Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

18 Nov, 2013

Baile

Esta semana se celebra el aniversario de una revolución… no la que se canta en los corridos, sino una más reciente, a ritmo de música tecno.

El próximo jueves se cumplirán oficialmente 15 años de que la firma japonesa Konami lanzó Dance Dance Revolution (DDR), una innovadora saga de arcade que, literalmente, provocó que toda una legión de adictos a los videojuegos dejaran de agitar las muñecas y comenzaran a mover febrilmente el cuerpo y los pies.

Se trata de una máquina tragamonedas con una caja mucho más grande y voluminosa de lo habitual, carente del típico tablero con palanca y botones, pero dotado de dos potentes altavoces y, frente a ella, una base de metal sobre la cual se sube el jugador. Esta plataforma cuenta con cuatro enormes botones con flechas apuntando en el sentido de los puntos cardinales, que deben pisarse según la indicación que aparezca en la pantalla. Dar los pasos correctos permite acumular puntos, bailar más piezas... y derramar sudor a chorros.

La mecánica del juego es extremadamente sencilla: el usuario tiene que seguir en la pantalla el desplazamiento de una hilera de flechas hacia arriba o abajo, y esperar el momento en el que cada una de éstas cruce una línea o embone en un molde, para pisar el botón de manera completamente sincronizada. Una modalidad que fue retomada por títulos como Guitar Hero y Rock Band, para consolas caseras, y Tap Tap Revenge para dispositivos móviles.

Konami ensayó por primera vez esta dinámica en el menos famoso y ya descontinuado Beatmania, desarrollado para arcade en diciembre de 1997 y que convertía al jugador en un disc jockey que manipulaba un tablero con siete botones —los cuales oprimía al son que marcara el monitor— y un tornamesa que giraba para provocar el efecto de barrido conocido como scratch. A falta de melodías originales o creadas ex profeso, las canciones que sirvieron para este singular entretenimiento eran versiones de música clásica interpretadas con sintetizador.

Lo que en realidad hizo Konami fue perfeccionar el modelo propuesto en 1996 por PaRappa the Rapper, juego al que se le debe considerar el verdadero pionero del género. Distribuido por Sony para el primer PlayStation, es protagonizado por un tierno perrito aficionado al hip hop, que se mueve, canta o baila mientras en una línea superior aparecen los clásicos símbolos del control de mando (sl6n) que deben ser apretados justo en el momento en que se iluminan en la pantalla.

Este cómico título estaba lejanamente inspirado en la versión electrónica del juego infantil Simon Says, un setentero dispositivo consistente en un disco grueso cubierto con cuatro grandes botones de colores que se iluminaban y emitían sonidos al momento que los niños los oprimían, siguiendo una secuencia que retaba su capacidad de retención y memoria (una variante popular en México fue El Fabuloso Fred, comercializado por Ensueño Tyco).

El impacto de DDR en Estados Unidos (y que explica su posterior expansión al mundo) está documentado en una serie de ensayos publicados en la página How they got game, un proyecto de investigación patrocinado por la Universidad de Stanford. Uno de ellos, escrito por David Liu en marzo de 2002, documenta que el debut de la saga ocurrió realmente en septiembre de 1998, pero una década después Konami estableció como fecha formal el 21 de noviembre, en coincidencia con el lanzamiento de la serie DDR X.

Otro de los méritos de este divertimento fue promover la actividad física de los videojugadores 12 años antes de que se comercializara el Kinect, tecnología desarrollada por Microsoft para su consola Xbox 360. En 2006, por ejemplo, autoridades de Virgina del Oeste establecieron un acuerdo con Konami para usar DDR en las escuelas públicas como parte de un programa para combatir la obesidad.

Retomando precisamente esta saludable utilidad, Konami renovó la vigencia de la saga este año con la publicación, en octubre, de una versión de bolsillo disponible para iPhone y iPod Touch, que requiere conectarse con un Apple TV y que ahora le ofrece al usuario medir el número de calorías quemadas en cada baile.

Para estar a tono con los 15 años de la franquicia, a esta novedosa edición sólo le faltó que un tradicional vals engalanara su repertorio.

*marco.gonsen@gimm.com.mx

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