Destino manifiesto

Sólo sé que no sé nada.

Sócrates

110 columnas llevo escribiendo como Aprendiz de Brujo. 110 semanas desde que decidí emprender un negocio y compartirlo con mis lectores. La redacción ha fluido sin problemas; cada vez que me siento en la computadora,  escribo sin parar… el negocio no tanto. Han sido dos años agridulces de mucho trabajo y, sobre todo, de muchísimas lecciones tanto en el ámbito laboral como en el personal. Creo que el emprendedurismo es mi “destino manifiesto”. Yo, como millones de mexicanos, pienso que el camino amarillo del éxito está hecho para que solitos lo construyamos… ¡debemos estar loquitos!

En estos dos años he aprendido una infinidad de lecciones que, aprovechando el número cerrado (110), me gustaría compartir con ustedes a manera de sentar en papel las lecciones más importantes que he aprendido este año. No son las lecciones universales del emprendimiento, definitivamente no son la clave del éxito, son simplemente aquellas cosas que he aprendido, algunas con muchas lágrimas… consejos puntuales y claves.

35 cosas que debes saber si quieres ser emprendedor

 Todo por escrito. Desde tus planes hasta tus tratos. Papelito habla.

 Todo negocio necesita raíces y alas. Los sueños y planes (muchas veces guajiros) que lo hagan crecer y la aburrida estructura que lo haga permanecer.

 Llora, a veces es necesario para descargar la tensión.

 No le grites a nadie. El que se enoja pierde y el que le grita a otra persona pierde aún más.

 Cuida tu salud y tu persona. Eres el activo más importante de la empresa. Date mantenimiento preventivo.

 Tu empresa no es tu vida. No descuides a tu familia y amigos. El éxito no puede ser a costa del éxito.

 Apaga tu computadora y tu celular cuando estés en casa.

 Jamás te guardes dudas o preguntas. La duda de hoy es el problema de mañana.

 Ten buena relación con tu contador

 Roma no se construyó en un día… ni en dos. Todo negocio nuevo necesita una proyección de largo o mediano plazo (tres a cinco años) para medir su éxito o fracaso.

 Antes de gastar cualquier peso, pregúntate si es necesario .

 ¿Quieres saber qué quiere tu cliente? Pregúntale a tu cliente.

 La información es poder, búscala y aprende a procesarla y entenderla.

 El servicio al cliente no es un “departamento” de tu empresa, debe ser el hilo rector de todo lo que haces.

 Genera equipos de trabajo armónicos.

 Delega.

 Genera manuales de todo lo que se haga para no depender de la gente. Es mejor tener gente porque la quieres tener y no porque la necesitas tener.

 Todo por escrito (parte dos), genera métricas mensuales del desempeño de tu negocio y revísalas mes con mes.

 Haz bien tus costos. Un negocio mal costeado jamás será rentable.

 Sé un jefe de puertas abiertas.

 Sé humilde ante el éxito.

 Pide perdón si te equivocas.

 Respira y cuenta hasta diez… o hasta 100.

 Oye consejo pero toma tú la decisión final.

 Diferénciate de la competencia. Sea por producto, por precio, por atributos, por servicio… pero diferénciate. No es sólo think different, es do different.

 Responde todos los correos y llamadas que recibas a la brevedad posible. Responder con un “todavía no sé” es mejor que dejar a un cliente/proveedor sin respuesta.

 La planeación financiera de flujos es complicada y aburrida, pero es fundamental.

 ¿Vas a dar crédito? Investiga muy bien a quién.

 Ve de traje al banco o cuando vayas a pedir dinero prestado.

 Hay clientes que dan de comer pero no dejan dormir, y clientes que dejan dormir pero no dan de comer… Piensa cuáles prefieres.

 Estudia. El emprender no te exenta de seguir aprendiendo o mejorando tus habilidades. Al contrario, te obliga a hacerlo.

 Genera lazos con otros emprendedores o con empresas que los vinculan.

 Enseña a otros que te pidan consejo o apoyo.

 Te vas a equivocar. Eso es 100% seguro. No lo evites. Pero aprende de tus errores.

 Sonríe y disfruta lo que estás haciendo.

adinachel@gmail.com
@AdinaChel