Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

18 Nov, 2013

México debe adoptar un presupuesto por resultados

En poco más de una década México ha tenido dos alternancias políticas, ninguna de las cuales cambió la forma de gastar el dinero público.

Los presupuestos panistas se hicieron con el mismo molde de los del PRI y ahora que este partido regresó al poder, siguió presupuestando como lo venía haciendo antes.

Y la verdad es que el presupuesto mexicano está rebasado por la realidad y tiene tres de los peores defectos de un ejercicio de gasto: desperdicia mucho dinero, no resuelve los problemas y no es transparente ni rinde cuentas.

El presupuesto mexicano es lo que se llama Presupuesto por Programas y consiste en que se crea un programa y en automático se le asigna dinero.

Esto provoca que se privilegia el gasto por encima de los resultados y hay docenas de programas que no se sabe si son efectivos o no, pero tienen dinero público asignado.

Por ejemplo, hay un programa a favor de la equidad de género y tiene casi 20 mil  millones de pesos de recurso, hay un programa para el campo con cientos de subprogramas, hay un programa forestal, etcétera.

Pero no se mide si dichos programas producen resultados o no; lo que se mide es si se ejerció el gasto que tienen asignado.

Un análisis que se hizo cuando recién iniciaba el gobierno foxista mostró que, por ejemplo, el programa forestal era de una alta eficacia para gastar el presupuesto en tiempo y forma, pero en esos mismos años, la superficie forestal del país se había reducido.

Para evitar esos sinsentidos, no son pocos los países que han cambiado a lo que se conoce como un Presupuesto por Resultados y la propia Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE, impulsa la adopción de tal presupuesto.

Consiste en que se ponen metas a conseguir, se asigna el recurso en la medida que tales metas se cumplen y se miden resultados para continuar destinando dinero.

Si no se consiguen las metas asignadas, o se modifica el programa o se despide al responsable.

El presupuesto mexicano es eficaz en la medida que gasta todo el dinero y por eso hay tanta sensibilidad a los subejercicios.

Observamos entonces que se destinan cientos de miles de millones de pesos a un sistema educativo ineficiente que no cumple con sus propósitos.

Y que se gastan miles de millones de pesos en programas para la pobreza que no acaban con ella.

Y en cada presupuesto hay una enorme bolsa dentro del programa para desarrollo agropecuario sustentable y el campo mexicano es un desastre.

Lo increíble es que cuando el PAN llegó al poder siguió presupuestando como lo venía haciendo el PRI y cuando éste regresó al poder ha insistido en seguir haciendo lo mismo.

La realidad es que el gasto público mexicano es un verdadero tiradero de dinero en programas que no debieran existir, en verdaderas necedades y tonterías y los gobiernos no se atreven a cambiarlo.

México necesita adoptar un Presupuesto por Resultados, que permita establecer metas precisas en el tiempo, medir si tales metas se cumplen y de esa manera ejercer el gasto público en propósitos concretos y no, como se hace ahora, con el único objetivo de gastar todo el dinero asignado.

El presupuesto actual no tiene otra meta que esa, gastar 100% del dinero; pero no importa si se acaba o reducen la pobreza, el analfabetismo, la ignorancia; si las obras públicas estan bien hechas.

Se trata de gastar y gastar y por eso se piensa que si el gasto sube las cosas mejoran.

El tiempo nos ha demostrado que el monto de gasto no resuelve los problemas.

Y eso pasará en 2014 con otro presupuesto récord en gasto, pero sin propósitos y metas claros.

Hasta el próximo lunes con nuevas…

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