EU derrotará a la OPEP en la guerra petrolera por esta razón

La guerra de precios que inició Arabia Saudita se ha convertido en una lucha tecnológica, y la ciencia y la técnica está, de momento, del lado de Estados Unidos y son los que mejor se están adaptando a los nuevos tiempos
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La batalla de precios que inició Arabia Saudita se ha convertido en una guerra tecnológica. Foto: Getty Images
La batalla de precios que inició Arabia Saudita se ha convertido en una guerra tecnológica. Foto: Getty Images

CIUDAD DE MÉXICO.-Las guerras las gana la tecnología. Desde Alejandro Magno, que levantó su imperio gracias a sus organizadas falanges provistas de largas lanzas que lo convertía en un ejército invulnerable, hasta la bomba atómica de la Segunda Guerra Mundial, los avances tecnológicos fueron fundamentales para la victoria.

De hecho, la innovación será clave en esta guerra de petroprecios que está librando la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), encabezada por Arabia Saudí, contra Estados Unidos y su método de fracking, el proceso de fracturación hidráulica a través de pozos horizontales que permite extraer petróleo en territorios antes inaccesibles.

En estas páginas ya nos hemos referido a esta guerra de petroprecios en la que está inmersa el mundo: pese a la sobreabundancia de crudo, la OPEP se ha resistido a recortar la producción de petróleo ante el temor de que sus competidores le arrebaten cuota de mercado.

Por el contrario, la estrategia ha sido la opuesta: bombear más crudo con el objeto de derribar los precios del barril y torpedear las inversiones estadunidenses, la cuales dejarían de ser rentables con cotizaciones del petróleo demasiado bajas.

Las grandes empresas de petróleo shale o de lutitas estadunidenses, que vivían en la opulencia cuando el barril de crudo se negociaba en 100 dólares, de repente enfrentaron serios apuros al tener que vender el barril a la mitad de precio: resultaba que extraer un barril del subsuelo, mediante las costosas técnicas de fracking, les salía más caro que los ingresos que percibían al venderlo. Eso llevó a muchas compañías de petróleo shale a cerrar las plataformas petroleras que dejaron de ser rentables.

Cifras récord

Sin embargo, en los últimos tiempos se ha producido una aparente contradicción: pese a que en Estados Unidos las empresas petroleras se han replegado ante el ataque de precios de la OPEP, pese a que han recortado el gasto y han cerrado plataformas petroleras a un ritmo vertiginoso, la producción de crudo apenas se ha inmutado y permanece muy cerca de sus niveles récord.

En efecto, cerca de mil plataformas han cerrado en los últimos meses: mientras en octubre del año pasado llegaron a operar un máximo de mil 609 plataformas, a finales de junio sólo funcionaban 628, según el conteo que realiza la firma Baker Hughes.

Ahora bien, la producción de crudo estadunidense apenas resintió el brutal cierre de plataformas. Es más, en un principio, y desafiando las expectativas, siguió incrementándose al pasar de 9.135 millones de barriles al día en octubre a un máximo de 9.693 millones en marzo. Sólo después se ha desvanecido ligeramente para situarse en 9.511 millones de barriles al día en mayo.

Mejorar la eficiencia y producir más

Ese comportamiento de la producción de crudo parece inconsistente con el masivo cierre de plataformas en Estados Unidos. Sin embargo, esa paradoja empieza a encontrar sentido ahora que las empresas de petróleo shale están publicando sus reportes corporativos para el segundo trimestre.

Es conocido que es en los peores momentos cuando más aflora y se agudiza el ingenio. Mientras las empresas petroleras flotaban en la abundancia, cuando el barril cotizaba en 100 dólares, había pocos incentivos para abaratar los costos: las cuentas eran extraordinarias y las utilidades formidables.

Pero todo cambió cuando el barril de petróleo se hundió por debajo de 50 dólares. Forzados por las circunstancias, los directivos se subieron las mangas, y se pusieron a trabajar para innovar y hacer más eficientes los procesos de producción, lo que les ha permitido bombear petróleo de manera más rápida y barata.

Ésa fue la forma más sensata que las empresas encontraron para contrarrestar la caída de ingresos derivada del desplome del precio del petróleo: bombear más crudo. Extraer más barriles allí dónde es rentable a los actuales precios y lograr rentabilizar algunas plataformas haciendo más eficiente la producción y abaratando los costos.

Sí, con esa estrategia la sobre abundancia de petróleo no se mitiga y los precios del petróleo siguen descendiendo, tal y como ha sucedido en las últimas semanas. Pero esto es la guerra y detenerse significa perder el combate y que un rival ocupe tu lugar.

La consecuencia es que, en medio de la severidad en la que ahora vive esta industria, las compañías de petróleo shale han sobrevivido a los bombardeos de la OPEP mejor de lo que se podía imaginar hasta el punto de que algunas empresas están elevando sus pronósticos de producción para todo el año.

Ajustes de los corporativos

Así, Devon Energy, una de las empresas líderes del sector, está extrayendo crudo a un ritmo récord y prevé producir en este año 35 por ciento más que en todo el año previo; Whiting Petroleum, el mayor productor de petróleo shale en Dakota del Norte, bombeó 170 mil barriles al día en el segundo trimestre, lo que también supone un máximo histórico para la compañía; la texana Anadarko Petroleum, gracias a las mejoras en innovación y eficiencia, ha logrado duplicar en algunas regiones el número de pozos perforados en una misma plataforma. Tal es el caso de su plataforma en el campo petrolero de Wattenberg, Colorado, donde ahora perfora 70 pozos cuando hace un año sólo trabajaba en 35; otra texana, Pioneer Natural Resources, también estima incrementar su producción en diez por ciento respecto al año pasado.

Si observamos los datos de la Agencia de Información de Energía se llega a la misma conclusión. En las principales cuencas petroleras de shale, esto es, la Formación Bakken de Dakota del Norte, la de Eagle Ford en Texas o la Marcellus en los Apalaches, las plataformas petroleras han disminuido entre octubre del año pasado y junio de este año, pero la nueva perforación de pozos petroleros en las ya existentes junto con una mayor eficiencia ha permitido que la producción total se incrementara en todos los casos durante ese periodo.

Claro, que eso no es más que una forma de resistir, la única que les queda. Mejorar la eficiencia y producir más es el modo que tienen para tratar de sostener los ingresos y limitar las pérdidas.

El que mejor y antes lo haga, será el que podrá sobrevivir en este ambiente hostil de precios bajos. Entre tanto, la caída de los ingresos y de los beneficios (o directamente, las pérdidas que están registrando algunas petroleras) hace estragos en sus acciones. Whiting Petroleum, en el último año, se ha despeñado 79 por ciento, Pioneer 39 por ciento, Devon Energy 37 por ciento y Anadarko Petroleum 32 por ciento. Una buena masacre.

En busca de protección

La guerra todavía no ha terminado. El año que viene será de nuevo complicado. Muchas petroleras, al igual que México, podían contar con coberturas que han salvaguardado sus ingresos en 2015.

Pero en 2016, con las coberturas vencidas, tendrán que enfrentar, de lleno, la caída libre del precio del petróleo que se ha registrado durante el último año.

Dicho esto, Estados Unidos va en camino de derrotar a la OPEP. La batalla de precios que inició Arabia Saudita se ha convertido en una guerra tecnológica, y la ciencia y la técnica está, de momento, del lado de Estados Unidos y son los que mejor se están adaptando a los nuevos tiempos.

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