Hacer más con menos, la nueva política presupuestal del gobierno

El cambio en las condiciones financieras internacionales de menor perspectiva de crecimiento de la economía mundial, y la previsión de que los precios del crudo se mantendrán bajos, incluso por varios años, llevaron al gobierno a tomar la decisión de hacer “desde ahora una serie de ajustes, en el gasto público, de forma preventiva”.

Así, el secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, anunció la semana pasada una serie de medidas para fortalecer la economía mexicana, con un recorte al gasto público presupuestal de 124.3 mil millones de pesos, que corresponde a 0.7% del PIB. 

El presidente del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), Luis Foncerrada Pascal, había advertido que la caída de los precios del petróleo provocaría en México “un faltante que estimaba entre 0.6 y 0.8 puntos porcentuales del PIB”.  En un momento en el que se buscaba crecimiento “no era un factor positivo”, dijo.

El ajuste fue decidido después de semanas de discusión por parte de funcionarios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Los ingresos públicos, aseguró Videgaray, “están protegidos ante una disminución del precio del petróleo, por las coberturas financieras contratadas el año pasado”. Por tanto, recortar hoy fortalece las finanzas a futuro, dijo.

Así, informó que se suspendían grandes proyectos como el  ferroviario “México-Querétaro” y se cancelaba el Transpeninsular  desde Yucatán; pero la construcción del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, una de las mayores obras de infraestructura de la actual administración, así como los programas de conservación de carreteras federales y caminos rurales, continuaban vigentes.

El secretario Videgaray enfatizó que dichos recortes eran producto de los graves acontecimientos internacionales que se gestaban.

“Pero al gobierno le corresponde actuar de forma oportuna, por encima de cualquier coyuntura, para proteger la estabilidad y la economía de las familias mexicanas”.

Detalló que, en el caso de las dependencias y entidades de la administración pública, el recorte presupuestal ascendía a 52.3 mil millones de pesos, de los cuales 65%, o  34.1 mil millones de pesos correspondía a servicios personales, reducción de 10% en la partida de servicios personales para mandos medios y superiores; disminución de 10% del gasto en plazas de carácter eventual y por honorarios; otro monto en operaciones y programas de subsidio y una reducción de 10% en gastos de Comunicación Social. El restante 35% correspondía a la inversión. La SHCP implementaría las medidas de austeridad y disciplina presupuestaria.

La medida, añadió, “tiene un enfoque estructural y multianual para enfrentar desde una posición de mayor fortaleza la complejidad de 2016 y de los años por venir”.

Por otra parte, es de esperar un incremento en las tasas de interés en Estados Unidos, que bajaron a niveles mínimos históricos después de la crisis de 2008, en una medida tomada por el banco central de aquel país para estimular la economía. Esa posibilidad ha incrementado la volatilidad financiera internacional, lo que se ha combinado con “la drástica caída en los precios internacionales del petróleo y la desaceleración de la economía global”, añadió.

El ingreso por la exportación de petróleo de México cubre un tercio del gasto público. Desde mediados de 2014, el precio de la mezcla de crudo mexicano ha disminuido en 60 por ciento, hasta cotizar esta semana por abajo de 40 dólares por barril.

De manera preventiva, y para que el ajuste a las condiciones internacionales sea “oportuno, ordenado e integral”, fue que el gobierno del presidente Peña Nieto decidió recortar el gasto de este año, “para dar certidumbre a los mercados financieros y para protegernos ante una situación de mayor volatilidad”.

La medida significa, explicó, que el ajuste a las nuevas condiciones financieras internacionales y del mercado petrolero será a costa del gasto público y no de la creación de nuevos impuestos o aumento de las tasas impositivas actuales, ni de la contratación de más deuda pública.

Por lo tanto, el gobierno federal decidió emprender una “reingeniería” presupuestal que implica el rediseño total de la manera en que hasta ahora la Federación ha elaborado, y el Congreso aprobado, los presupuestos de cada año.

En la conferencia de prensa, el secretario Videgaray anunció que, a partir de ahora, inició el trabajo de elaboración de la propuesta gubernamental de presupuesto de egresos de la Federación para 2016, “bajo una lógica distinta a la que ha prevalecido por lo menos en la última década”.

“La realidad exige una revisión completa de la forma en que gastamos los impuestos, que nos atrevamos a identificar duplicidades, programas que no cumplen con los propósitos de rentabilidad social o que tienen impactos regresivos en el ingreso y la riqueza de los mexicanos”, apuntó.

El análisis que se haga, dijo, permitirá utilizar el gasto para “coadyuvar” a los cambios estructurales y detonar el potencial productivo del país. “Gastar menos y gastar mejor en beneficio de la economía de las familias será la premisa en 2016.” En este proceso de “reingeniería” presupuestal, el gobierno federal será asesorado por el Banco Mundial, informó.

El recorte del gasto público de este año no afectará el crecimiento de la economía en 2015, aseguró Videgaray. Por ello, dijo, la SHCP mantiene la previsión de que el Producto Interno Bruto repuntará este año en un rango de entre 3.2 y 4.2 por ciento.

 “Las coberturas garantizan al 100 por ciento los ingresos del gobierno federal pero no incluyen a Pemex”, dijo. “El gobierno decidió hacer el ajuste de manera preventiva, precisamente porque hoy lo podemos hacer de manera ordenada. Estamos ajustando el gasto para tener la menor necesidad de financiamiento en los mercados nacionales e internacionales, en un entorno en que por el eventual aumento de las tasas de interés y el menor precio del petróleo el financiamiento será más difícil de obtener”, expuso.

* Economista

@acanovelez