Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

28 Feb, 2014

El lado oscuro de la moneda

De entre todas las cosas que se escriben de los emprendedores o nuevos empresarios (que en estas épocas es uno de los temas de moda) poca o nada de atención se pone a un tema fundamental.

La depresión que, comúnmente, los emprendedores sufren. Se conoce como Founders Fobia o Founders depression. La fobia o depresión del fundador.

La cara oculta detrás de la energía para idear y sacar adelante un negocio y del glamour y la adrenalina que existen al empezar un negocio son los episodios depresivos que muchos emprendedores sufren.

No hay estadísticas formales al respecto (todavía), pero estudios preliminares sugieren que los emprendedores o nuevos empresarios tienden a sufrir depresión médica (no, no el uso vano de la frase “estoy depre”) en una mayor proporción que el resto de los trabajadores.

El año pasado tres empresarios exitosos de Silicon Valley, entre los que se encontraba Aaron Swartz, fundador de Redditt, se suicidaron a causa de la depresión.

Y éstos sólo son los casos famosos.

A nadie le gusta hablar del tema.

Si los emprendedores tuvieran una mayor probabilidad de sufrir diabetes, por ejemplo o cualquier enfermedad corporal, existirían estudios completos y miles de consejos. Pero en el momento que es una enfermedad mental, la gente prefiere mirar hacia el otro lado y hacerse de la vista gorda.

Tristemente, el barrer los problemas debajo del colchón, sólo los hace más grandes.

La depresión que viven los emprendedores nada tiene que ver con el éxito o fracaso de sus negocios. Tiene que ver (o es lo que hasta ahora varios científicos asumen) con las características necesarias para ser emprendedor: no es que el emprendimiento per se deprima, es que la gente que decide ser emprendedora tiene un carácter especial (digamos que una bipolaridad funcional) que hace la depresión mucho más probable.

Además, la montaña rusa de abrir un nuevo negocio, aunada al stress, el dejar a un lado hábitos de salud (sana alimentación, ejercicio, buenos horarios de sueño) y el mezclar la identidad personal con la de la empresa, acrecentan las probabilidades de caer en un vacío emocional.

No es un chiste. Tristemente me ha tocado vivir en primera persona los devastadores efectos que tiene la depresión en la vida de una persona.

Además de que (de manera menos importante) la depresión tiene un efecto sobre el negocio en general. En el momento que un empresario o emprendedor, que es la pieza fundamental de la empresa, empieza a fallar, todo el ecosistema de su empresa lo resiente.

Desde la falta de energía y la mala toma de decisiones hasta la falta de capacidad directiva y efectividad.

Hay ¿qué hacer?

Si sospechas que tú o que una persona con la que trabajas está deprimida, no menosprecies el tema.

Indicadores como cambios repentinos de humor, cambio en los patrones de sueño y/o de apetito, angustias exacerbadas o cualquier detalle que “parezca raro” son indicaciones de que hay cosas que no están funcionando bien y es mucho mejor alzar la voz y buscar ayuda que asumir que son asuntos “irrelevantes” o que  se pasarán solos” o que “no me tengo que entrometer”.


                adinachel@gmail.com
                @AdinaChel

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