Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

29 Dic, 2014

Predicciones

Una costumbre de fin de año ya prácticamente extinta en los medios tradicionales es la de elaborar una lista de vaticinios de lo que ocurrirá en los siguientes 365 días, un ejercicio lúdico de prospectiva que, en el “mejor” de los casos, ahora se le delega a brujos, videntes o psíquicos.

Para esta ocasión, el mercadólogo Jon Davie aventuró su propio ejercicio adivinatorio en un artículo publicado el 22 de diciembre en el influyente sitio británico The Drum: en lugar de una típica lista de dispositivos que marcarán tendencia, prefirió reflexionar sobre una predicción ya formulada en 1989 y que deberá cumplirse puntualmente a las 4:29 de la tarde del miércoles 21 de octubre de 2015.

En ese momento todos llegaremos al futuro. Al menos al que imaginó Robert Zemeckis en la segunda parte de la trilogía fílmica Back to the future. Los fans de aquella popular saga ochentera recordarán que ésa es la fecha a la que se trasladan sus principales protagonistas en el DeLorean acondicionado por el doctor Emmett Brown como máquina del tiempo y auto volador, pero cuya sofisticación no lo salva de los problemas de tránsito de la mitad de la segunda década del siglo XXI.

Basta una nueva revisión de aquella cinta para verificar qué tan clarividente fue su pronóstico sobre el progreso de la tecnología y su impacto en la vida cotidiana. Ciertamente, no existen aún zapatos tenis con cordones automáticos ni chamarras que ajusten su tamaño a la talla del usuario ni que cuenten con un sistema de secado automático. Tampoco se ha inventado algo como el hidratador, capaz de convertir una pequeña pasta del tamaño de una galleta en una pizza. Y si bien ya se cuenta con hologramas tridimensionales, afortunadamente no se utilizan para publicitar una decimonovena parte de la película Tiburón.

Pero muchas otras cosas ya existen con algún grado de desarrollo o aplicación: binoculares y gafas con capacidad de escanear y notificar llamadas telefónicas, más parecidos a los Oculus Rift que al diseño minimalista de los Google Glass. Las huellas dactilares funcionan como método de identificación biométrica y como llave para abrir puertas. Como parte de la escenografía se ve una especie de dron que lleva a pasear un perro con su correa.  Ya se pueden activar dispositivos por medio de control de voz y, por supuesto, FaceTime y Skype  volvieron una realidad cotidiana las videollamadas desde la televisión. Lo más enternecedor es que en ese universo alterno todavía exista el fax.

Una de las ventajas de ese “futuro” para el Doc Brown es que los servicios meteorológicos son capaces de pronosticar con precisión de segundos a qué hora terminará de llover. “Lástima que el correo no sea tan eficiente”, dice el sagaz científico, con lo que se revela que aquella utopía no consideraba la existencia del e-mail.

Y es que, como bien deja entrever Davie en su artículo, por visionarios que fueran los guionistas de la película, al final de cuentas su imaginación sólo produjo versiones mejoradas de cosas que ya existían, de tal forma que no vislumbraron el poder que alcanzaría, por ejemplo, la computación y la revolución digital que ésta traería. Por ejemplo: la cafetería de 2015 que evoca la nostalgia ochentera tiene a la venta la primera Macintosh, pero no se ven personas usando alguna evolución de ese aparato (como, por cierto, tampoco se ve a nadie usando teléfonos móviles). Un detalle significativo si se considera que en 1989 Tim Berners-Lee ya había creado la World Wide Web.

El futuro, entonces, es realmente lo que estamos viviendo ahora, dice Davie, quien sugiere que es muy difícil hacer predicciones para 2015 por el crecimiento exponencial de la capacidad de procesamiento de las computadoras (para no ir tan lejos, su iPhone tiene 125 mil veces más memoria que su Gameboy de hace 25 años), por lo que considera que la realidad superará incluso los augurios más extravagantes.

Sobre esto último, resulta extraño que el artículo no mencionara que ya vienen en camino las patinetas aéreas como las que usan Marty McFly y sus perseguidores. Las fabricará Hendo, una pequeña compañía californiana especializada en tecnología de levitación magnética fundada por Greg y Jill Henderson. Comercializado desde octubre con el nombre de Hoverboard, el mítico deslizador figura en la lista de Time de los mejores 25 inventos de 2014.

Por lo pronto, el pasado 15 de diciembre Hendo consiguió por medio del sitio Kirkstarter un financiamiento de más de medio millón de dólares para fabricar las aerotablas, cada una con un precio de diez mil dólares y que pretende entregar a sus clientes-patrocinadores justamente el 21 de octubre de 2015. De cumplirse esta predicción, se levantará algo más que las cejas de los escépticos.

*marco.gonsen@gimm.com.mx

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