Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

18 Sep, 2015

Las 10 mejores maneras para no descansar en paz

Si el vertiginoso ritmo de la vida moderna te ha mal acostumbrado y quieres pasar una eternidad, literalmente, revolcándote en tu tumba, viendo desde el cielo cómo tus seres queridos tienen que enfrentar decenas de trámites y cómo enfrentan problemas y preocupaciones que pudieran haber sido evitados, lee estos diez consejos. Te aseguro que si los sigues al pie de la letra podrás asegurar una vida eterna igualita a la que se vive en la tierra: llena de preocupaciones, gastritis y estrés. Regla de vida: Deje para mañana lo que debes hacer hoy.

1.- No estés preparado: ¿Para qué? Suficiente tiene uno que hacer en el día como para preocuparse por temas tan triviales como el hacer un testamento. Después de todo, uno tiene la vida comprada. Hay que vivir al día sin preocuparse por la seguridad y la tranquilidad de los seres queridos. Honestamente, uno puede controlar perfectamente bien lo que va a pasar cuando uno falte, no hay necesidad de dejar nada oficializado por escrito.

2.- Utiliza un machote para hacer tu plan testamentario: La manera más inteligente para hacer un plan testamentario es no adecuarlo a tus necesidades particulares (acaso no dicen que todos los seres humanos somos iguales). A pesar de que hoy en día existen varias opciones para adecuar los planes testamentarios a la medida de tus necesidades, no las estudies,  no vale la pena.

3.-No cuentes lo que tienes (es de mala suerte): El hacer un inventario de tus bienes (dinero, inversiones, participación en negocios, activos físicos de valor) es una llamada al mal de ojo. Definitivamente no hagas una lista de lo que posees, el chiste es no tener una visión clara y actualizada de tu patrimonio. Si haces un testamento, hazlo al “ahí se va”. Si se te olvida incluir en su testamento algún bien que desees heredar de manera particular, ya ni modo.

4.-No compartas con nadie tus decisiones: El hermetismo siempre ha sido una herramienta muy útil en cualquier situación. Ni siquiera te tomes la molestia de informar a una persona cercana de la existencia de un testamento (aunque no reveles su contenido) y nunca expliques a tus seres queridos que mecánica seguir en el momento qué sea necesario tramitar la sucesión. Que se las arreglen solitos, ya están grandecitos.

5.-Los seguros de vida no sirven para nada: La mejor política es pensar que si llegaras a faltar la vida de tus seres queridos va a convertirse en una historia de película con un final feliz, en donde nadie, en especial tus dependientes económicos, va a pasar penurias. Comprar un seguro de vida es un gasto innecesario que no vale la pena realizar.

6.- Olvida tus deudas: Si has contratado créditos o préstamos de algún tipo despreocúpate; no averigües cuales son las políticas que tienen aparejados estos en el caso de que fallezcas (muchas tienen un seguro de vida incluido para solventar el pago del crédito). Imagínate lo “cómico” de una situación si tu familia no pueda enfrentar el pago de la hipoteca.

7.-Las cajas de seguridad deben ser secretas: No informes a nadie sobre la existencia de cajas de seguridad en donde tengas depositados artículos de valor, llévate el secreto a la tumba. Y, por ningún motivo, otorgues a nadie una firma facultada para poder entrar a la caja de seguridad.

8.-No actualices tus decisiones (lo mejor es vivir en el pasado): Cualquiera que sea tu plan testamentario, éste debe ser estático e inamovible, por ningún motivo lo debes adecuar a los cambios que vas teniendo su vida (ni en beneficiarios, ni en bienes ni en condiciones especiales).

9.-Hágalo usted mismo: el que no oye consejo... es porque es el más inteligente. Los profesionales que existen para asesorarte (notarios, abogados o expertos en fideicomisos) sólo buscan sacarte dinero y ¿qué pueden saber ellos que usted no sepa mejor? (leer y entender los códigos y leyes de México, es facilísimo) No gastes dinero en consejos inútiles, que no hacen ninguna diferencia. Deja una servilleta con las instrucciones, suficiente.

10.- Lo más importante es el dinero: Si realizas un plan testamentario dedícalo exclusivamente a definir lo que pasará con las cosas realmente valiosas de la vida (dinero, bienes, negocios). Si tienes hijos menores de edad o que por alguna razón sigan dependiendo de ti, deja su suerte a la buena voluntad de la gente que los rodea. No pienses mucho en a quien otorgar la tutoría. Lo que es más, nunca preguntes a estos “tutores designados” si tienen la capacidad y/o la voluntad de cuidar de ellos. Lo mejor es que les caiga de sorpresa. ¡Como en las películas!

Siguiendo estos sencillos pasos podrás tener la certidumbre de que nadie se va a olvidar de ti, la gente lo va a recordar todos los días (a lo mejor no en los mejores términos,  pero lo importante es la cantidad de recuerdos, no la calidad); y vas a poder ver desde el cielo, como todo lo que luchaste para construir en vida (tanto material como familiarmente) se deshace poco a poco.

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