferencia entre el rendimiento de los bonos a diez años de los distintos países vs el rendimiento  de los bonos emitidos por la Tesorería de Estados Unidos a diez años de plazo; en la medida en que esta diferencia es más pequeña, quiere decir que el país emisor tiene menos riesgo que aquellos cuya diferencia es muy elevada.

En el caso de México este índice se ha venido disminuyendo notablemente, al grado de que la diferencia de rendimiento de nuestros bonos en dólares vs el rendimiento de los “treasuries norteamericanos”, en los mismos plazos es de alrededor de 130 puntos base; esto constituye una magnífica noticia para México, ya que significa que podemos tener acceso como país a un financiamiento internacional francamente barato.

Si el “treasury norteamericano” a diez años actualmente rinde 1.59%, esto quiere decir que México puede emitir bonos en dólares a diez años de plazo, por debajo de 3%. Cuando analizamos la crisis financiera de España e Italia, uno de los principales problemas que tienen esos dos países, entre muchos otros, es que el financiamiento de su deuda emitida en euros está entre 550 y 650 puntos base por encima del costo de financiamiento para Alemania, que sería para éstos su país de referencia.

El hecho de que México esté gozando de esta situación obedece a un esfuerzo constante que las últimas tres administraciones han llevado a cabo en forma muy estricta. Se puede decir que desde la segunda parte (los segundos tres años) de la administración del ex presidente Zedillo, los seis años de la administración de Fox y los más de cinco años y medio del presidente Calderón han sido gobiernos que no gastaron más de lo que recibieron, con lo cual se han logrado cosas muy importantes.

Lo primero es que el tamaño de la deuda pública, tanto externa como interna, se ha reducido notablemente en relación al tamaño de nuestra economía y hoy México se cuenta entre los países con menor proporción de deuda en relación a su Producto Interno Bruto.

La segunda consecuencia de lo anterior es que México ha logrado con estas finanzas públicas sanas ganarle la lucha a la inflación, que ya tiene varios años por debajo de 4%, y esto no es menor cosa, ya que hace 15 años teníamos inflaciones muy elevadas.

La tercera repercusión es que las tasas de interés internas están en mínimos históricos.

México no tenía inflaciones tan bajas desde los años sesenta, en el final del periodo del desarrollo estabilizador donde el Presidente de la República era Gustavo Díaz Ordaz; en esos años, finales de los sesenta, la inflación de nuestro país estaba en 3%, pero las tasas de interés (que pagaban los bonos y cédulas hipotecarias) que eran instrumento de ahorro por excelencia, ya que eran títulos que se cotizaban a la vista y a la par, tenían rendimientos de entre ocho y nueve por ciento.

También se mantenía un tipo de cambio fijo a 12.50 pesos. Hoy la tasa de interés de referencia es de 4.5%, algo jamás visto en la historia moderna de nuestro país, y los bonos a diez años que emite el gobierno federal tienen un rendimiento de 5.3 por ciento.

Así las cosas, el Riesgo País en México puede bajar más, sobre todo si se llevan a cabo los tan traídos y llevados cambios estructurales –que paradójicamente no se han dado en los últimos 15 años–; si esto sucede, las tasas de interés domésticas seguirían bajando.

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