Manuel Somoza

Inversión inteligente

Manuel Somoza

16 May, 2013

Banxico y la inflación

La responsabilidad principal del Banco de México es mantener la inflación controlada, y la verdad sea dicha, el instituto central ha hecho una magnífica labor en este sentido en los últimos años.

La tarea del banco central no es fácil, toda vez que tiene que mantener un fino equilibrio entre el control de precios y la tasa de interés. Todos sabemos que elevadas tasas de interés inhiben la inflación, pero desalientan el desarrollo económico; y ésta es precisamente la tesitura en la que actualmente se encuentra nuestro banco central, ya que por una parte el crecimiento económico esperado para el 2013 es muy bajo (mi estimación es 3.1%) y por la otra, los primeros cuatro meses nos proyectan una inflación anualizada de 4.85 por ciento.

Si el Banxico baja la tasa de interés para estimular la economía, puede ser fuertemente criticado; y si no hace nada, también algunos sectores se le van a echar encima. Desde mi muy particular punto de vista, sí podría bajar la tasa de interés a partir de julio, ya que las estimaciones de los principales analistas indican que las futuras inflaciones –mayo, junio y julio– declinarán de tal forma que para ese mes la proyección anualizada ya estará por debajo de 4%; pero además debemos aclarar que hay dos mediciones para la inflación: una es la inflación nominal, que es la que incluye absolutamente todos los productos, y la otra es la inflación subyacente, en la cual se eliminan los productos que sufren variaciones de precios por causas distintas a las condiciones económicas generales.

Por ejemplo, en la inflación subyacente no se consideran los precios de algunos productos agrícolas que tienen fuertes alzas por motivos climatológicos, como en el caso del tomate; hay otros productos que también están fuera de esta inflación, como los energéticos, debido a que estos precios los determina el gobierno.

Así podríamos seguir con muchos ejemplos, y es importante esta consideración ya que en los productos anteriormente mencionados, la tasa de interés no tendrá influencia alguna. No importa si la tasa de interés es de 3% o de 7%, si hay heladas en la Florida y se pierden las cosechas de tomate, el precio de éste va a subir 50% en el mercado mexicano; así las cosas, la inflación que se debería tomar en cuenta para fijar la tasa de interés es la subyacente y no la nominal.

Si mi juicio es correcto, Banxico tendría una ventana de oportunidad para mover la tasa hacia abajo cuando menos 50 puntos base a partir de julio. Recordemos nada más que la estimación nominal de la inflación para todo el año es de 3.7%, en tanto que la subyacente estará pegada a tres por ciento.

Las discusiones sobre el tema anterior en el instituto central serán más intensas hacia adelante. Como los lectores saben, unas semanas después de que el Banco de México tiene su Junta de Gobierno, se publican las minutas (discusiones) entre los miembros de la misma; por eso sabemos que en la última reunión, de los cinco miembros con voto, uno estuvo en contra de que la tasa de interés bajara de 4.5% al 4%, es más, quedó claro que dijo: “yo tuve la razón en oponerme a la baja porque la inflación ha seguido subiendo”. En ese sentido este miembro de la junta tuvo la razón porque nada más se estaba fijando en la inflación nominal enero/abril y su proyección a diciembre; sin embargo, si los analistas tienen la razón y las estimaciones para las inflaciones después de abril son mucho más bajas, finalmente la razón la tendrán quienes bajaron la tasa de interés y me imagino presionarán para lograr nuevas bajas. En fin, las negociaciones serán interesantes y yo apuesto porque Banxico nuevamente se atreva a bajar la tasa a partir de julio-agosto de este año.

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