Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

11 Oct, 2013

Hombre clave, bye bye

Dicen que en las tribus Masai el paso de la infancia a la adultez se marca cuando el joven es capaz de irse sólo a la estepa y cazar un león con sus propias manos.

Ése es el momento de transición cuando el joven demuestra de qué material está hecho, todo lo que ha aprendido y puede enseñar lo que (literalmente) “separa a los hombres de los niños”.

En el mundo de los emprendedores la cacería del León es el momento en que pierdes a tu persona de confianza. He aquí el proceso. Abres un negocio, haces todo tú. Te empiezas a volver loco. Contratas asistentes. Tienes más trabajo y necesitas expertos en otras áreas.

Contratas un hombre (que puede ser mujer) clave. Respiras. Le empiezas a delegar trabajo cada vez más importante. Sonríes y cantas la vida es bella. El hombre clave decide irse por así convenir a sus intereses… Pasen a ver al león

Te quieres dar un tiro. Sientes que el cielo se cae porque honestamente has delegado responsabilidades que ya no quieres (puedes/sabes) hacer y vives la angustia de encontrar a una persona tan maravillosa como la que tenías.

Éste es el momento de la verdad. El momento que separa a las empresas de las Empresas, con mayúsculas.

En realidad este trago amargo se puede convertir en un proceso de aprendizaje fundamental en dos áreas: primero en entender que el cielo no se cae al menos que tú lo tires. Un emprendedor y su empresa son capaces de sobrevivir el cambio de cualquier persona.

El segundo es el entender que establecer los procesos para estar preparados para la rotación de personal es un arma fundamental que te convierte en una mejor empresa.

¿Qué hacer? Todo se basa en el sabio dicho: Actúa como si todos fuera necesarios, pero nadie fuera indispensable. En cuatro áreas:

Acuerda los procesos y fechas de partida de la persona clave que se va. Vale insistir un poco pero no vale rogar.

Vale consensuar y ceder a demandas pero no vale ofrecer más allá de lo posible.

Si la persona se quiere ir trata de hacerlo en los mejores términos posibles. Pacta y deja por escrito la fecha y/o las condiciones de la partida y todo lo que se tiene que entregar antes de esta.

Deja muy en claro cuáles son las responsabilidades que se tienen que seguir cumpliendo antes de el término y lo que va a incluir (o no) el paquete de partida.

Si la persona tiene una posición jerárquica importante, determina cuándo y quién le va a avisar al resto de los empleados (para evitar chismes y especulaciones).

 Tu primera labor es empezar a contratar a un sustituto. Procura darte suficiente tiempo en la fecha de partida para poder hacerlo con calma y sopesar varias opciones.

Sácate de la cabeza el “no voy a encontrar a nadie igual” y sustitúyelo por “voy a encontrar a alguien diferente”.

Haz una lista de los pros y contras que tiene la persona que actualmente tienes contratada y el grado de importancia de cada uno y busca a una persona que llene los pros importantes y, también compense los contras importantes que tenía su antecesor.

 Transición. Si es viable, logística y financieramente, trata de que quien se va pueda entregar el puesto cuando ya tengas contratada a la nueva persona.

Aprende las lecciones para la próxima vez. Nadie es eterno.

Ten en cuenta que esto mismo te va a volver a pasar y para que no te tome desprevenido busca, de ahora en adelante, trabajar tomando en cuenta lecciones para que la próxima vez la angustia sea menor:

De ahora en adelante prométete: tener todos los procesos por escrito (un manual de puesto detallado), poder realizar todo lo que hace la persona (aun cuando en el día a día no los hagas) y tener las claves de acceso a todo…

Y si quieres llorar (como yo suelo hacer ante sorpresas), procura hacerlo fuera de horario de oficina.

                adinachel@gmail.com
                @AdinaChel

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