Manuel Somoza

Inversión inteligente

Manuel Somoza

13 Sep, 2012

Recibirá Peña Nieto magnífica plataforma económica

Parece como si las estrellas se fueran alineando para que México aproveche la gran oportunidad que tiene hacia adelante.

He insistido, a lo largo de mis intervenciones en esta columna, en el hecho de que México está viviendo su mejor momento financiero de los últimos 40 años. Desde los sesenta, con el presidente Díaz Ordaz, no teníamos un periodo de tiempo con tanta estabilidad. Sólo para recordar, cuando el presidente Díaz Ordaz era jefe de gobierno, la economía crecía a 6%, la inflación era de 3% y las tasas de interés estaban a niveles de entre 8 y 9%; hoy aunque crecemos menos (este año lo haremos a 3.8%), la inflación está bajo control, siendo muy probable que alcance 4.1% en diciembre y las tasas de interés están en niveles tan bajos que nunca los habíamos visto.

Las tasas de corto plazo están a 4.2% y las de largo plazo a diez años, por ejemplo, a 5.6%. Además de lo anterior, los extranjeros tienen inversiones en valores del gobierno mexicano, en pesos, por una cantidad equivalente a más de 100 mil millones de dólares; pero de contrapeso, las reservas internacionales del banco central ya suman 160 mil millones de dólares y todo apunta a que podemos cerrar el año con 175 mil millones.

De los datos anteriores, lo que sigue preocupando es que México no puede crecer a más de 4%, debido a la gran dependencia que tenemos de Estados Unidos y si ese país, en el mejor de los casos, este año crece alrededor de 2%, para México es prácticamente imposible lograr crecimientos arriba de cuatro por ciento.

Para quitarnos la camisa de fuerza que representa la economía norteamericana, requerimos urgentemente de que se aprueben las reformas estructurales que han estado empantanadas los últimos 14 años; me refiero a una reforma fiscal de fondo, una reforma energética seria que incluya la reestructuración de Petróleos Mexicanos y por supuesto la reforma laboral que ya está en la Cámara de Senadores.

De lograrse lo anterior, México podría crecer arriba de 6% y entonces sí íbamos a lograr que el número de pobres que hay en este país empezara a disminuir paulatinamente.

Como dije antes, las estrellas están alineándose, pero tendremos que ver si existe la voluntad y la habilidad de los políticos mexicanos para crear consensus, con el fin de sacar las reformas adelante. Dentro de los muchos retos que tiene nuestro nuevo Presidente electo es no sólo aprovechar la plataforma de estabilidad que está heredando, sino también engrandecerla en forma sostenida; si logra hacer lo anterior, nos estará acercando a ese primer mundo que hemos acariciado durante tanto tiempo.

México está siendo observado por los inversionistas extranjeros, y espero que así sea con los mexicanos (aunque éstos tradicionalmente siempre llegan más tarde), como uno de los países que mayor crecimiento puede tener en los próximos diez años; ya se empieza a hablar de un bloque de nuevos países emergentes que serían: México, Indonesia, Corea del Sur (South Korea) y Turquía,  los que estarían desplazando a los famosos BRIC de la época pasada (Brasil, Rusia, India y China) éstos están perdiendo fuerza y lo que podría ponerse de moda son los MIST.

Pero para que esto ocurra será indispensable lograr los consensos entre la clase política y poder llegar a acuerdos. Las cosas pintan tan bien, que el PAN ha dicho abiertamente que está dispuesto a jugar un papel de colaboración con la nueva administración y parece ser que los partidos de izquierda, ya sin su histórico líder (AMLO), también se han expresado en forma moderada diciendo que piensan actuar en forma propositiva y cambiarán su conducta para no manifestar sus diferencias oponiéndose a todo,  siendo ellos mismos más propositivos.

Así las cosas, el futuro se ve razonablemente bien y crece, cuando menos en mí, la esperanza de que ahora sí podamos avanzar y dejemos de estar anclados en la mediocridad.

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