Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

25 Mar, 2013

HMV

La semana pasada comentábamos en este espacio que una legendaria marca británica, HMV, estaba agonizando, víctima del modelo de negocios impulsado desde hace 10 años por la iTunes Store, en el que la venta de música digital ha ido desplazando progresivamente al formato físico representado por los discos compactos.

Sin embargo, quizá no todo esté perdido para la cadena de tiendas, que en las semanas recientes ha ido rematando CD y otras mercancías con descuentos de hasta 70% como parte de su venta de liquidación, que ha transcurrido mientras se busca afanosamente encontrar un comprador que evite la desaparición total de la firma.

Es posible que se haya concretado la posibilidad esbozada por The Financial Times en una nota publicada en su sitio web el sábado, acerca de la posible adquisición de HMV por parte de Hilco a más tardar hoy, 25 de marzo, fecha marcada como límite para encontrarle comprador y salvar unos mil 500 empleos.

Al menos una esperanza les daba el acuerdo logrado hace tres días por la Blockbuster británica con Gordon Brothers Europe para rescatar dos mil plazas y no interrumpir el funcionamiento de 264 locales de renta de películas en DVD en el Reino Unido.

Sea cual fuere el destino final de ambas corporaciones, lo cierto es que, como escribió el crítico musical Neil McCormick en The Telegraph, el declive de HMV, al mismo tiempo triste e inevitable, significa por sí solo el fin de una era. Y no solamente por lo que significa decir adiós a las viejas estanterías que ofrecían los álbumes alfabéticamente ordenados por artista.

El nombre de la marca está formado por las iniciales de la pintura His Master’s Voice, realizada en 1898 por Francis Barraud, en la que aparece la mascota de su hermano Mark, un perro raza fox terrier llamado Nipper, mientras escucha en un fonógrafo grabaciones con  la voz de su amo, para ese entonces ya fallecido.

Aunque fue utilizada por un número limitado de marcas comerciales, entre ellas la propia HMV, la imagen se volvió icónica de toda una industria musical que por aquellos años surgiría paralelamente en tres vertientes no integradas, al menos en un principio. La primera, tecnológica, impulsada por los reproductores de audio desarrollados por varios fabricantes, entre ellos la firma estadunidense Victor Talking Machine Company, que consiguió los derechos para usar a Nipper como emblema en el continente americano, aunque modificando el fonógrafo de la pintura original por un más moderno gramófono de los inventados por el alemán Emile Berliner, fundador a su vez de Radio Corporation of America (RCA). La posterior fusión de ambas firmas daría origen a la RCA Victor.

La segunda y tercera vertientes vendrían por el lado de los sellos discográficos y las tiendas de discos, que completaban el ciclo de generación de contenido y comercialización, y en estos dos ámbitos se desarrolló HMV, que dio origen en la década de los 30 a la firma Electric and Musical Industries, mejor conocida por sus siglas, EMI, famosa por haber inaugurado los estudios Abbey Road, donde grabaron The Beatles, y por la adquisición en los años 50 de la estadunidense Capitol Records.

La mayoría de todos estos nombres, familiares para los melómanos, son ya parte de la historia, después de haber pasado por diversas fusiones y adquisiciones que involucraron a otras compañías que, como la japonesa Sony, de alguna forma integraron la generación de productos musicales y la promoción de los artistas con la invención y fabricación de dispositivos para escucharlos. Fue la continuación del esfuerzo iniciado por Victor con la invención de la vitrola, el primer diseño amable de un mueble para escuchar discos grabados y distribuidos por su filial RCA, ambas con el famoso perrito como icono indiscutible.

De todos esos entrañables nombres, el único que completaba el ciclo haciendo llegar los discos a los fanáticos era HMV, que inauguró sus megatiendas en 1986, apadrinado por los rockeros Bob Geldof y el hoy fallecido Michael Hutchence, líder de INXS. Su escasa pericia para adaptarse a los requerimientos del comercio digital —en un sentido análogo al vivido por las librerías Borders, incapaz de incursionar en el mercado de los e-books— hizo que en enero pasado HMV entrara en fase de quiebra. Quizá sólo la permanencia del fiel perrito que escucha la voz de su amo, vigente aún en su logo, podría garantizarle un ciclo más de vida.

marco.gonsen@gimm.com.mx