Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

5 Ene, 2015

Café

En “algún lugar del siglo XX”, de acuerdo con la película Brazil de Terry Gilliam (Reino Unido, 1985), las oficinas cuentan con computadoras conectadas en red, que son más bien teclados de antiguas máquinas de escribir con monitores ligeramente curvos. Además, las casas funcionan con sistemas eléctricos capaces de coordinar la operación de los aparatos necesarios para efectuar las actividades cotidianas previas al traslado rumbo a la oficina. Así, el timbre del reloj despertador provoca que se prenda la televisión, se abran las persianas, giren los grifos del lavabo y se activen un ropero móvil, el tostador de pan y la cafetera. El problema, al menos en la sátira retrofuturista del legendario integrante de Monty Python, es que toda esta integración tecnológica no funciona como debiera.

En febrero próximo se cumplirán 30 años del estreno de esta cinta de culto que, sin mucha sutileza, se burlaba de la obsesión de las sociedades industriales de automatizar completamente todas las actividades humanas. Basta con que falle sólo uno de los eslabones de la cadena para generar un efecto de dominó que termina afectando toda la tarea en su conjunto, como sabe cualquiera que haya requerido en una oficina el apoyo técnico de su correspondiente departamento de sistemas. En Brazil, el pequeño ducto que suministra el café da un giro inesperado que lo deja fuera de la taza y termina mojando el pan tostado.

Aun así, el pronóstico de los especialistas es que durante éste y los próximos años se irá acentuando la tendencia a la hiperconectividad que resuelva dilemas tan elementales como preparar el aromático de cada mañana. Para no ir tan lejos, el primer día de este año la agencia Notimex difundió un comunicado de la empresa Mediatek, en el que avizora que en 2020 habrá 33 mil millones de dispositivos conectados en el mundo, un incremento que se explica porque los consumidores los utilizan cada vez más en los procesos de su vida diaria. Y cita una declaración de su director de Marketing para Latinoamérica, Hugo Simg, que pareciera inspirada en Brazil: “Imagine despertar con la música que le gusta y que el reloj indique sus tareas del día. Cuando baje de su cama, un tapete le indicará a su cafetera que tiene que empezar a preparar el café, mientras que desde su reloj se desactivará la alarma de su casa y se encenderán las luces que darán inicio a su día laboral”.

En este imaginario, el café parece tener una importancia capital. Tanto así, que su automatización es uno de los objetivos de los desarrolladores que trabajan bajo la guía del concepto llamado “internet de las cosas” (la red al servicio de las labores domésticas). Ésta es justo la apuesta de la compañía británica Smarter que, de acuerdo con el sitio Digital Trends, presentará esta semana una cafetera inteligente en la feria de tecnología CES 2015, en Las Vegas.

En la imagen que se difundió en los días recientes, este innovador dispositivo —cuya comercialización está prevista para marzo próximo— es muy semejante a las maquinitas caseras que preparan café tipo espresso por medio de cápsulas. En este caso, el aparato de Smarter es una secuela de otro producto suyo, el Wifikittle, una pequeña caldera controlada por medio del teléfono y una aplicación compatible con los sistemas iOS y Android, que permite al usuario permanecer cinco minutos más en la cama mientras ordena que se vaya calentando el agua para su bebida matutina. Desde el smartphone se calcula la temperatura ideal y se le instruye a la tetera para que mantenga el líquido caliente hasta que el momento en que el usuario prepare su taza. También se le puede programar para que avise, desde que uno despierta o entra a la casa, si se desea que comience a funcionar. Algo sabrá de la adicción de sus dueños. 

La cafetera inteligente no es en estricto sentido un concepto nuevo: la compañía italiana Saeco, propiedad de la holandesa Philips, presentó en la feria IFA de Berlín —en septiembre pasado— la máquina GranBaristo Avanti, capaz de preparar hasta 16 sabores distintos mediante una aplicación para iPad en la que el consumidor visualiza su bebida y la ordena vía bluetooth. Y, en noviembre, la marca Mr. Coffee se asoció con la firma californiana Belkin para crear una cafetera compatible con WeMo, una aplicación para móviles desde la que se pueden controlar aparatos electrodomésticos e interruptores de luz.

Pero lo que más habría hecho feliz a Sam Lowry, el burócrata protagonista de Brazil, es Coffee Copter, un concepto desarrollado por un laboratorio holandés para ordenar la bebida desde una app del iPhone y recibirla por medio de un dron que la lleva directo hasta la oficina. Como para quitar el sueño.

marco.gonsen@gimm.com.mx

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