Pedro Alonso

Consejería

Pedro Alonso

15 Ago, 2014

Bad news, good news

Varias veces en los meses recientes escribí en este espacio que, desde mi punto de vista, los mercados estaban en una transición que llamé “más economía y menos Fed”, en la idea de admitir que la recuperación de la economía de Estados Unidos acabaría por imponerse en el ánimo de los inversionistas poniendo a la reducción de estímulos monetarios y al temor que esto causa, en un segundo plano.

Pero la realidad de las semanas recientes me dice que, sin hacer menos a la recuperación, “la mano que mueve la cuna” o, en todo caso, a los mercados, terminan siendo justamente los temas monetarios. Al retiro de los estímulos monetarios se sumó la cuestión del regreso a una política monetaria menos laxa que tendría como señal el alza de la tasa de interés de referencia de la Fed. Y todos sabemos lo que la especulación alrededor de este tema ha traído consigo.

Además, se han reunido al mismo tiempo otras cuestiones —graves, desde mi punto de vista—, como son los conflictos geopolíticos que de sí son buenos motivos para poner nervioso a cualquiera.

Y entonces parece que ese decir popular de “no news, good news” se ha transformado al de “bad news, good news”, ya que la presencia de noticias económicas no tan buenas como puede ser el crecimiento de la economía, la creación de empleos o los buenos reportes corporativos, son las que parecen alentar a los mercados para mantener una trayectoria alcista.

Tal vez el primer indicio de esta condición fue el dato de empleo de julio en Estados Unidos que, sin ser malo (209 mil nuevos empleos), resultó menor a la expectativa. Sirvió de alguna manera como un amortiguador del buen dato de crecimiento del PIB del segundo trimestre que se conoció un par de días antes (el 30 de junio) y que resultó en 4%, como ya sabemos.

En los días siguientes el estancamiento de las ventas al menudeo y la caída de la economía de Italia, de Japón, el miércoles pasado y ayer jueves la de Alemania, el estancamiento de la de Francia, junto con una postura más relajada por parte del Banco de Inglaterra, parecen estar detrás del alza que se registró en varios mercados alrededor del mundo, incluido el nuestro.

En suma, la lectura que se hace parece resumirse en: mientras las cosas estén en un “buen” nivel de deterioro —o amenacen con ello— los bancos centrales mantendrán una política monetaria relajada, sabiendo que esto un día va a terminar, pero no será pronto y mientras tanto se tendrá un costo de oportunidad bajísimo que, eventualmente, alentará al crecimiento.

Si la duda surge de la decisión que la Fed pueda tomar y cuándo —y cómo— comenzará a restringir la política monetaria, la situación económica de Europa está para, eventualmente, paliar este cambio de postura. Hasta ahora el Banco Central Europeo (BCE), si bien ha tomado medidas de relajación monetaria, aunque éstas hayan sido novedosas y hasta audaces, claramente los resultados de la economía europea hablan de su insuficiencia.

Los resultados de Italia, Francia y Alemania, los probables efectos negativos que puedan surgir de las sanciones por el conflicto entre Rusia y Ucrania (de las que aún creo que no hemos visto nada), señalan en la dirección de una extensión de los problemas que se habían manifestado en los llamados países periféricos. Ahora la mala situación aparece en los países de economías “fuertes” o, por lo menos, grandes.

La situación anterior puede ser la motivación de que el BCE necesita para dar el siguiente paso en las políticas de expansión monetaria, es decir, una expansión cuantitativa al estilo de Estados Unidos o Inglaterra. Los resultados económicos de la región hablan no solamente de la insuficiencia de las medidas monetarias ya tomadas, sino de que el camino de las consolidaciones fiscales para estabilizar a las economías y, a partir de ello, retomar el crecimiento, no han dado el resultado esperado, han tomado demasiado tiempo y han causado “bajas” tanto en el terreno económico como en el político (los partidos de ambos extremos del espectro político europeo tienen ya 25% de los escaños del Parlamento Europeo).

Y, mientras tanto, los mercados parecen sentirse más tranquilos ante la posibilidad de ver, en la realidad, un periodo largo —muy largo— de relajación monetaria que, teniendo como una de sus consecuencias rendimientos mínimos en los mercados de deuda, se vean más animados para tomar más riesgo. Suerte.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube