Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

10 Sep, 2012

Gangnam Style

En la década de los 80 me tocó ser testigo de la desaparición física de aquellos pequeños acetatos de 45 revoluciones por minuto llamados “discos sencillos”. La industria musical había apostado entonces por que la gente tuviera que comprar un long play entero con dos canciones buenas y 10 más de relleno. El advenimiento del CD acentuó aún más esta tendencia.

Quienes preferíamos armar nuestro propio playlist sólo teníamos una opción: las antiguas radiograbadoras que permitían atrapar en cassette las piezas favoritas.

Esta técnica tenía varios problemas: había que estar pegado a la radio esperando la rola anhelada; al grabarla se entrometía la voz del locutor y tampoco había forma de poner una pausa entre tema y tema, quedando un zurcido poco estético, por decir lo menos. Y ni hablar de la calidad del sonido.

Ahora, las nuevas generaciones ya pueden comprar canciones de forma individual en tiendas digitales. Sin embargo, una buena cantidad de usuarios —jóvenes en su mayoría— prefieren reproducir cuantas veces quieran su tema favorito en YouTube.

Al menos en Estados Unidos, esta es ya la tendencia dominante. Un estudio de la firma de medición de consumo Nielsen, publicado el 14 de agosto, revela que 64% de los adolescentes escuchan su música favorita por YouTube, más que por cualquier otro medio; 56% prefiere la radio, 53% iTunes y 50% los discos compactos (las respuestas no son excluyentes y, por tanto, las cifras no necesariamente deben sumar cien).

En este escenario, llama la atención la información publicada una semana después por The New York Times en su primera plana. Titulada The new rise of a summer hit: tweet me maybe, la nota reportó que, por primera vez, la canción que habitualmente domina el verano estadunidense no provino en 2012 de la tradicional maquinaria impulsada por la mancuerna disquera-radio, sino de un tercer actor: internet.

Se refirió, por supuesto, a Call Me Maybe, la muy ordinaria balada pop interpretada por la canadiense Carly Rae Jepsen, que debe buena parte de su éxito en ventas a un video casero en el que los ídolos juveniles Justin Bieber y Selena Gómez, entre otros, simulan cantarla mediante sincronización labial.

Reproducida hasta el hartazgo en redes sociales, la ocurrencia abrió paso, en primer lugar, a una interminable sucesión de covers y parodias, entre ellas una que reconstruye el estribillo de Call Me Maybe pegando fragmentos de discursos de Barack Obama. Y, en segundo lugar, a un éxito descomunal en radio y descargas, que lo hizo encabezar durante nueve semanas el hit parade estadunidense.

No se trató, sin embargo, del primer megahit incubado en la web. Una semanas antes había llamado la atención Somebody That I Used to Know, de Gotye, cantante belga radicado en Australia, cuyo videoclip de body painting, visto más de 300 millones de veces en YouTube, le ayudó a escalar listas de popularidad en todo el mundo. Y ya viene un tercer cañonazo en camino.

Se trata del pegajoso tema Gangnam Style, del rapero coreano Park Jae-Sang, mejor conocido como PSY, famoso por un video en el que el también actor satiriza la vida de uno de los barrios más pretenciosos de Seúl mientras practica una peculiar coreografía que recuerda un poco a los bailes de las canciones españolas Macarena y Azerejé.

Con sus más de 100 millones de vistas, Gangnam Style no pasaría de ser una moda viral más. Sin embargo, está convirtiéndose ya en un fenómeno de ventas en iTunes.

Conscientes de su potencial, varias estrellas intentan colgarse de su fama: la vocalista canadiense Nelly Furtado ya la bailó en un concierto en Filipinas, mientras los ídolos californianos Katy Perry y LMFAO la han citado en sendos tuits. Y ya la semana pasada Scooter Braun, mánager de Justin Bieber, reclutó en su sello discográfico a PSY para lanzarlo en grande en Estados Unidos.

Si se cumple el vaticinio y Gangnam Style logra conquistar el mainstream, estaremos siendo testigos de la consolidación de una tendencia que hasta el momento no había logrado traducir tan sólidamente la popularidad en internet en un negocio efectivo y sólido. Surge así un nuevo estilo de promoción y mercadotecnia para la languideciente industria discográfica en el que los videoclips virales no son sólo música que se lleva el viento, sino dinero contante y sonante.

marco.gonsen@gimm.com.mx