Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

2 Sep, 2015

Autobiografías

Alguna extraña fascinación deben provocar los dulces mexicanos en los jóvenes de habla inglesa. Al menos en los últimos dos años abundan los videos, con cientos de miles de reproducciones cada uno, en los que adolescentes estadunidenses o británicos sufren jocosamente mientras experimentan el sabor de alguna golosina picante.

Un ejemplo reciente de esta moda es el corto Trying Mexican Candy, de cuatro minutos de duración, posteado el 18 de julio y con más de 600 mil vistas desde entonces. Está  protagonizado por Jenn McAllister, estadunidense de 19 años quien asumió el reto de probar caramelos autóctonos durante unas breves vacaciones con un par de amigos en Los Cabos, y en las que su exigente paladar dio su aprobación a unas suavicremas de fresa.

Confieso que éste es uno de esos fenómenos en los que declaro mi completo desfase generacional: no comprendo cómo éste y otros videos de discutible humor y escasa sustancia han entronizado a personajes como McAllister quien, con el nombre de usuario Jennxpenn, ha construido desde hace siete años en YouTube el reality show de su propia vida, con una audiencia que hoy alcanza la respetable cantidad de dos millones 120 mil suscriptores.

Como buena representante de una generación de vloggers que mantiene bastante entretenidos a millones de adolescentes adictos a la red, Jennxpenn comenzó a cosechar fama con su sitio personal de videos caseros y luego adquirió estatus de celebridad tras integrarse al canal AwesomenessTV, financiado por las corporaciones DreamWorks y Hearst y que la motivaron a mudarse de su natal Pensilvania a Los Ángeles. Y ya tomándose demasiado en serio su papel de líder de opinión, acaba de lanzar el pasado 25 de agosto el libro que resume su ideario: Really Profesional Internet Person (Editorial Scholastic Inc., 2015).

Resumir, en realidad, no es un verbo preciso: lo que más bien hace Jennxpenn en su autobiografía es contar con lujo de detalle hasta la más intrascendente anécdota de su vida (que en realidad deben serlo todas), en la que internet tiene un peso decisivo, al grado de que lo considera su novio, tal como lo explica en uno de los capítulos.

La estructura narrativa del volumen (por llamarla de alguna forma) alterna interminables párrafos sobre su vida romántica y “profesional” con una serie de listicles en las que expone su filosofía: desde las 10 mejores cosas que no deberían importar a los estudiantes que dejan el high school hasta las 10 mejores partes del mejor verano que vivió. En este último top incluyó las “fiestas” –así, en español– amenizadas con comida mexicana y en las que admite que aprendió a preparar “killer salsa”. Como toda autora que se respete, Jennxpenn emprendió una gira de presentaciones en librerías, actualmente en curso, con firma de ejemplares y foto incluida.

En realidad, Really Profesional Internet Person es el más reciente ejemplo de una tendencia descrita por la reportera Carolynn Kellogg en una nota de Los Angeles Times, que desde el título se pregunta si las estrellas de YouTube serán capaces de salvar a la industria editorial.

Además de referirse a Jennxpenn, el texto cita el caso del videojugador sueco Felix Kjellberg, que conocido con el nombre PewDiePie congrega en su videoblog a 39 millones de fieles, cifra superior a los fans sumados de Taylor Swift y One Direction. El 20 de octubre saldrá a la venta This books loves you (Penguin Group, 2015), una colección de frases inspiradoras y edificantes de pretendido humor fresco como ésta: “No trates de ser tú mismo. Mejor sé una pizza: todo mundo ama las pizzas”.

Ambos volúmenes siguen los pasos de Justine Ezarik, otra célebre vlogger oriunda de Pensilvania, que en junio publicó I, Justine: An Analog Memoir, una especie de “detrás de escenas” de su prolífica actividad en línea. Y en ese mismo tono desenfadado lo antecedió Shane Dawson, cuyas memorias tituladas I hate myselfie (Simon and Schuster) debutaron en marzo en el primer lugar de ventas de las librerías Barnes and Noble. Un éxito similar obtuvo Mamrie Hart con You deserve a drink (Penguin). Todos con un denominador común: contar historias de vida reales con mensajes motivacionales en un tono de amabilidad y comedia.

¿Cómo llamar a este nuevo género de literatura? Fácil: de superación personal... en el número de seguidores.

*marco.gonsen@gimm.com.mx

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube