La neutralidad de la red beneficia a México

En la semana que termina se resolvió un debate esencial para el devenir económico del planeta, la definición se dio en Estados Unidos cuando la Federal Communications Commission (FCC), que es el órgano regulador de las telecomunicaciones en ese país, determinó a través de una decisión colegiada que internet debe ser considerado como servicio público lo que implica que las compañías proveedoras del mismo deben mantener la neutralidad de la red por lo que no pueden privilegiar el tráfico a través de la red de redes.

Un ejemplo de la dinámica de privilegiar el contenido lo ofrece Netflix cuando firmó un acuerdo con Verizon para garantizar que los suscriptores de la compañía creadora de House of Cards pudieran ver sus contenidos sin problemas. La lógica del acuerdo para las compañías de telecomunicaciones es que empresas como Netflix consumen mucho de su ancho de banda y su modelo de negocio se beneficia de la infraestructura construida sin invertir absolutamente nada. Desde esa perspectiva el argumento tiene cierta lógica, las dos principales compañías de telecomunicaciones Verizon y AT&T expresaron su enojo ante la decisión del regulador estadunidense y ya anunciaron que estarán buscando contrarrestar los efectos de la medida en los tribunales lo que dará lugar a largos y costosos procesos pero que en el corto plazo será difícil que sean exitosos en contrarrestar la medida. 

La decisión resulta positiva para México por dos vías. La primera es porque desde noviembre del año pasado cuando el presidente Barack Obama se pronunció por una propuesta robusta de neutralidad de la red Randall Stephenson, CEO de AT&T, se pronunció por reducir sus inversiones en Estados Unidos y centrarlas en México en donde dijo: “Existe un buen entorno ante las reformas en el sector de las telecomunicaciones” lo que se reflejó a través de las adquisiciones de Iusacell y Nextel y que apuntan a que habrá una mayor competencia que naturalmente tenderá a aumentar la calidad y bajar el precio de las telecomunicaciones en el país. La segunda es que desde el punto de vista regulatorio lo establecido por la FCC se convertirá en un referente para el resto del mundo y en el caso específico de México será más difícil que el actor dominante del sector imponga condiciones que rompan con la neutralidad de la red.

El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) dio a conocer un reporte con datos a junio del año pasado en el que informa que ya hay 47 millones 284 mil suscriptores de internet de banda ancha en México lo que implica una penetración de 39.9 por ciento. El dato marca un avance muy significativo para el país debido a que una de las características esenciales de la competitividad de los países tiene que ver con el acceso a la red de banda ancha. De acuerdo con el documento 98.8% de los acceso de banda ancha en México son a través de teléfonos celulares, lo que implica que el país ya tiene una base mucho más sólida para despegar en materia de comercio electrónico que es la gran tendencia que se va definiendo de manera transversal en distintas industrias. Una de las ventajas del comercio electrónico es que baja algunas barreras de entrada para empresas de reciente creación lo que genera mucho valor para las economías.

Nestlé pone el ejemplo

Uno de los temas que se pueden ver beneficiados por el acceso a internet de banda ancha es el de la educación, aunque ocurrirá no sólo en el frente de las políticas públicas por lo que resulta muy valiosa “la iniciativa por los jóvenes de Nestlé” que es un programa destinado a desarrollar a la próxima generación de talento y que implica en uno de sus ejes una alianza con el Conalep para brindar orientación vocacional a 300 mil estudiantes de la institución.

Impunidad peligrosa

En la asociación de las empresas gaseras, es un secreto a voces que la subsidiaria en el ramo de Grupo Soni, propiedad de Salvador Oñate, se mofan de las autoridades. A pesar de que la Profeco le ha levantado más de cien actas e impuesto multas por más de 40 millones de pesos, la compañía no ha acatado absolutamente nada. Nadie se explica por qué no hay autoridad  que haga cumplir al Grupo Soni, incluso a últimas fechas Salvador Oñate, propietario del Grupo, dio instrucciones en todas sus plantas para que no permitan el acceso a los inspectores de la Profeco, y tampoco a ninguna otra autoridad, ya sea de índole local o federal. En este caso la impunidad es peligrosa.