“Nadie se siente cómodo con los mercados. Imagine a Janet Yellen”

Ayer no operaron los mercados financieros en México, como usted sabe, por nuestro primer fin de semana largo de este 2014, nuestro concepto del “puente”, pero institucionalizado. Una expresión más del estilo de la política mexicana: lo que está fuera de la regla se “regulariza”. El método no es hacer que lo irregular entre al marco de regulación, sino que éste se amplía.

Seguramente tiene sentido para algunas cosas, pero no para todas. No son lo mismo los días de descanso, que las autodefensas, por ejemplo. Es el mismo caso la forma de arreglo que se está planteando en el Distrito Federal para los llamados vagoneros, los comerciantes que operan de manera ilegal en el Metro de esta ciudad capital, a quienes en vez de forzarles a cumplir con la ley, se les ofrece una “lana” y un “ambiente operativo más ordenado”, para sacarlos de los andenes.

En fin, haber tenido un día “feriado” en México permitió que los mercados no siguieran la suerte de lo que ocurrió en la parte del mundo en donde la economía sí operó. Los mercados siguieron bajando. A modo de resumen, el S&P 500 bajó 2.3% y llegó a 1,742 puntos, en números cerrados, lo que en suma representa una baja de casi 6% desde el punto más alto que este índice ha alcanzado en su historia, cosa que ocurrió recientemente, el pasado miércoles 15 de enero.

Y como suelo decir, los mercados de Asia no abren la jornada del día siguiente, sino que cierran la del día que rige en occidente. Así, al momento de escribir esta Consejería, en Asia los mercados replican la baja ocurrida en América horas antes y el Nikkei de Japón baja 2.6% y el Hang Seng de Corea, hace lo propio con 2.33 por ciento. Cuando usted lea esta columna ya sabrá el cierre de estos mercados y lo que ocurre en Europa y América. Nuestro mercado seguramente habrá abierto bajando y el IPC mexicano irá a buscar la zona de los 40,300 puntos; algo así como -1.5% respecto del cierre del viernes pasado; así, como para “medirle el agua a los camotes”.

Que no me sienta sorprendido por lo que describo en los párrafos anteriores no significa que me sienta bien, por más que sean temas sobre los que he escrito más o menos en detalle y que me haya “protegido” de alguna manera —pero no del todo— a las cosas que pensaba podían pasar. No voy a repetir las fechas en que escribí al respecto; pero sí lo hice. Espero que le haya sido útil.

A los asuntos de los mercados emergentes, que son los que han desatado esta trayectoria bajista, se han sumado los datos de la economía estadunidense en el terreno de las manufacturas que no han resultado del todo buenos y es posible que más de uno esté protegiendo sus activos pensando en que quizá los datos de empleo en Estados Unidos que se publicarán el próximo viernes, no serán del todo buenos y que el mercado exagerará su reacción negativa. Y puede que así sea.

Técnicamente parece que no falta mucho para que se encuentre un “soporte”. Lo que se ve en las gráficas pienso que está en general, más o menos 1% abajo del nivel de hoy. No es tanto, pero la verticalidad de la caída ha sido severa. Eso posibilita una reacción similar, pero no recomendaría empeñar demasiados recursos en ello pues tengo la impresión que la operación y el ambiente es aún frágil.

¿Recuerda, amigo lector, que hace unas dos semanas escribí alrededor de los deseos que se cumplen?; hacía referencia a la baja esperada en los mercados, particularmente en el S&P 500 que en esos momentos estaba en 1,552 puntos y me atreví a escribir que probablemente llegaría a los 1,780, cosa que hizo la semana pasada, llegando ayer a los 1,742 como señalé párrafos atrás.

Puede verse bien, pero la postura que mencioné en el sentido de tomar las cosas con calma, es válida –en mi caso- para lo que pase en los mercados de México como en los de Estados Unidos. Prefiero esperar ver. Menuda recepción le dan los mercados a Janet Yellen, que ayer tomó cargo de la presidencia de la Fed.
Suerte, doña.