Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

8 Oct, 2012

GIF

Un placer culpable del Messenger lo constituyen esas pequeñas imágenes animadas de dudoso gusto con las cuales era posible, mediante una combinación de letras o signos, expresar una sensación más allá de las palabras. Una forma de nombrarlos sería “emoticons en movimiento”.

Cada vez más en desuso en los programas de mensajería instantánea, estas figuras siguen vigentes en los avatares de Twitter o como pasatiempo en Tumblr.

Lo cierto es que, a más de un cuarto de siglo de su invención, los Graphics Interchange Format (GIF) no parecen haber trascendido su condición jocosa, de broma ocasional o vehículo de burla.

Los GIF surgieron a mediados de 1987 como fruto de una necesidad: la de acelerar la carga de archivos con imágenes en la red, en una época en la que ésta carecía, con mucho, de su velocidad actual.

Su creación estuvo a cargo de desarrolladores de la firma Compuserve, que llegó a ser uno de los principales proveedores del servicio de internet en Estados Unidos.

Para lograr su objetivo, los ingenieros de Compuserve limitaron a 256 el número de variaciones de color de una imagen, en lugar de las millones que puede tener un archivo JPEG habitual.

Con esa compresión, intercambiar contenidos fue relativamente rápido en una época en la que la descarga de una simple fotografía podía consumirle horas a un usuario común.

La animación, principal característica de los GIF en la que una simple sensación de movimiento de dos o más imágenes puede reproducirse hasta el infinito, surgió a partir de 1996 con la versión 2.0 del entrañable Netscape Navigator, antecesor del Firefox de Mozilla.

Un muñeco-bebé bailando y dando vueltas se convirtió, muy probablemente, en el primer GIF humorístico en convertirse en viral.

A partir de ahí estos archivos fueron requeridos como instrumento publicitario, a pesar de sus muy limitadas cualidades técnicas y gráficas. Al final fueron apabullados por el Flash de Adobe, dotado de mejores herramientas técnicas.

No importaba qué fotografías o videos tuvieran buena calidad de origen: al ser comprimidos en GIF lograron una apariencia más bien borrosa, de colores deslavados y movimientos toscos.

Esta “cualidad”, así como el hecho de ser compatible con prácticamente cualquier plataforma computacional, hizo que se convirtieran en materia prima de memes, burlas y parodias.

Rafaël Rozendaal, artista visual nacido en 1980 en Holanda, de ascendencia brasileña y radicado actualmente en Nueva York, piensa que este formato puede tener un uso más digno y lo ha convertido en objeto de su trabajo creativo, que se caracteriza por el diseño de páginas de internet interactivas que logra vender a coleccionistas de varios países dándoles la propiedad del dominio, un respaldo de los archivos, un certificado de autenticidad y un contrato que estipula que los sitios donde publique su obra deben estar abiertos al público gratuitamente.

Famoso por explotar los recursos gráficos de internet mediante el uso de figuras geométricas y colores que simulan un movimiento relampagueante, Rozendaal participó en agosto y septiembre en el festival de cultura digital británico Abandon Normal Devices, una iniciativa que se lleva a cabo cada año en Liverpool y Manchester, alternadamente, en la que se refleja la intersección del arte contemporáneo, la ciencia, el diseño y la cibernética.

Con las nuevas tecnologías como pinceles y el internet como lienzo y galería, Abandon Normal Devices presentó, entre otras manifestaciones, una muestra de videos que explora los ideales del movimiento olímpico y un trabajo titulado Museo de la Estética Glitch, cuya narrativa refiere la historia de un personaje virtual llamado The Artist 2.0, cuya obra, convertida en objeto de culto instantáneo, es intencionalmente dañada y manipulada con programas digitales (la palabra “glitch” alude a un cierto tipo de falla electrónica).

Abandon Normal Devices alberga el blog “Happy Mondays” de Rozendaal, quien dejó de lado su trabajo habitual en Flash para desplegar sus propuestas en diez entregas semanales de animaciones GIF, cuya rapidez podría provocar epilepsias a observadores sensibles y estupefacción a cibernautas acostumbrados a las cadenas de chistes por e-mail.

marco.gonsen@gimm.com.mx