El peso sorteará presión externa

CIUDAD DE MÉXICO.- La volatilidad financiera internacional continuará en las siguientes semanas pero el peso podrá sortear este “bache”, consideraron analistas consultados por  Excélsior,  quienes explicaron que esto responde a una situación “coyuntural” que prevalecerá, en tanto la Reserva Federal de Estados Unidos no concluya el proceso de normalización de su política monetaria.

Coincidieron en que la moneda nacional podrá sobreponerse a esta racha, dado que los fundamentos macroeconómicos son sólidos y el peso es una de las divisas más fuertes.

Mario Correa, economista en jefe de Scotiabank comentó que México tiene una situación macroeconómica mucho más sólida y mejores condiciones financieras que otros mercados emergentes.

“Un gran diferenciador es que acabamos de concretar una serie de reformas estructurales muy importantes que otros países no. Eso es algo que eventualmente permitirá tener un peso más fuerte y un tipo de cambio regresando a los niveles de 13.20 pesos por dólar para el cierre del año”, anticipó.

Isaac Velasco, gerente de Análisis Económico de Grupo Financiero Ve por Más señaló que aún cuando la volatilidad conlleve salida de capitales, será menor que lo que ocurra en otros países.

“La economía mexicana está lo suficientemente bien parada para resistir un incremento en la volatilidad en los mercados”, comentó.

Gabriela Siller, directora de Análisis Económico Financiero de Banco Base consideró que el factor de más incidencia en la reciente depreciación del peso es un ajuste en las expectativas de los inversionistas sobre la velocidad a la cual la Reserva Federal comenzará a subir su tasa de interés en 2015.

“Los fundamentales económicos de México no han cambiado significativamente y no es sólo el peso el que se está depreciando, sino que es el dólar el que se fortalece a lo largo del mercado cambiario”.

Resaltó que los movimientos en el tipo de cambio observados en septiembre estuvieron determinados por la expectativa de que la Reserva Federal terminará con su programa de compras mensuales de bonos este mes y que será la antesala para la culminación de la política monetaria altamente acomodaticia que inició en la crisis financiera del 2009.