Manuel Somoza

Inversión inteligente

Manuel Somoza

11 Abr, 2013

El súper peso

Los lectores de esta columna no me dejarán mentir si digo que llevo más de cuatro años recomendándole a los inversionistas, en general, y a mis clientes, en particular, que invertir en pesos era la mejor decisión , y francamente no me equivoqué, las razones que me sirvieron para tomar esa decisión fueron muchas, sin embargo, la más importante es que el gobierno mexicano, en sus diferentes etapas, tomó una decisión muy acertada, que fue la de manejar la administración pública con finanzas públicas sanas.

El primero en hacerlo fue el presidente Zedillo, sobre todo en la segunda mitad de su gobierno, después de la crisis tan severa del 95, donde en forma muy sencilla lo que se hizo fue no gastar más de lo que el gobierno recibía como ingreso. La misma política la siguió durante seis años Vicente Fox, lo mismo sucedió con el presidente Calderón y me queda claro que la presente administración encabezada por el presidente Enrique Peña Nieto hará lo mismo; suman ya quince años en los cuales la consistencia en las finanzas públicas sanas ha dado resultados extraordinarios, el primero que es evidente es que, al no incurrir en déficits presupuestales, se logró disminuir la enorme carga que representaba para el país su endeudamiento tanto el interno como externo; hoy México es uno de los países que menos dinero debe en el mundo.

La deuda total no representa más de 33% del Producto Interno Bruto. Con esta sana práctica también se logró ganarle a la inflación y verla disminuyendo de niveles por encima de los tres dígitos a los niveles actuales que están por debajo de 4%, con lo cual también se logró abatir las tasas de interés a niveles mínimos históricos.

Sólo para recordar, no veíamos cinco años con inflaciones menores a 4% desde la época de Díaz Ordaz a mediados de los años sesenta. En aquel entonces la inflación era de 3%, el país crecía en forma sostenida a 6% y la tasa de interés a la que podían acceder los ahorradores era de 8% y 9% en Bonos y Cédulas Hipotecarias.

Hoy la inflación está por debajo de 4%, las tasas de interés para los inversionistas está a la par de la inflación, pero lo que nos falla es que el crecimiento sigue siendo muy raquítico, ubicándose en niveles del 3½  por ciento.

Sin embargo, por todo lo anteriormente mencionado, era claro que México iba a tener una moneda fuerte, ya que los flujos de dólares hacia México serían mucho más importantes que las salidas. Además de finanzas públicas sanas, nuestro país se convirtió en una potencia exportadora, lo que permitió atraer niveles muchos más importantes de inversión extranjera directa que hace veinte años, de tal forma que tenemos cuando menos los últimos cinco años los flujos por este concepto muy cercanos a los 20 mil millones de dólares, además las remesas que son los fondos que envían nuestros connacionales que viven en los Estados Unidos a sus familias en México, se incrementaron en forma notable en los últimos diez años, al grado que hoy suman casi 23 mil millones de dólares y sólo son superados por los ingresos en la venta de petróleo.

Así las cosas, el déficit de la cuenta corriente que México cubría con préstamos anteriormente, hoy se financia con menos de la mitad de los ingresos provenientes de inversión extranjera directa y de las remesas.

Lo que hoy nos preocupa es que además de todo lo anterior, el país ha recibido en los últimos tres años más de cien mil millones de dólares de inversión golondrina, que busca en México no sólo la estabilidad de un país en un buen momento, pero que además ofrece rendimientos en pesos mucho más atractivos que las monedas duras, como puede ser el dólar, el yen o el euro, y son precisamente estos flujos los que han provocado tan fuerte revaluación del peso. Las emisiones de dinero de los programas expansivos de Estados Unidos y recientemente en Japón, han provocado una lluvia de dólares hacia México que puede llegar a ser inconveniente, más que nada porque disminuye nuestra competitividad en el sector externo. Estoy seguro que el Banco de México también está preocupado y estará analizando qué medidas tomar para evitar que esta revaluación lastime al sector exportador que ha sido uno de los pilares más importantes del crecimiento en los últimos años.

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