Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

11 Feb, 2013

Moda

El pasado viernes tuve la oportunidad de ver en el Teatro de los Insurgentes la versión mexicana de la obra neoyorquina Love, loss and what I wore (Amor, dolor, ¡y lo que traía puesto!), en la que cinco mujeres reconstruyen sus vidas personales frente a un atril, como mero pretexto para narrar la evolución de la moda femenina a lo largo de varias décadas.

Se trata de la adaptación al bestseller de Ilene Beckerman realizada por la célebre periodista Nora Ephron —famosa por escribir los guiones de las películas Sintonía de amor y Harry y Sally— en conjunto con su hermana Delia, quienes reivindican a la ropa como testimonio de la historia contemporánea y forma poderosa de expresión, cuando no de rebeldía.

Así, las telas, los colores, el corte, el estilo, los vestidos de novia, la chamarra universitaria, el brassiere y las bolsas constituyen el hilo conductor de una puesta en escena que, al estilo de Los monólogos de la vagina, representa un vehículo de reivindicaciones femeninas, igual contra el conservadurismo de los años 40 que contra la oposición a las bodas gay de la actualidad, insertadas sutilmente en una detallada descripción del entorno político, la música y los gustos de cada década.

En este último contexto, lo que se extraña, si acaso, es alguna leve referencia a la tecnología. En los parlamentos, por ejemplo, no recuerdo alusión a alguna charla por celular, tomando en cuenta que el libro original data de 1995 y la premiere de la obra teatral ocurrió apenas en 2008. Justo el mismo año en el que fue lanzada una página web que habría ajustado como anillo al dedo en su narrativa.

Se trata de JackThreads, cuya historia difícilmente inspiraría a Broadway, pero que resulta interesante como fenómeno de comercio electrónico. Fundada en Columbus por Jason Ross, un graduado de la Universidad de Ohio, es una comunidad de venta en línea de prendas y accesorios fashion, de membresía obligada y que cada día, a una hora determinada, ofrece promociones a precios de remate, los cuales caducan en un periodo de 48 a 72 horas y que premia con bonificaciones de diez dólares la recomendación hacia el sitio.

Su particularidad es que se trata de ropa exclusiva para hombres, discriminación que, de hecho, no parece ruborizarles. Al contrario, en la sección de preguntas frecuentes invitan a las mujeres a comprar prendas o accesorios para sus parejas o para ellas mismas, que funcionen como si fueran unisex.

Con más de dos millones de miembros registrados, el modelo de JackThreads se fortaleció en 2010, una vez que fue adquirido por la revista digital de estilo de vida Thrillist.com, cuyo target es un público joven, urbano, con alto poder adquisitivo e interés en comida gourmet, alta cultura y gadgets. Con toda la escuela Vogue, pero dirigida a varones. 

JackThreads, que comercializa cientos de marcas de ropa y un par de sellos propios, pasó de ser un fenómeno de nicho a uno viral a partir del lanzamiento de sus aplicaciones para iOs y Android, en 2012, según reporta una nota publicada la semana pasada por Techcrunch, que da cuenta de una tendencia sociocultural hasta ahora desconocida: la del comprador de ropa por teléfono.

La app para iPhone —que también funciona para iPad— tiene 500 mil descargas y la de Android suma 100 mil, lo cual ha contribuido a que el tráfico hacia la página de JackThreads vía celular se haya incrementado en más de 400%, a tal grado de representar un tercio del total de visitantes (con unas 12 millones de pageviews al mes). Además, los usuarios de celular son los mejores compradores: 70 por ciento de ellos se convierten en clientes habituales.

Más allá de esta explosión, JackThreads ha encontrado que los consumidores vía smartphone son más comprometidos que los que se conectan en computadoras de escritorio, convenciendo a más amigos de unirse con mucha mayor rapidez. Con estos y otros datos (edad, origen, profesión, marcas preferidas, etcétera) la compañía busca mantener con sus clientes móviles la conexión más profunda posible. 

Nora Ephron murió apenas en junio pasado y entre los múltiples testimonios que recabó para armar el libreto de Love, loss and what I wore no alcanzó a incluir a JackThreads, la tan necesaria contraparte masculina que sin duda habría redondeado el monólogo coral que con finura engarza drama, trapos y tendencias.

marco.gonsen@gimm.com.mx