Darío Celis

Tiempo de negocios

Darío Celis

12 May, 2015

De la firma facsímil de Vergara y las compras de Angelíssima y Chivas

Efectivamente, hay documentos que evidencian conductas que llevaron a Jorge Vergara a romper con Angélica Fuentes y a emprender acciones legales para evitar actos fraudulentos en perjuicio del patrimonio de las compañías del grupo.

Los documentos muestran la transmisión ilícita de acciones de la empresa Angelíssima y de las Chivas de Guadalajara, mediante la utilización de un facsímil de la firma de Vergara. Esto es: el uso de un sello con la reproducción casi idéntica de su firma.

Esta firma se creó con el acuerdo previo de los bancos para agilizar la emisión de los miles de cheques que semanalmente se entregan a los empresarios que distribuyen productos Omnilife, considerando que Vergara está de viaje y fuera de la oficina alrededor de 200 días al año.

CASO ANGELÍSSIMA

Existe un contrato de compraventa de acciones, con fecha 9 de junio de 2014, mediante el cual Fuentes supuestamente compra a Vergara la totalidad de las acciones de la compañía a su nombre por un monto total de 24 mil 500 pesos.

En dicho contrato aparece como vendedor Jorge Carlos Vergara Madrigal y en el espacio para firmar está el sello con la firma, sin que hubiera estado enterado y obviamente sin su consentimiento. El sello no estaba contemplado para firmar contratos, mucho menos de esa envergadura, uso indebido que reiteradamente le dio la parte demandada para obtener un beneficio personal.

La autotransmisión de acciones de Angelíssima no fue la primera ocasión en la que Fuentes usó ilegalmente el sello de la firma de Vergara para obtener un beneficio personal.

Pero quizá el caso más claro del uso indebido del facsímil es el intento por apropiarse de manera ilícita del equipo más popular de México: las Chivas Rayadas del Guadalajara.

CASO CHIVAS

Fuentes se enteró que existía un viejo litigio para recuperar acciones del Club Deportivo Guadalajara y aprovechó la situación para usar de nuevo el facsímil de la firma de Jorge Vergara y hacerse de ellas de manera ilícita.

Hay que ubicarnos en el 2000, año en que el Club Deportivo Guadalajara era una asociación civil y en lugar de acciones tenía certificados de aportación. A Salvador Martínez Garza, que era el socio principal, le fueron cancelados sus certificados de aportación.

El hombre de negocios, recién fallecido por cierto y dueño también de Mexicana de Lubricantes y Akron, se inconformó y demandó a la asociación civil. El litigio duró años.

En 2002, el Club Deportivo Guadalajara se transformó a Sociedad Anónima de Capital Variable. Esto resultó en que los certificados de aportación se convirtieron en acciones. En ese momento Vergara adquirió la mayoría accionaria de Las Chivas.

En 2004, Martínez Garza cedió los derechos del litigio a Elena Povaguina (hija adoptiva de Vergara) para que, en caso de que se ganara el litigio, fuera ella quien se quedara con los certificados de aportación, en ese momento ya acciones del equipo de futbol. Por años, el juicio se mantuvo en suspenso. Angélica Fuentes propuso que Povaguina cediera sus derechos a la empresa Registro de Jalisco, S.A. de CV., ahora Grupo Chivas, S.A. de C.V.

En la cesión de derechos firma autógrafamente Vergara, lo que muestra que el sello no era utilizado cuando se trataba de asuntos que beneficiaban al grupo en su conjunto.

Fuentes utilizó el sello de la firma de Vergara para cederse indebidamente y de manera personal los derechos de Registro de Jalisco, S.A. de C.V. La operación culmina cuando Fuentes celebra una transacción con el Club Deportivo Guadalajara, S.A. de C.V., para dar fin al juicio que había iniciado Martínez Garza en el año 2000. De esta manera se hizo de 300 acciones de Las Chivas.

A estas acciones del “Rebaño Sagrado” se suma otro paquete accionario que Vergara supuestamente “donó” a Fuentes en un documento nuevamente firmado con el sello de la firma facsímil, ahora con fecha 28 de octubre de 2012.

Digamos que éstas son algunas transacciones clave relevantes documentadas ya en las que se detecta la transmisión ilegal de acciones de Angelíssima y de las Chivas.

MENA AL BANQUILLO

De un momento a otro, Jesús Mena será llamado a cuentas. Hay muchos negocios poco transparentes que alentó cuando estuvo al frente de la Conade. Otro contrato que los sabuesos de Alfredo Castillo ya rastrean es uno de diez millones de pesos mensuales por servicios de telefonía y cómputo. Dicen que no se justifica. La anterior administración del medallista en clavados lo firmó a 60 meses bajo modelo de arrendamiento. El beneficiario resultó ser un proveedor de Hidalgo.

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