Manuel Somoza

Inversión inteligente

Manuel Somoza

7 Mar, 2013

Cambio de proyecciones

En virtud de que nuestros vecinos del norte siguen sin poder ponerse de acuerdo para resolver el problema del déficit  (pleito entre republicanos y demócratas), he tenido que cambiar mis proyecciones de crecimiento para esa economía.

Desde el último trimestre del año pasado pensaba que  Norteamérica tenía potencial para crecer, en 2013, entre 2.7 y 3%; sin embargo al tomar en cuenta el incremento de impuestos en ese país, que tuvo efecto el primero de enero, así como los reportes automáticos que por 85 mil millones de dólares entraron en vigor el primero de marzo, he tenido que reducir mi expectativa de crecimiento a 1.7%, es decir, las dos medidas antes mencionadas equivalen a 1% del PIB.

El tema del pleito en el Congreso norteamericano no termina aquí, todavía tenemos este mes la discusión –que seguramente va a ser muy agria– para tener un presupuesto, siendo el límite para que esto suceda, finales del mes de marzo.

Si por cualquier circunstancia no se lograra un acuerdo el gobierno federal se vería impedido a operar, lo cual generaría un caos en los mercados y en la vida de los  norteamericanos.

Finalmente el tema del presupuesto se tendrá que resolver, pero después hacia finales de mayo, y entra de nuevo la necia discusión sobre el techo del endeudamiento; siendo muy descarado diría: no sé cómo, pero estos eventos se van a resolver, aunque de cualquier manera van a generar incertidumbre, que es el peor condimento para alimentar la volatilidad de los mercados.

La pregunta que quizá se hace la mayor parte de los lectores de esta columna es por qué ante este panorama incierto, por decir lo menos, los mercados han mostrado mucha fuerza en lo que va del año; del primero de enero a la fecha, el Dow Jones ha dado un rendimiento de 9.02%  y está tocando máximos históricos. La respuesta que yo encuentro ante este fenómeno es la siguiente: Una gran parte de inversionistas norteamericanos que seguramente tuvieron que reconocer pérdidas importantes por sus tenencias accionarias durante la crisis de 2008, y en el transcurso de ésta cambiaron sus posiciones hacia renta fija, ya se han cansado de estar durante casi cuatro años invertidos a tasas ridículamente bajas, por esa razón se ha notado en los últimos meses un flujo muy importante de salida de fondos de sociedades de inversión de renta fija hacia las sociedades de inversión de renta variable.

El crecimiento de los precios en las bolsas norteamericanas obedece sencillamente a un exceso de demanda provocado por lo anterior; pero además, los inversionistas reconocen que la expansión monetaria, en un momento dado va a generar inflación, con lo cual son mucho más atractivas las inversiones en acciones que las de renta fija porque cuando las tasas de interés empiecen a subir, y me refiero a las de mediano y largo plazos, los precios de los bonos van a sufrir, con lo que podrán generar pérdidas de capital.

Otro elemento que justifica las alzas en los mercados accionarios es que las expectativas de crecimiento para la economía, en 2014, son bastante buenas y se espera que el año entrante ésta sí pueda crecer entre 3 y 3.5%, con lo cual prácticamente se podrían dar por terminados los efectos de la crisis que se dio en 2008 y que como ya he dicho muchas veces en esta columna, es comparable con la gran depresión vivida a comienzos del siglo XX.

A mucha gente se le olvida que le crisis de 2008, entre otras cosas, provocó que tan sólo en Estados Unidos se perdieran 8.6 millones de empleos (de los cuales a la fecha sólo se han recuperado la mitad), así como que en esa crisis haya quebrado una muy buena parte del sistema financiero norteamericano; por esa razón, el salir de ella habrá tomado prácticamente cinco años.

Así las cosas, este año se ve complicado aunque las expectativas para 2014 resultan razonablemente buenas.

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