Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

19 Dic, 2013

Inicia el tapering: optimismo “moderado”

El Sistema de la Reserva Federal (Fed), que preside Ben Bernanke, cerró el año con el anuncio del inicio del retiro paulatino y progresivo del extraordinario y no convencional estímulo monetario que se inyectó al sistema financiero y economía estadunidense en los últimos cinco años, para evitar una depresión económica.

La Fed aprendió de la lección de mayo, y su comunicación es tan clara que los mercados reaccionaron favorablemente, dado que incluyó un proceso global de información de sus intenciones, contando lo que haría, bajo qué criterios, que sería gradual y los indicadores clave para medirlo.

En este sentido, el anuncio de ayer fue que reducirán, a partir de enero, cinco mil millones de dólares de la compra de valores respaldados en hipotecas, y otros cinco mil millones de dólares de las compras de Bonos del Tesoro para su posición de largo plazo.

Dos elementos apoyaron su decisión: se observa una recuperación “moderada de la actividad manufacturera, el gasto del consumidor, la inversión y el empleo”, y apunta que mientras la tasa de desempleo no se encuentre de forma consistente por debajo de 6.5%, difícilmente iniciará una modificación de su “instancia monetaria”, o sea que la tasa de referencia seguirá en 0.25 por un periodo aún largo. Tal vez unos nueve meses en el mejor de los casos o tal vez un año.

¿Qué elementos observa de riesgo? El más importante es que el acuerdo bipartisano ha sido positivo pero no suficiente para que el ancla fiscal se convierta en palanca del estímulo económico, que es aún “moderado” y tiene riesgos, como el que la inflación se ubica por debajo de 2% (objetivo de largo plazo) y la tasa de desempleo en 7.3 por ciento.

Recordemos que en enero de este año estaba en 7.8% esa tasa, de manera que la recuperación del empleo está verificándose a un ritmo todavía lento y, entre mejor se va desempeñando una economía con la profundidad de la americana, la recuperación del empleo a tasas consistentes puede tomar aproximadamente un año. La Fed, a diferencia de México, no incluye consideraciones sobre la influencia de eventos externos en el devenir económico, pues prácticamente advierte que la recuperación dependerá de la expansión interna.

¿Por qué traemos este tema a colación? Porque hay “expertos” que repiten que con el inicio del tapering se anticipa gran volatilidad, subida de la tasa para México, y neutralización de las bondades que se presume traerá la Reforma Energética.

Nada más alejado de la realidad. La Fed misma, en su comunicado, establece que en tanto la inflación esté en 2% y la tasa de desempleo haya caído por debajo de 6.5% y se encamine de manera sólida hacia el 2% (que es la meta de pleno empleo), es probable que mantenga una política monetaria acomodaticia.

El próximo año, el calendario de reuniones del FOMC incluye ocho fechas y, si considera que la primera reducción de compras es de diez mil millones en enero, probablemente en cada reunión pueda ir reduciendo de la misma cantidad, lo que implicaría que hasta diciembre del próximo año estaría eliminándose el componente no convencional de la política monetaria.

La decisión ha conducido a que los “agoreros” comiencen a predecir una oleada de elevación de tasas de interés, que pudiera ir en contra de la expectativa que presentó la Secretaría de Hacienda, que lleva Luis Videgaray, en el Programa Nacional de Financiamiento al Desarrollo (Pronafin), particularmente porque terminó la euforia de la Reforma Energética, pero en el sector privado mexicano siguen abiertas las heridas de la Reforma Fiscal que está en puerta.

Esto último ha hecho que se corran todo tipo de rumores, incluyendo el del titular de la dependencia en el primer ajuste del gabinete peñista. Pero es sólo un rumor que procede de “no enterados” pero “sí interesados”, que no asimilan que la eliminación de regímenes especiales ha sido un gran paso para elevar la recaudación de forma estructural en 2.4% del PIB en el curso de cuatro años.

Además, la moderada mejoría de la economía de Estados Unidos, sumada al estímulo que representa un déficit de 1.5% del PIB genera condiciones para la transición fiscal, de ejecución de reformas y de recuperación de la inversión, pero, a diferencia del pasado, hoy se pretende que el impulso más importante provenga de fuentes internas que de externas.

El estimado del Pronafide es que el ahorro interno aumente de 55.9% del PIB en 2012 a 65% del PIB en 2018, derivado, sobre todo, del aumento en el financiamiento interno al sector privado de 25.7% del PIB en 2012, a 40% del PIB en 2018. Por tanto, el desarrollo de México tendrá como fuente principal de financiamiento el ahorro doméstico y su intermediación en crédito, reduciendo las vulnerabilidades ante el entorno externo.

De Fondos a Fondo

¡Buena noticia! El Juzgado Federal Décimo Segundo de Distrito en Materia Civil del Distrito Federal determinó levantar la medida precautoria que había impuesto previamente, en la que ordenaba la suspensión de permisos a trasnacionales como Monsanto, que dirige en México Manuel Bravo y Dupont Pioneer, que lidera en la región Tim Glenn, entre otras, para la siembra “experimental”, liberación y comercialización de maíz transgénico en México.

La medida fue dictada en octubre de este año dentro de la Acción Colectiva que el pasado 5 de julio promovieron 53 científicos, intelectuales, agricultores, artistas y activistas, así como 22 organizaciones ambientalistas, productivas y de derechos humanos.

La demanda se presentó bajo el argumento de proteger el derecho humano a la biodiversidad que tienen todos los mexicanos, máxime cuando México, al ser el centro de origen del maíz, tiene un reservorio de biodiversidad de este cultivo, que es patrimonio de la humanidad.

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