Pedro Alonso

Consejería

Pedro Alonso

27 May, 2014

Los mercados suben paredes de preocupaciones

Como habitualmente, ayer ante la inactividad en el mercado de Estados Unidos por su día feriado, la Bolsa en México operó con mínimo volumen, por lo que al comportamiento de los precios siempre hay que tomarlo con alguna reserva, en estos casos.

No obstante, es preferible que hayan registrado un alza —aunque pequeña—, que no es despreciable si la ponemos en el contexto de los resultados que conocimos el viernes pasado relativos al PIB mexicano. Como sabemos, el IPC sube desde mediados de marzo pasado de manera ordenada, por causas que he seguido puntualmente en este espacio.

En resumen, el alza de la Bolsa de México puede contenerse en el dicho de: “Los mercados accionarios suben paredes de preocupaciones”, que digamos es bastante “popular” entre quienes operamos en estos ambientes de manera cotidiana.

La explicación —puede ser una de tantas— para tal idea es que las bajas continuas de los precios llegan tarde o temprano a un nivel tal, que los participantes habituales y aún los esporádicos, consideran que han bajado lo suficiente para situarse en un nivel suficientemente atractivo, que motiva a pensar que vale la pena el riesgo de comprar algo, aunque muchos sigan pensando y diciendo que las cosas están terriblemente mal.

Lo anterior se ve favorecido en muchos casos —como ahora— por el nivel mínimo de la tasa de interés, que siempre resulta un costo de oportunidad y que cuando es casi cero, y en términos reales, negativa, pues se llega a la conclusión de que no hay mucho que perder, al menos en términos relativos.

De tal suerte que, ante las condiciones mencionadas y con un volumen de operación bajo —y no me refiero sólo al de ayer, sino al de las semanas recientes— con un monto relativamente bajo de recursos  los precios pueden subir de manera interesante, como es el caso de la Bolsa en nuestro país.

Así, al nivel de los 42 mil puntos actuales el IPC ha subido 11% desde el mínimo alcanzado el 14 de marzo pasado, en 37,751 puntos. No está mal considerando el plazo requerido para tal movimiento y como escribí, dado el nivel de la tasa de interés. Efectivamente, no había mucho que perder y riesgo, mediante, la posibilidad de ganar algo atractivo.

Las consideraciones técnicas que he compartido con usted, amigo lector, en este espacio en los meses recientes y que en general apoyaban la idea anterior —la de tomar algo más de riesgo, ante un estado de cosas complicado— sólo sirven para tratar de darle objetividad a algo que por definición es bastante etéreo y que tengo que admitir, puede ir en contra del sentido común.

Pero en el tiempo uno aprende que si fuera por eso del “sentido común”, la Tierra sería plana y no redonda (salga a la calle y dígame si percibe alguna “redondez” que confirme lo segundo), además de tener digamos, suficiente evidencia empírica para saber que sí, los mercados suben paredes de preocupaciones.

Desde luego que las decisiones reales, donde se ponen en juego recursos de verdad y se obtienen resultados buenos y malos, no se hacen únicamente a partir de frases célebres o posturas motivadoras o peor aún, por creer que las cosas van a ocurrir en el sentido deseado, porque a uno le conviene. Eso que llamamos “esperanza” no es buena consejera en esto de las inversiones en Bolsa.

Pero los dichos, al fin y al cabo, sí reflejan algo de eso que en el tiempo se  acumula en términos de conocimiento colectivo, incluso de conocimiento sistematizado y refinado por muchos. Algunos le dicen “experiencia”, otros le llaman “intuición”. Pero más allá del nombre, lo bueno es que el conocimiento y la información existen y es posible acceder a ello sin demasiada complicación.

Lo difícil es combinar lo anterior con la capacidad individual de tomar riesgo y ser consciente de las limitaciones —de todo tipo— que cada quien tiene, pues, al final del día, en esto de los mercados y sus alrededores, uno está parado sobre sus pies, se camina hasta donde se quiere en la dirección que uno elige y no se vale decir: “no sé cómo llegué hasta aquí; yo venía dormido en el asiento de atrás del automóvil”. Nadie es tan, pero tan novato. Suerte.

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