Pedro Alonso

Consejería

Pedro Alonso

6 Jun, 2014

Y sí, los mercados suben paredes de preocupaciones

Quizá usted, amigo lector, recuerde que hacia finales de mayo pasado (el día martes 27) encabecé la Consejería con: “Los mercados suben paredes de preocupaciones”. Y parece que la sentencia tiene sentido, pues los mercados siguen subiendo en medio de un ambiente enrarecido.

En México, porque el crecimiento es pobre, las reformas estructurales no terminan por legislarse y la violencia del crimen organizado a todos nos causa angustia. En Estados Unidos porque existe la sensación que los mercados han subido demasiado y por todos lados se oyen comentarios de: “…debería haber una corrección”. En Europa, porque la deflación amenaza y las medidas del Banco Central Europeo (BCE) no parecen del todo contundentes, en Asia porque China está desacelerando en su crecimiento y… etc.

Lo cierto es que cuando a la gente le parece que las cosas en los mercados deberían ir en contra de su percepción, todo mundo se pone nervioso, pero lo cierto es que la mayoría sigue comprando, de otro modo, los mercados bajarían y no se ve mucho de eso. Lo anterior no significa que los mercados no presenten una baja de cierta magnitud en el futuro próximo, pero me parece que  están apareciendo síntomas de acrofobia, es decir, el temor a las alturas.

En general siempre se buscan explicaciones para soportar una trayectoria de los mercados, tratando que éstas obedezcan a una cierta “lógica”. Pero una y otra vez los mercados dicen que no obedecen a razones “lineales”, al menos no solamente. Por eso, me siento afortunado de haber estado en contacto con este ambiente, no sólo compuesto por temas objetivos, cuantificables y “fríos”, como muchos piensan. Nada más fuera de lugar. Lo cierto es que los mercados nos permiten —y nos fuerzan— a trabajar y decidir con esas áreas grises y a veces obscuras, que conforman a la realidad humana.

La impresión que tengo es que en el muy corto plazo, los mercados tienen algo más que dar (en el lado positivo del asunto) y por lo mismo, creo que no hay que permitir que la codicia nos haga sus víctimas. Me refiero a que si hay señales de enfrentar zonas importantes de resistencia, pues la idea sería no tratar de ganarnos el último punto de la trayectoria.

Nadie sabe cuál es el nivel más alto de un movimiento alcista. La única forma de saberlo es cuando aparece un precio más bajo que el previo y luego otro y otro más.  Por eso más vale tener objetivos y cumplir con ellos y no voltear atrás. Sé por experiencia que vender es mucho más difícil que comprar, pues cuando se compra uno tiene por cierto —absolutamente— cuánto puede perder: todo (no quiero decir con esto que eso ocurra; de hecho no ocurre nunca).

En cambio al vender, uno no sabe cuánto se puede dejar de ganar. Es decir, en la primera condición, la de compra, la incertidumbre tiene una magnitud definida. En cambio al vender tal circunstancia es indefinible. Por eso la necesidad de los objetivos establecidos como cada quién pueda (como usted sabe, uso análisis técnico, porque me va bien) y desde luego, cumplir con ello, sin mirar atrás, a menos que uno sea adicto a la autoflagelación, cuando el precio sigue subiendo.

Desde luego, los conceptos anteriores valen lo mismo cuando la decisión es en medio de una trayectoria bajista, lo que complica la decisión de vender pues supone realizar (hacer real) la eventual pérdida y también la de comprar, ya que no se sabe hasta donde un precio puede bajar. Pero así es esto de los mercados. Es cuestión de gente, con todo lo que ello implica.

Cuando usted lea esta columna, probablemente ya se habrá enterado de los datos de empleo de Estados Unidos, como siempre importantes para el movimiento de corto plazo en los mercados. La expectativa está alrededor de la creación de 200,000 nuevos puestos de trabajo, pero creo que el nivel absoluto, a menos que sea muy distinto –hacia la baja- no será determinante para lo que el mercado, al menos en Estados Unidos, haga hoy.

Por último, como se esperaba el BCE decidió reducir su tasa de política monetaria de 0.25% a 0.15%, pero también redujo su tasa de depósito, en este caso poniéndola en nivel negativo, -0.10%, para “estimular a la banca a prestar. Asimismo, decidió generar crédito para el sector real de la economía, excepto hipotecas, por 400 mmde en los siguientes meses, señalando también que estos pasos no son los únicos que dará en su combate contra la deflación. Suerte. La van a necesitar. Suerte, nosotros también.

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