Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

31 Mar, 2014

Papel digital

A reserva de que se trate de una broma anticipada de April Fools' Day (el equivalente gringo del Día de los Inocentes, en el que ya es tradición el falso lanzamiento de extravagantes novedades tecnológicas), pronto los árboles descansarán de la pesada tarea de proveer al ser humano del papel necesario para tomar apuntes.

Diez años después de que Sony comercializara el primer lector de libros electrónicos, el gigante japonés recién anunció que pronto estará a la venta un dispositivo llamado Digital Paper, que, según sus palabras, representará una revolucionaria forma de trabajar que hará decir adiós a las hojas sueltas amontonadas en el escritorio o agrupadas en fólders amarillos y espirales de engargolado.

Se trata de una libreta electrónica en la que se pueden redactar textos nuevos o hacer anotaciones sobre documentos ya escritos mediante una pantalla amigable en la que la tipografía se aprecia con claridad, sin que afecte el brillo de la luz del día o una iluminación tenue en un espacio cerrado. No se asume como sustituta, sino como complemento de computadoras de escritorio y tablets.

El sitio Engadget tuvo acceso hace un año a un prototipo de prueba de este invento en el que se aprecia una característica peculiar: la flexibilidad. La delgada hoja electrónica —que recuerda a la versión futurista del periódico USA Today que aparece en la película Minority Report, de 2002— puede doblarse ligeramente, lo cual no parece tener más utilidad que la de no sentir que se está frente a un dispositivo extremadamente frágil.

Lo verdaderamente asombroso es lo que devela otro video, publicado por el canal japonés DigInfo TV, en el que se muestra una hoja electrónica de 13.3 pulgadas, mucho menos gruesa que un iPad Air, pero sin llegar a la delgadez de una lámina metálica. Está diseñada para la escritura a mano por medio de una plumilla electrónica, aunque la superficie también es sensible al toque de las dedos. En el caso de documentos previamente escritos, es posible subrayar palabras y frases, remarcarlas como si se usara un plumón de colores brillantes, escribir observaciones o garabatear figuras (si se prefiere, también cuenta con teclado virtual). Tiene conexión Wi-Fi y puerto USB, y entre otras prestaciones posee una batería con una duración de tres días por carga y almacenamiento hasta para unos dos mil 800 documentos de un megabyte cada uno. Por lo pronto, Sony aspira a que este producto sea atractivo para universitarios, así como profesionales del derecho, la administración pública, la educación, el entretenimiento o cualquier otro negocio que sufra por la aglomeración de papel.

Digital Paper es producto de una nueva colaboración entre Sony y el corporativo E Ink, fundado en 1997 como una derivación del célebre Media Lab, auspiciado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, y cuyo aporte al mundo fue la invención de la tinta electrónica, un efecto que consiste en una pantalla de alto contraste que simula una textura de papel sobre la que se plasman las letras, y cuya primera gran aplicación de alcance industrial cristalizó en el Sony LIBRIe EBR-1000EP, el primer lector de libros electrónicos de la historia, desarrollado en colaboración con la holandesa Philips y lanzado en abril de 2004. Una nota del sitio Mobile Magazine devela el interés de esta última empresa por crear un mercado para las publicaciones electrónicas, como ya empezaba a haberlo para los archivos musicales MP3 con la creación del iPod en 2001.

De esa forma cobró vida la “máquina de lectura” imaginada en 1930 por Bob Brown —un visionario escritor oriundo de Chicago y llamado El abuelo del e-reader en un ensayo publicado por The New York Times—, quien propuso aquel año acabar con “la tiranía de la tinta y el papel”, aunque lo que tenía en mente era más un bien un aparato que permitiera leer novelas de cien mil palabras en diez minutos. Esa característica habría sido deseable para el LIBRIe, cuyos libros se autodestruían dentro del dispositivo 60 días después de ser descargados.

Lo que no suena para nada a broma de April Fools' Day es el precio de mil 100 dólares proyectado para Digital Paper, que ha decepcionado a los sitios estadunidenses especializados en tecnología.

Se presagian dificultades para este innovador producto, como las que una década antes sufrió la propia Sony, que no capitalizó el potencial de su LIBRIe, como sí lo logró Amazon en 2007 con el  lanzamiento del mucho más barato Kindle. Sólo si aprende de la experiencia podrá evitar otro papelón.

marco.gonsen@gimm.com.mx

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