Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

23 May, 2014

Competitividad y emprendedurismo

Al día de hoy, los datos (infartantes) ya son públicos. En el índice de competitividad publicado ayer por el IMD (Institute for Management Development) de Suiza, México tuvo la caída más abismal de su historia. Del país número 32 más competitivo el año pasado caímos a la posición 42 (de una muestra de 60 países). Uno de los retrocesos más importantes de todos los países este año. Sólo Filipinas y Grecia tuvieron una caída mayor.

El número es aún más abismal si se considera que en las cuatro aristas del análisis México tuvo descensos importantes. Ambiente de negocios (del lugar 33 al 41), infraestructura (del 49 al 51), economía (del 14 al 18) y, la cereza en el pastel: eficiencia del gobierno del 29 al 41. ¡Viva México!

Medir la competitividad no es un asunto menor ni de poca envergadura. Este factor es FUNDAMENTAL para medir el futuro de los países. De la competitividad depende la atracción de inversión (externa e interna) y la generación de marcos políticos, macroeconómicos y microeconómicos de desarrollo sustentable.

Las naciones que están a la cabeza, EU, Suiza, Singapur, Hong Kong y Suecia, son países punteros en el desarrollo económico y las posibilidades de mejor vida para su población. Los países que están en la cola, Venezuela, Croacia, Argentina, Grecia y Bulgaria… Bueno, con los puros nombre ya sabemos la historia.

El estudio que hace el IMD es quizá uno de los más importantes que se publica en el mundo. Dado la seriedad en su cálculo (se toman en cuenta más de 300 criterios) y la cantidad de años que se lleva aplicando (desde 1995).

El estudio es muy interesante por otra razón. Dentro de los cientos de criterios que analizan está el de emprendedurismo ¿Qué tan emprendedores son los ciudadanos de un país para iniciar un negocio propio?

Los resultados son muy interesantes ya que ofrecen el estudio más amplio disponible en este tema. No es de sorprenderse. Países como Israel, Malasia, Taiwán, Hong Kong y Estados Unidos están consistentemente en los primeros lugares. Mientras que Croacia, Sudáfrica, Portugal, España y Rusia. Están en el fondo.

El caso de México es sorprendente. Por todo lo que hemos oído (y nos han promovido) de México como un país de emprendedores, la realidad es otra. En seis de lo últimos diez años México ha estado entre los últimos lugares del mundo. El mejor año para el emprendedurismo mexicano fue 2000 (año en el que, aun así, sólo alcanzábamos media tabla).

Países como Alemania, Rumania, Bélgica e incluso Venezuela han hecho esfuerzos sorprendentes para mejorar su  cultura emprendedora en la última década. Nosotros seguimos caminando en la mediocridad.

El ver el panorama en números hace plantearse varias preguntas. Podemos oír muchos anuncios, porras y promocionales sobre el emprendedor mexicano, pero la realidad es que estamos a años luz de alcanzar a los países líderes. Contra nuestra propia historia estamos lejos de llegar al máximo. Las porras no llevan a ningún lado.

¿Qué viene primero el huevo (una cultura que promueva el emprendedurismo) o la gallina (la competitividad)? La verdad es que ambos factores tienen una doble causalidad.

La cultura emprendedora en México es frenada por el mediocre ambiente de competitividad que prevalece (léase falta de infraestructura, mal ambiente de negocios, economía y falta de eficiencia del gobierno) a la vez que la falta de emprendedores y los avances que ellos generan, afecta la competitividad como tal.

Un juego perder perder.

Octavio Paz solía decir que “la realidad es más real en blanco y negro”. Estos números, indudablemente, así hacen ver el panorama de los emprendedores.

                adinachel@gmail.com

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