Pedro Alonso

Consejería

Pedro Alonso

13 Dic, 2013

La baja esperada del S&P 500, en desarrollo

El miércoles 27 de noviembre pasado dediqué la Consejería, que usted pudo leer ese día, a hablar de la posición técnica que el S&P 500 tenía y lo que, me sugería, podía ocurrir. En resumen, lo que traté de dejar establecido es que el indicador mencionado se encontraba en una zona que sugería la posibilidad de ver una trayectoria bajista en breve.

Mencioné que cuando la aceleración del mercado baja, tarde o temprano la velocidad lo hace y eso es lo que venía pasando desde principios de noviembre. Ambos términos, aceleración y velocidad, son medibles, por supuesto. El problema que uno tiene cuando habla o escribe sobre la mecánica de los precios y el uso de herramientas que provee el análisis técnico, es que cuando lo hace, las cosas no ocurren aún y no se sabe cuándo ocurrirán.

Yo he tratado de aclarar que mi postura es en general de corto plazo, pues opero bajo la idea de que el largo plazo es la suma de los cortos plazos, y porque es la mejor forma que encuentro para hacer referencias sobre lo que escribo en este espacio y compartir mis ideas sobre esta materia con usted, amigo lector.

Pues bien, los movimientos de los últimos días han confirmado la apreciación de la posible baja, motivado el mercado una vez más por el tema de la Fed y la posible reducción de los estímulos monetarios, asunto que había disminuido su presencia tanto en el ánimo de los inversionistas, como en los medios de comunicación.

El próximo miércoles 18 de diciembre será el día en que se conocerá la decisión de la Fed, así que es presumible que la baja nos dure hasta entonces y, en términos de distancia, pues me atrevería a decir que puede acercarse a la región de los mil 750, es decir 1.5% abajo del nivel actual; no es gran cosa. Desde el máximo histórico más reciente (mil 813 puntos, el 29 de noviembre pasado) la baja sería de 3.5%, si llega a darse. En cualquier caso, no dejo de ver una zona inferior, la de los mil 730. Parece lejana, pero es posible.

Usted sabe que mi postura es que la reducción de los famosos estímulos se presentará, en todo caso, hasta después del cambio de mando en la Fed, el 31 de enero, cuando se vaya el señor Bernanke y llegue la señora Yellen. De tal modo que la baja de la que hablo, si las cosas resultan como espero, es una buena oportunidad para retomar las posiciones que se hayan vendido en el alza previa, considerando que habrá un espacio temporal más o menos largo (suponiendo que la decisión se tome en la primera junta de política monetaria, con la señora Yellen a cargo, cosa que sucederá hasta el 19 de marzo) para que regrese a la mesa de análisis el tema del crecimiento, sobre todo ahora que los políticos estadunidense se han aproximado a una especie de tregua para evitar que los temas fiscales vuelvan a afectar la actividad del gobierno en los primeros meses del año próximo, como se había acordado. Puede ser un buen tema de especulación.

En el lado de la economía real —así le dicen—, la actividad industrial de México tuvo en octubre un crecimiento mínimo de 0.1%, respecto de un año antes. Los datos más significativos, desde mi punto de vista, son la continuada caída de la construcción, con 7.4% (en donde la edificación de vivienda cae 7.9%) y la mejoría del sector de manufactura, que crece 3.5 por ciento.

El sector de manufactura, de alto valor agregado, ha mejorado trimestre a trimestre en este año, si bien los números son pobres. Pero vale señalar que los últimos cuatro meses reportados —de julio a octubre— han mostrado cifras positivas, reflejando la mejoría de la economía en Estados Unidos. No hay que perder de vista a este sector, pues puede ser el que lidere los datos de la actividad económica en México durante el próximo 2014. Suerte.

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