Los mercados no paran, más allá del Mundial

Pues sí, ayer empezó la recta final para el equipo mexicano, rumbo al Mundial. El de Brasil. Cuando usted lea esta Consejería ya sabrá el resultado del partido contra Israel y espero que las cosas hayan resultado como usted esperaba. Yo soy de los que cada cuatro años piensan que ahora sí, los “muchachos” pueden tener un gran desempeño. No tengo remedio.

Ayer los mercados tuvieron una jornada sin sobresaltos, lo que es algo esperable en estos momentos en los que no hay información para que la trayectoria se vea definida en uno u otro sentido, pero que dadas las condiciones generales, las cosas no se perciben mal. La pregunta que me hago, es si se resolverán bien en los siguientes meses, en particular para el mercado mexicano.

Desde luego que ignoro la respuesta, si bien al menos desde el punto de vista “técnico”, como usted sabe, amigo lector, mi expectativa es que se tenga una trayectoria alcista, al menos en el corto plazo. No veo por qué no pueda ser posible, con las limitaciones del caso. Es decir, que estando ahora alrededor de los 42 mil puntos, el IPC alcance la zona de los 44 mil.

Sí, sé que puede ser cuestionable este pronóstico, pero no puedo dejar de hacerlo. Más de uno considera imprudente esta situación pero creo que es parte del riesgo que me corresponde asumir, dado los temas a los que me refiero día con día, en este espacio.

Como sea. No falta mucho para llegar a ese objetivo. He escrito lo suficiente al respecto en los meses recientes y no crea, por supuesto que me da “frío” cuando lo he hecho, incluyendo las líneas de hoy. Pero, admitiendo el riesgo, pienso que es buena la probabilidad para que este nivel sea alcanzado, signifique lo que signifique.

Ayer escribí que me hace “circo” —en el “estómago”— que se use al mercado para apoyar las posiciones políticas y sé que esto resulta inevitable. Para mí resulta lo mismo, pero en el buen sentido, si no tomo algún riesgo y lo comparto con usted. Me refiero a que si no preciso los objetivos que espero se alcancen, la utilidad de lo que expongo es muy limitada.

Y creo que si las cosas pueden ser útiles, son mejores. Si alguien obtiene algún beneficio de ello, me parece genial. Y una vez más, admito el riesgo del error y lo que ello puede significar, no sólo para mí, sino para otros, dado que lo escribo se plasma en un medio masivo de comunicación.

Pero insisto, si no se toma riesgo, la vida no tiene “chiste”, como decimos coloquialmente. El cuerpo tiene que sentir lo que recibe, suelo decir, además de pensar que nuestra sociedad humana progresa en la medida que hay personas que tomamos riesgo. De la manera que sea y en la medida que a cada quién le corresponda.

En fin, no falta mucho para saber si las cosas se enfilan hacia donde pienso que pueden estar. Más de uno me ha dicho que lo que pienso respecto del mercado es opuesto a lo que escribo acerca de la economía y de la gestión que de ella hace el gobierno mexicano y creo que así es. Pero en el fondo pienso que una cosa no tiene qué ver con la otra.

Los sucesos del mercado y los resultados que deriven de ello son cosa de cada quién y si se usan para explicar tal o cuál postura o decisión política, es un abuso que al final no lleva a ningún lado. Es una actitud que refleja carencia de argumentos. Las cosas son como son y sus impactos hablan por sí mismos.

Por eso seguiré tomando riesgos y compartiéndolos con usted. Si le son útiles me sentiré contento y no reclamo mérito alguno, pues al final, quien está tomando el riesgo real” es usted y en ese sentido, el resultado está a su cargo. Yo tomo la parte que corresponda en estos temas, pero no decido por otros. Suerte.