La sensación de inseguridad permanece, pese a la encuesta

Yo no la vi, pero sé que hace muchos años hubo una telenovela mexicana cuyo nombre quedó en la memoria popular como una especie de frase célebre: Los ricos también lloran, se llamaba. Después del resultado de ayer en la semifinal de Alemania (7) vs. Brasil (1), creo que cabe una modificación al título mencionado; sería: “Los ricos también ganan”. Hago una acotación al título, porque mi hermano Ramiro me hizo una observación después de comentar este asunto por WhatsApp: “Los ricos siempre ganan”. Usted dirá, amigo lector.

Ayer ofrecí escribir sobre el resultado de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del segundo trimestre de este año, Así que lo hago a continuación. Al igual que los resultados de los índices de confianza del consumidor y el empresario sobre los que escribí ayer, la ENSU sugiere que aunque la percepción general sobre la inseguridad ha mejorado ligeramente, el mensaje subyacente es que todos tenemos una duda más que razonable sobre que esto haya ocurrido en la realidad.

Lo anterior lo digo porque la expectativa de las condiciones de seguridad pública para los próximos 12 meses (uno de los aspectos que la ENSU revisa) indica en 37% que éstas seguirán “igual de mal” (se admite que son malas) y este es una concentración que se mantiene desde la ENSU de septiembre de 2013. Los que piensan que “seguirá igual de bien” suman alrededor de 18%, los que piensan que “mejorarán” son el 14% y los que piensan que “empeorarán”, 27%.

Adicionalmente, llama mi atención y me preocupa que la conducta delictiva que se percibe con mayor incremento en los últimos trimestres sea la presencia de bandas violentas y del pandillerismo (lo indica la pendiente de la gráfica), junto con que el desempeño para combatir a la delincuencia por parte de la fuerza pública se percibe como “poco o nada efectivo” en un 70% de las opiniones.

Ignoro cuál sea su percepción sobre estos temas de seguridad, pero la mía se parece al resultado de la encuesta —no fui encuestado—. Me permito mencionar que los problemas de inseguridad pública son el elemento que más obstaculiza el crecimiento de la economía, de acuerdo a la encuesta que Banxico realiza entre analistas del sector privado. Le invito a que vea el reporte en www.inegi.org.mx.

Ayer los mercados bajaron por segundo día consecutivo, por lo cual más de uno empieza a “sentir frío”. ¡Y claro que da frío!; el que no lo siente es porque no sabe lo que está haciendo. Pero no es para tanto. Creo que se trata de una normal baja dentro de la trayectoria alcista que hemos atestiguado y de la que he escrito largamente, que coincide con la ausencia de información económica relevante en esta semana —al menos en el mercado estadunidense— y esa especie de duda y ansiedad mezcladas, que se produce en la víspera de las temporadas en que conocemos los reportes corporativos, cada trimestre. 

Señalo tales elementos porque, al menos en mi caso, no tengo razón para pensar que las cosas que se estaban valuando hace una semana para mantener la condición que el mercado presentaba (alcista) hayan cambiado significativamente. Así que me aguanto el frío y en todo caso, me cubro un poco más, lo que significa tomar un poco de las utilidades recientes, al grito de: yo ya gané, que gane otro.

Pero en mi caso he decidido no “taparme” de más, al menos hasta que lleguen los mercados al nivel estimado. En el caso del IPC mexicano, usted sabe que desde principios de año pensé en la posibilidad de los 44 mil puntos, que cada vez están más cerca. A fines de la semana pasada llegó a los 43,721 y ha bajado hasta los 43,403 el día de ayer, lo que me parece dentro de los esperado, al menos técnicamente.

Ayer después de la baja de las primeras horas, el IPC tuvo una recuperación razonable (aunque al cierre bajó respecto del lunes, 0.11%; casi nada) si se mantuvo bien arriba del promedio móvil de 20 días (el más corto que uso), dentro de una corrección que generalmente ocurre después de abandonar una consolidación de varias semanas, como la que se presentó en las pasadas semanas. No creo que haya motivos mayores para “taparse de más”. Suerte.