Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

21 Jun, 2013

¿Estamos en Panic Mood?

Entre el impresionante credit crunch chino y la decisión del presidente de la Fed, Ben Bernanke, que planteó la posibilidad de reducir el estímulo monetario (comprando activos financieros a los bancos) sobre la economía estadunidense este mismo año, los mercados de acciones, bonos y commodities globales,  tuvieron una sesión “tailspin”,o sea, de “caída en picada”.

El tipo de cambio fix cerró en 13.40 por dólar, la mayor señal de que la volatilidad global y el “run to quality”, aceleró el ajuste de los portafolios de inversión en todo el mundo.

En México, el Consejo de Estabilidad Financiera que encabezan el secretario de Hacienda, Luis Videgaray y el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, además de los presidentes de las comisiones de supervisión financiera, salieron a decir que pese a la volatilidad, los mercados se comportaron “en orden”, esto es, fue la señal más clara de que no van a intervenir ni el cambiario ni en el de dinero, como por ahí se sugirió, para “buscar moderar la salida de inversionistas internacionales del mercado de dinero”. Así como entran-salen, pues este mercado es no responde al Panic Mood.

La verdad es que la volatilidad no llega a ese extremo. Si revisamos el VIX  (el índice de volatilidad que se conoce como el índice del miedo porque reúne la volatilidad de los principales mercados de Estados Unidos, incluyendo el de derivados) de ayer, apenas alcanzó el 20.49 y su nivel más alto en año ha sido 23.23. El momento de mayor crisis fue justamente en el crack bursátil de 1987 que llegó a 150.21 y el día de la quiebra de Lehman Brothers que alcanzó los 80 puntos. Evidentemente la de hoy es un reacomodo, no Panic Mood, de ahí que se explique claramente la posición de las autoridades financieras mexicanas.

Eso no lo dice el comunicado, pero si hubiesen percibido “desorden”, la Comisión de Cambios habría utilizado las herramientas a su alcance y hoy “stand by” para equilibrar el mercado. No es el caso.

Pero hay algo que preocupa. En los mercados estadunidenses no han asimilado bien la forma en que Bernanke viene anunciando el retiro del EQ3 –compra cada mes 85 mil millones de dólares en bonos hipotecarios a los bancos, que no es un programa simple de impresión de billetes, sino un programa de estímulo monetario muy complejo que requerirá de usar el buffer fiscal para nivelar el balance del sistema Fed–, porque aunque hay tendencias que muestran recuperación en Estados Unidos, no hay suficiente evidencia de que el ritmo de recuperación se ha consolidado.

A eso asocian el que Bernanke dejará la presidencia de la Fed en enero 31 de 2014, y suponen que decidió anticipar el retiro del programa de estímulos que él inició en 2006, para no ser tan duramente criticado como su antecesor Alan Greenspan, por la heterodoxia de la política empleada.

De ahí las críticas de políticos, comenzando por el presidente Estadunidense, pues justo el día en que formaliza la postura monetaria del Comité de Mercados Abiertos, el presidente Barack Obama declara en un show en Los Ángeles que Bernanke –a quien reconoce como un gran aliado de la Casa Blanca durante la crisis que le ayudó a Estados Unidos a recuperarse más rápido que lo ocurrido en Europa– se parece al director del FBI, “porque ya permaneció en el puesto más de lo que él mismo habría esperado”.

De ahí la duda-sorpresa que ha provocado un reacomodo anticipado de tasas y plazos de interés en Estados Unidos y en los mercados emergentes refugio de la inversión en los últimos tres años, y el impacto sobre mercados por el apanicado reacomodo.

¿La pregunta es si durará la volatilidad?, y la mayoría piensa que al menos se extenderá el periodo hasta agosto cuando se vuelva a reunir el Comité de Mercados Abiertos, o hasta que se conozca el contenido de la minuta de la reunión de esta semana, que no hará sino confirmar el calendario de reducción de las compras.

Otro elemento que genera ruido al comportamiento de Bernanke es que se anunció que no asistiría por razones de “agenda personal” al Simposium de Política Monetaria Anual “Jackson Hole”, que reúne en el Grand Teton National Park de Wyoming, a la comunidad de banqueros centrales del mundo.

Sería la primera vez en 25 años que el anfitrión de los banqueros centrales no asista, y además que no sea el foro para que se anuncien acciones de política monetaria, porque el año pasado, justo en el lunch, fue cuando se anunció la tercera ronda de compras de bonos hipotecarios y el mantenimiento del estímulo que tenía a las tasas estadunidenses cercano al nivel de cero.

Hoy, el problema es que el foro no permitirá a la comunidad de banqueros tener una idea más clara del calendario en mente para facilitar la coordinación entre sí, y la segunda, los mercados piensan que en la decisión de retiro del estímulo está pesando más su salida de la Fed que los datos reales de la economía. La presión política en el Congreso y los republicanos no se ha hecho esperar y, a eso se suma el que el sucesor de Bernanke, sea quien sea, tendrá que hacer la labor más difícil que es el retiro del estímulo en un plazo que Ben fijó en una grafica de puntos, a cinco años.

Por lo pronto lo sucedido no detuvo el rod show de los tres mexicanos que colocan acciones el miércoles: Vesta, OMA e Inbursa y, no creo que el ingeniero Carlos Slim, no sepa de volatilidad.

De Fondos a Fondos

Curiosa declaración del presidente panista de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, José Isabel Trejo, pues puso en duda la tan ofrecida ventaja de la refoma financiera que se discute en su comisión al señalar que “bajar las tasas y aumentar el crédito” es algo que no se sabe cuándo y cómo sucederá y si lo hará como consecuencia de la reforma que se apruebe.  Es evidente que la oposición cambia a muy realista el lenguaje, ¿no cree usted?