Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

26 Dic, 2013

Cuidado, estemos atentos; no nos vayan a “hacer inocentes”

Este sábado, le pido por favor estar muy atento a todo lo que le planteen porque, como sabe, será el “Día de los Inocentes”; eso de escuchar el clásico “Inocente palomita, que  te dejaste engañar” no es muy recomendable. 

Para no ser blanco de una broma este 28 de diciembre y en el futuro, algunas de buen gusto debe decirse, es bueno estar muy atento; estar, como dicen ahora “a las vivas” pues no falta el que quiere “hacer inocentes” a los demás.

La atención debe ir más allá de las bromas y de los préstamos que nunca nos pagarían; tome en cuenta que hoy, las cosas en México y buena parte del mundo no están fáciles por lo que los intentos por “hacernos inocentes”, abundan. 

En días pasados, el Departamento de Comercio de Estados Unidos, dio a conocer las cifras ajustadas del crecimiento del PIB para el tercer trimestre de este año. Si bien el 4.1 por ciento sorprendió a más de uno, prácticamente nadie echó las campanas al vuelo; aun cuando la economía de ese país recupera poco a poco la senda del crecimiento, los problemas estructurales no enfrentados y menos resueltos podrían, de no atenderlos,  echar a perder el impulso que hoy se deja ver.

En Europa, con ligeras variantes, la situación es similar a la de Estados Unidos; podríamos decir que en esto de la recuperación, se encuentra en una situación de “Sí, pero aún no”.

Nuestros socios comerciales, tomados en su conjunto, aún no regresan  plena y permanentemente a la senda del crecimiento; hay indicios de recuperación, pero también, muchos problemas estructurales sin resolver.  Ante esto, ¿qué pediría el ciudadano de a pie, simplemente que no traten de “hacerlo inocente”.

Los procesos para modernizar viejas y “moribundas instituciones”, generan expectativas positivas las cuales, deben ser fortalecidas mediante una explicación clara soportada con argumentos sólidos y bien fundamentados.

La exageración de beneficios al grado de llevarlos a niveles de lo imposible hasta volverlos increíbles a los ojos de la población, podría traer consecuencias negativas para el proceso en su conjunto.

Además, si la manipulación los hiciere ver como de inmediata concreción al dejar de lado la realidad del país y sus limitaciones, dada la visión que buena parte de la sociedad tiene de los procesos de modernización, el desengaño y la frustración al sentirse manipulados y “haberlos hecho inocentes”, pondrían en peligro el proceso para lograr más cambios y reformas legislativas.

En consecuencia, la conducta que debe privar en la entidad responsable de explicar lo que el proceso va a lograr en cada etapa, los tiempos necesarios para cada una de ellas y cómo se concretaría cada objetivo y las metas fijadas, vendría a ser el elemento central en esto de buscar y  lograr el apoyo ciudadano al proceso de transformación.

Para que el ciudadano hiciere suya ésta o aquella reforma, debería tratársele como adulto; la información proporcionada, no debe ser fantasiosa y mucho menos pretender “hacerlo inocente”. El ciudadano debe ser tratado con respeto para que, una vez explicada la reforma y él haberla entendido, la hiciere suya y brindare su apoyo.

Estemos atentos pues, para que de darse algo así en México, no nos sorprendan y digan mañana: “Inocente palomita, que te dejaste engañar”.

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