Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

21 Mar, 2014

Los problemas principales de las nuevas empresas

Jajajajaj, se reirán los empresarios que están en las primeras o segundas etapas de sus negocios. ¿Los problemas principales? ¿Pues, qué tan largo es la columna? Ni un libro del grueso del Álgebra de Baldor contendría los problemas principales que enfrentan las empresas. Cada paso, al parecer, trae un reto nuevo que si bien no explota en un problema, sí requiere una atención particular.

…Atención particular que se vuelve complicada dada la gama de problemas y la falta de experiencia que tenemos para resolverlos.

Más allá de los problemas cotidianos o de los del día a día, existen algunos conflictos de mayor alcance que son comunes y muy importantes de tomar en cuenta a la hora de planear un negocio o sobre la marcha.

1. La diferenciación se va acotando. El producto más novedoso poco a poco va perdiendo novedad o exclusividad por la competencia feroz (y cada vez más que existe), esto se refleja en la pérdida de mercado y en la disminución de ventas.

¿Qué hacer? NUNCA dejes de innovar. Nunca te duermas en tus laureles. Aun si tienes en tus manos la piedra filosofal, debes estar destinando tiempo, dinero y esfuerzo a desarrollar ajustes, mejoras o productos/servicios complementarios.

2. La nueva gama de productos/versión del software/tipo de servicios no está teniendo éxito.

Así va la historia: tienes un producto que se vende como pan caliente, le haces un cambio o una mejora inminente (ver el punto anterior) y, de pronto, parece haber caído la maldición de las ventas en cero.

¿Qué hacer? No innoves o mejores o saques al mercado nuevos productos sin tomar en cuenta estas dos reglas de oro:

a) Pregúntale a tus clientes qué quieren, qué mejorarían ellos, qué necesitan, cómo los puedes servir mejor y toma en cuenta esta información como piedra angular de cualquier cambio (lo que no quiere decir que no tomes en cuenta tu propio instinto).

b) Haz los cambios de manera gradual para ir midiendo la reacción del mercado. No elimines una línea de producto o servicios tajantemente al introducir otra, ve reemplazándolas poco a poco para que tus clientes no se sientan perdidos y adopten poco a poco las nuevas ideas.

3. Creces y necesitas expandir tu gama de proveedores o reemplazarlos… y no siempre te cumplen como esperabas. Los negocios son como una cadena de dominó. Tu proveedor te queda mal, tú le quedas mal a tu cliente. Antes de cambiar de proveedores o de empezar a trabajar con nuevos evalúa:

a) Las razones por las que te estás cambiando de proveedor. Si es por que tu proveedor actual ya no tiene lo que necesitas o tienes un grave problema, haz el cambio. Si buscas nuevos proveedores por algún problema esporádico con un proveedor que ha sido, consistentemente, bueno, busca arreglar los problemas primero.

b) Prueba y vuelve a probar los productos y servicios del nuevo proveedor antes del reemplazo, analizando también sus tiempo de entrega y su capacidad de respuesta en caso de problemas.

4. Te ahoga el papeleo. Entre más crecen los negocios más trámites administrativos hay. Es inevitable en parte por el tamaño de las operaciones (y la utilización de recursos) y en parte por los mecanismos de control que deben existir.

¿Qué hacer? Evalúa poder subcontratar (outsourcing) ciertos procesos o asesórate para encontrar la tecnología adecuada para poderlos realizar de la manera más eficiente posible.

5. Necesitas financiamiento. Un negocio en crecimiento necesita dinero para crecer, no hay de otra y el financiamiento propio o de los FFF (freinds, fools and family) tiene un límite.

¿Qué hacer? No busques sólo las fuentes tradicionales de financiamiento (bancos) averigua sobre los cientos de programas públicos que existen o acércate a fondeadoras o aceleradoras  de negocios que te pueden conectar con inversionistas privados.

                adinachel@gmail.com
                @AdinaChel

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