Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

23 Feb, 2015

Big data

“Caos” es una palabra desprestigiada. La mitología griega nombró así a la deidad que representaba el estado anterior al mundo como lo conocemos, un universo indescriptible, sin forma, orden ni definición. El término se aplica ahora despectivamente a todo aquello que es impredecible, inmanejable, ingobernable, reacio a cumplir el designio de una ley o un ente superior.

Esta percepción peyorativa cambió —al menos desde el punto de vista de los negocios— en enero de 2012, tras la publicación de un extenso reportaje en la revista Fast Company y firmado por su editor, Robert Safian, en el que presenta una nueva generación de ejecutivos con vocación por la incertidumbre.

Sin la expectativa tradicional de pasar 40 o 50 años cumpliendo rutinariamente las mismas labores en una misma oficina, esta nueva camada de emprendedores sabe que el dinamismo actual de las empresas las obliga a modificar constantemente sus modelos de negocios; a ensayar, equivocarse y volver a empezar, y a la rotación constante de personal, sea por su inadaptabilidad a los nuevos tiempos o porque su propio crecimiento los impulsa a explorar nuevos horizontes. Son exponentes de una época de actualizaciones permanentes que vuelven obsoletas las carreras de cuatro años de estudios, en un escenario marcado menos por el control y más por la fluidez con la que deben evolucionar corporativos e instituciones.

El reportaje se tituló Generation Flux y reunió a personajes que en otro momento habrían sido tildados de todólogos, pero cuya capacidad de adaptación les ahorra las angustias de saber de qué vivirán en el futuro. Entre ellos destacan Baratunde Thurston, filósofo graduado en Harvard, comediante del género stand-up y una de las almas del sitio de notas satíricas The Onion, y Pete Cashmore, escocés sin estudios universitarios que a los 19 años fundó el influyente periódico digital Mashable.

Sin embargo, el principal exponente de esta generación inestable es Dhanurjay Patil —nombre que abrevia a DJ—, doctor en matemáticas especializado en la teoría del caos, quien colaboró con la milicia estadunidense para prevenir la proliferación de armas biológicas en Asia Central, diseñó un modelo numérico de predicción del clima en la Universidad de Maryland, desarrolló tecnologías de pagos en el portal eBay y participó en la creación de una biblioteca por internet para apoyar a científicos de Irak en la reconstrucción de ese país, tras la caída de Saddam Hussein.

Pero la principal fama de DJ Patil viene de haber popularizado el término “data scientist” —aún sin traducción precisa en español—, que definió como “el trabajo más sexy del siglo XXI” en un artículo que publicó en octubre de 2012 en el Harvard Bussiness Review, en coautoría con Thomas H. Davenport. Con ese nombre designó a un nuevo tipo de profesional capaz de construir instrumentos que den orden (es decir, utilidad y valor) a los millones y millones de datos que se generan globalmente en computadoras y dispositivos móviles, y que se expanden caóticamente en la red. Una masa informe e infinita de información a la que los especialistas conocen como big data, la cual requiere de herramientas tecnológicas eficaces y de la colaboración activa entre varias disciplinas para ser convertida en conocimiento productivo, contenido clave para la toma de decisiones y materia prima para negocios competitivos.

Como botón de muestra, DJ Patil narra la experiencia de LinkedIn, página concebida para entablar relaciones en los ámbitos laboral y profesional, en la que también trabajó. En 2007, el doctor en física Jonathan Goldman exploró en la base de datos de aquel sitio una fórmula para facilitar el encuentro entre personas desconocidas entre sí. Para ello creó un algoritmo que sistematiza los rasgos en común de sus usuarios: si estudiaron en la misma facultad, coincidieron en alguna oficina o si son vecinos. De este análisis surgió la herramienta “Gente que podrías conocer”, que multiplicó las conexiones entre contactos de LinkedIn, catapultándolo como líder en su rubro, y exportando el modelo al resto de las redes sociales.

Desde el pasado miércoles DJ Patil tiene una nueva chamba. La Casa Blanca le encomendó el manejo de “big data” como política pública, primera designación de ese tipo que hace un gobierno en Estados Unidos. Un motivo para nombrarlo fue su participación en la Iniciativa de Precisión Médica del presidente Barack Obama, un ambicioso programa para establecer con la mayor exactitud posible qué tipo de terapias, tratamientos y prevención son los más adecuados para determinadas enfermedades (como el cáncer), tomando en cuenta el historial clínico y el entorno social de los pacientes, protegiendo a la vez sus datos personales.

Gracias al caos que es su vida, DJ Patil podrá presumir que también ya es doctor de los que curan.

*marco.gonsen@gimm.com.mx

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