Pedro Alonso

Consejería

Pedro Alonso

14 May, 2014

Llegando a los objetivos

Pues bien, ayer el IPC mexicano llegó para todo fin práctico a los 42,500 puntos (en el máximo de la operación del día) y yo me doy por bien servido, respecto del objetivo del que escribí semanas antes. Lo hice varias veces, a riesgo de ser repetitivo, pero lo hice —y lo haré— para que no quede duda de lo que, pienso, puede ocurrir. Ese es el tipo de riesgo que estoy dispuesto a asumir de cara a usted, amigo lector.

No crea, por supuesto que me da “frío” cada vez que hago una afirmación sobre el futuro, pues, como es obvio, no sé qué va a ocurrir. Pero si no confío en mi trabajo, en la técnica y en lo que he aprendido, pues mejor me dedico a otra cosa. Omito decir que decido apoyándome en el “sentido común”.

En primer lugar, porque es una especie de “cliché” que, pienso, no es necesariamente válido, pues si fuera por el sentido común, entonces la Tierra —nuestro planeta— sería plana y no redonda. Salga usted a la calle y compruébelo, amigo lector. Hasta donde alcanza la vista, no hay evidencia de redondez alguna.

Pero resulta que alguien, hace mucho tiempo, tomó el riesgo de decir que la Tierra es redonda y resultó que tenía razón. Yo no pretendo logros de esa magnitud (ya no están de moda), pero sí me “juego” con las cosas que tengo a mi alcance y que he aprendido a conocer y respetar con el paso del tiempo. Una de las virtudes del mercado es que le enseña a uno a ser humilde. Cuando se piensa que ya le tomamos la medida, lo siguiente que ocurre es que el mercado se encarga de decirnos: “Estás equivocado, una vez más”. Y ni modo; así es este “rock”.

Mi decir de “me doy por bien servido”, del párrafo inicial, se refiere únicamente al aspecto técnico de mis especulaciones y a la utilidad que, usted y yo podamos haber obtenido de ello. Porque hacer análisis para ver desde la tribuna lo que ocurre no tiene chiste. Es como jugar póker con frijolitos o, como dice un cuate mío: “Es como bailar con tu hermana”. Yo no tengo hermanas, así que no sé exactamente a qué se refiere mi amigo, pero me lo imagino. No debe ser del todo emocionante. Si los hermanos bailan bien, puede ser divertido. Pero nada más.

Y sí, no tiene gracia. Para que el cuerpo sienta lo que recibe, tiene que estar presente el riesgo real. “Que tenga pecado, pa’ que enamore”, dice otro amigo; cubano, por cierto. Así es esto de los mercados y de muchos otros ambientes de la vida cotidiana. Por lo pronto, en el mercado mexicano, las cosas han caminado en la idea que compartí con usted en este espacio. ¡Uufff!

¿Qué sigue? Pues la resistencia visible está en los 42,700 puntos del IPC, así que no falta mucho. Yo vendo una parte de mis posiciones pensando en recomprarlas a mejor precio. Porque, al final, creo que el mercado tiene destinos mejores, pero falta tiempo. Por lo pronto, creo que es prudente tomar mis rendimientos o materializar la reducción de las pérdidas eventuales (yo estoy en este caso, pues tengo algunas posiciones “viejas”).

Quizá usted pregunte: ¿Por qué no quedarse, si se piensa que el mercado puede subir más? Una especie de respuesta puede ser un dicho popular como el de “más vale pájaro en mano que ciento volando”. Yo lo traduzco en mi decir de: ya gané, ahora que gane otro. En el fondo, la idea es, a partir de la técnica, tratar de optimizar la operación. La siguiente “pelota” la jugaré cuando aparezca.

En el mercado estadunidense las cosas no se ven mal, ya que el S&P 500 estableció un nuevo máximo histórico en 1,897 puntos, a nivel del cierre, si bien en el máximo del día llegó a 1,902 puntos y “garra”, que es el nivel máximo de este índice en su historia, que no es menor.

Habrá que tomar con calma estas señales alcistas, pues vale decir que no tendremos mucha información corporativa en los próximos meses y que, al final, esta es la que anima al mercado, más que la de orden macroeconómico. Por lo pronto, las cosas están donde pensé. Una vez más: ¡Uufff! Suerte.

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