Jesús Alberto Cano

Colegio Nacional de Economistas

Jesús Alberto Cano

21 Ene, 2013

El estilo de gobernar inducirá la recuperación económica

El estilo de gobernar de la nueva administración federal, y la claridad con que enfoca la problemática económica y social, empieza a destrabar los nudos políticos que habían hecho casi imposible la toma de decisiones relevantes y el diseño de políticas públicas que le urgían a México.

Los que formamos parte de los colegios de economistas —de los estados de la República y el de la Federación, en nuestra ciudad capital— veíamos con gran preocupación las perspectivas de México, de haber continuado la lentitud e incapacidad de siquiera entender, en toda su dimensión, las crisis que mantenían al país no sólo estancado, sino de hecho retrocediendo en todos los indicadores de medición, que describían la realidad económica y social en que vivían los mexicanos.

Además, no había forma de promover respuestas de acción gubernamental por la decisión insistente de esos gobiernos de rechazar la intervención del Estado en la economía. Era una cuestión de ideología, casi religiosa. En cambio, el actual gobierno está abierto y negocia con todas las partes que puedan ofrecer medidas exitosas.

Sin modificar su política presupuestal —que es la que les podía haber dado la capacidad primaria de acción— era evidente que las instancias gubernamentales tenían sus manos atadas.

En parte, por eso muchas recurrieron a prácticas malsanas en su contratación de deuda pública.

Pero ahora se empieza a aclarar la bruma en la ruta que podrá llevar a México a la muy necesaria, y muchas veces planteada, reforma hacendaria, que deberá definir de dónde surgirán los recursos presupuestales adicionales, así como su canalización para las actividades prioritarias que pida la sociedad mexicana. También ahí se están decantando las posibilidades.

Por ejemplo, es evidente que 50% de la sociedad que no goza de una estructura de salud que le provea los servicios médicos necesarios y que solo tiene acceso al Seguro Popular —creado por el presidente Vicente Fox— mismo que está muy lejos de poder satisfacer las necesidades actuales, por suelto como está e insuficientemente financiado como aún se encuentra.

¿Y qué de la masiva ola de adultos mayores que vienen en camino, con la evolución esperada de la población en las próximas décadas? Ellos también necesitarán atención médica y jubilaciones, así como empleos, porque pueden seguir siendo muy útiles para la sociedad; México invirtió mucho en ellos, por lo que tienen una variada gama de conocimientos y capacidades a ofrecer por muchos años más, dada la creciente expectativa de vida que ahora gozamos los mexicanos.

Luego también la estructura productiva del país tiene segmentos en los que se ha concentrado la pobreza por defectos en la operación del mercado, así como por la falta de políticas públicas que puedan atenderlos. Un ejemplo claro es el segmento rural, donde el gobierno del presidente Peña Nieto ya está enderezando esfuerzos para promover su productividad y mejorar su calidad de vida.

Finalmente —y no menos importante— es la reforma educativa que viene en proceso. Ya era urgente que el Estado mexicano interviniera con decisión y con recursos para fortalecer su acción y corregir los desvíos. México tiene la fortuna de contar con un inmenso número de maestras y maestros en todos los niveles de la educación, quienes en su gran proporción son dedicados y de alta capacidad, y que además tienen la costumbre de estarse constantemente capacitando y ampliando sus conocimientos.

El problema más reciente ha sido la confusión entre objetivos. Por un lado, atraía a algunos la lucha por el poder, mientras que a otros, la inmensa mayoría, la misión de educar a la juventud.

Presidente del Colegio Nacional de Economistas, Federación de Colegios de Economistas, A.C.*