Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

1 Oct, 2012

Aniversarios

La escena se repite cada año, siguiendo más o menos el mismo guión.

La gran expectativa que deriva en una gran decepción que termina en un final feliz de espectaculares ventas. Nada presagia que en esta ocasión sea distinto.

El 4 de octubre del año pasado Apple presentó el iPhone 4S. Los días previos fueron de una febril especulación en la red, que en su expresión más fantasiosa soñaba con el anuncio de un dispositivo casi mágico, ultradelgado y ligero, capaz de desplegar un teclado virtual por medio de un holograma.

Buena parte de la expectación la alimentaba el hecho de que sería la primera gran presentación de un producto luego de que Tim Cook tomara las riendas de la empresa tras el retiro como CEO de Steve Jobs, por motivos de salud.

Era, en teoría, el bautizo de fuego de Cook, aunque cierta prensa especializada estadunidense pretendía aún que el fundador de Apple estuviera presente durante la keynote, ya fuera sentado entre el público o bien mediante un video, como una forma de enviar a los mercados la “señal” de que Jobs aún estaría al pendiente de la firma, pese a ostentar un cargo más parecido al de un presidente honorario.

El resto es historia conocida: miles de fans quedaron decepcionados por los cambios mínimos realizados al smartphone, las acciones de Apple caían al mismo tiempo que transcurría la presentación del iPhone 4S y surgieron los peores augurios sobre el futuro de la marca de la manzana.

Para completar el cuadro, al día siguiente, 5 de octubre, murió Jobs.

Cientos de portadas de periódicos destinaron espacios destacados a la fotografía del visionario emprendedor o al emblema de su creación más famosa. Y junto con los perfiles biográficos y las reacciones luctuosas, la interrogante: ¿qué pasará con Apple?

Lo que pasó fue que el iPhone 4S rompió récords desde sus primeros días: más de un millón de pedidos anticipados en sus primeras 24 horas, cuatro millones de teléfonos vendidos en tres días y 37 millones al finalizar 2011, con subsecuentes repuntes en los mercados bursátiles y la obtención del título de la firma más valiosa del mundo.

Las ventas de otros dispositivos (computadoras MacBook, el nuevo iPad y el crepuscular pero aún vigente iPod) engrosaron las arcas de una empresa que, en julio pasado, anunció el pago de dividendos a sus accionistas, una medida que no ocurría desde 1995 y a la que se opuso Jobs decisivamente, convencido de que las ganancias de la compañía debían destinarse primordialmente a la investigación y el desarrollo de nuevos productos.

Esta convicción –tan famosa como la meticulosidad y el perfeccionismo que siempre quiso imprimirle a sus creaciones– hizo que, a punto de cumplirse un año de su muerte, Jobs fuera evocado de nuevo por voces influyentes a propósito del sonado fracaso de la aplicación Mapas del iOs 6.

Él jamás habría lanzado un producto así de defectuoso, aseveró un texto difundido por el sitio web de la revista Forbes.

Cierto idealismo pasa por alto los tropiezos que tuvo el propio Jobs: el más sonado, el antennagate del iPhone 4, que lo obligó a dar una conferencia de prensa para dar su punto de vista y ofrecer fundas gratis como una solución para corregir los problemas de recepción.

Una actitud parecida adoptó Tim Cook el pasado viernes al ofrecer disculpas por las fallas en la cartografía del iOs 6 y recomendar las aplicaciones de la competencia, las cuales de hecho son promovidas en un apartado especial de la App Store.

Asimismo, el deceso de Jobs parece haber dejado en el olvido otros tropiezos anteriores, como Mobile Me, el antecesor de iCloud; la computadora Power Mac G4 Cube, descontinuada después de estar sólo un año a la venta y que hoy es, literalmente, pieza de museo en el MoMA; y el colorido, pero poco funcional ratón de la iMac de 1998 (el que parece pastilla de hockey). Por no hablar del Apple TV, que con todo y reciente actualización, no termina de cuajar.

El espíritu creativo de Jobs sigue vivo en algunas aportaciones del iOs 6, como son el renovado diseño de sus aplicaciones nativas y de sus tiendas de música y aplicaciones, así como la espléndida función de foto panorámica para los iPhone 4S y 5, que cobrarán su debida relevancia una vez que los mapas despejen sus nubarrones.

marco.gonsen@gimm.com.mx