Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

9 May, 2014

¿Y si Frank Underwood hubiera sido emprendedor?

                Para todos los amantes de House of Cards
                y para los que todavía no lo son.

Dicen que la vida imita al arte. En el mundo moderno, en donde la televisión ha probado ser, también, un arte, existen personajes que dan ganas de sacar de la pantalla y llevar a una facultad de negocios para aprender de ellos.

Y dentro de todos los personajes que se han creado últimamente pocos han causado tanta controversia y fascinación como Frank Underwood, el inteligente, maquiavélico, brillante, aberrante (no encuentro el adjetivo ideal para describirlo) protagonista de la serie House of Cards, de Netflix.

Dentro de su malicia y maldad es un personaje apasionante, un estudio de la ambición humana que, además, es simpático e incisivo en sus opiniones.

Un hombre para quien el fin justifica los medios y que personifica el deseo humano por conseguir lo que uno quiere… Igualito, si le restamos los asesinatos y complots, a muchos de los emprendedores.

¿Cuáles son las lecciones de negocios que podemos encontrar en sus palabras y frases célebres?

1. “Las decisiones que se basan en las emociones no son decisiones: son instintos”.  Cierto, en todos los negocios existe la necesidad de dejarse llevar por el sentimiento/latida/intuición, pero en la manera en que las decisiones son informadas y racionales se vuelven menos riesgosas, menos temperamentales y tenemos una mejor capacidad para actuar.

2. “Nunca tomo una gran decisión tanto después del anochecer y tan lejos del amanecer”. El sueño y el tiempo son muchas veces los mejores aliados. El tomar decisiones de noche, después de la locura del día, tiende a ser poco adecuado. La mejor manera de tomar decisiones es con la cabeza despejada y descansada.

3. “Empujar agua es lo mismo que ahogarse”. Innovar o morir. Moverse o morir. Renovarse o morir. Los nuevos negocios, y los negocios en general, son como los tiburones: sí se quedan inmóviles, mueren. El estar en una posición cómoda o llegar a una zona de confort es una sentencia de muerte por la naturaleza de la competencia. 

4. “La inseguridad me aburre”. Cierto, es muy difícil ser emprendedor. Nos enfrentamos a todos nuestros miedos, nos damos cuenta de nuestras limitaciones y resaltan nuestras carencias… muchas veces antes de medio día. Pero un emprendedor no lo puede demostrar. Tiene que estar seguro, o por lo menos demostrar seguridad de su producto y de su capacidad de llevarlo al éxito.

5. “Hay dos tipos de dolor: el tipo de dolor que te hace más fuerte y el dolor inservible.” En el emprendurismo hay más dolor que felicidad. Hay más fracasos que éxito. Es imposible evitar los errores y el dolor que causan: el chiste es aprender de ellos. Una vez aprendida la lección tampoco vale la pena quedarte analizando el pasado… o como bien dice Frank, “Mientras ustedes discuten sobre la lucha del pasado contra el presente, yo estoy ocupado creando el futuro”.

6. “El poder no duerme hasta tarde”. Corto y al punto: el éxito se consigue trabajando, trabajando duro, esforzándose. Nada llega fácil, nada llega sin haberlo trabajado y hay que tener la estamina, la energía y el aguante para luchar por lo que se quiere. A fin de cuentas, en los negocios, se corre un maratón, no un sprint”.

7.“No me acorralaran para hacer promesas que no puedo cumplir”.

En los negocios es muy tentador prometer a los clientes, proveedores, socios… incluso a uno mismo, cosas que de antemano sabemos son imposibles de cumplir. Lo hacemos por presión externa o por buena voluntad. Pero es un error. No, no estoy hablando de poner altos estándares para alcanzar grandes cosas, sino de ofrecer algo imposible de hacer realidad. No sólo es desgastante, también demerita el nombre y la reputación que tenemos.

Y por último la frase más acertada de todas en cuanto a negocios se refiere:

“Así es como devoras a una ballena: una mordida a la vez”.

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