Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

26 Sep, 2015

Pensamientos sobre Brasil

Hace cinco años las principales preocupaciones sobre la economía global estaban concentradas en los países desarrollados. En particular preocupaba su nivel de desempleo, caída en el PIB y déficit público. Las economías en desarrollo tenían un buen desempeño y se veía con optimismo su comportamiento futuro.

Hoy el escenario es distinto para ambos. En la economía norteamericana hay una percepción favorable sobre su recuperación. En la economía europea se percibe una evolución favorable, aunque más lenta con el claroscuro de Grecia.

En contraste, hay preocupación sobre las economías en desarrollo. Hace algunas semanas comentaba sobre lo que está pasando con la desaceleración en China.

Hoy me voy a enfocar en lo que está sucediendo en Brasil. Lo que ha venido pasando en ese país es una señal de lo que le puede suceder a México en caso de no tener un buen manejo de su economía ni resolver nuestros problemas estructurales.

La economía brasileña es muy dependiente de la exportación de varias materias primas. Incluyen productos agropecuarios, minerales y petróleo. Con el comportamiento de los precios en buena parte de estos mercados, lo que resulta es un menor ingreso por sus exportaciones.

Lo que vive Brasil es la reversa de un ciclo muy positivo que vivió los últimos años. En ese momento lo que sucedió es que exportando lo mismo podían comprar más bienes en el exterior. Los economistas le llamamos términos de intercambio. Observamos que el ciclo de la economía brasileña ha estado vinculado a esta variable.

El punto relevante es qué hizo Brasil con los recursos que obtuvieron en los años de buenos términos de intercambio. La respuesta es que la mayoría se lo gastaron. Dos ejemplos de gasto excesivo: el Mundial y las Olimpiadas que serán el próximo año.

El gobierno lo que está planteando en su manejo fiscal es incurrir en déficits para el 2016. Hay analistas que están proyectando que el déficit del gobierno esté en niveles de 9%, es decir, cercano al triple que se observó en 2013. El resultado de este alto gasto y un déficit público es más deuda. El indicador de deuda bruta como porcentaje del PIB a crecido los últimos años poco más de diez puntos del producto.

Además de los datos económicos duros, el otro tema que ha sido noticia es el de los escándalos de corrupción. Funcionarios públicos federales y de la empresa estatal de petróleo han sido procesados y hay varios en la cárcel.

Se está generando la percepción de que se está actuando para resolver el tema de la corrupción, pero sigue existiendo la percepción de que la manera de hacer negocio en Brasil no ha cambiado.

México tiene una diferencia importante, ya que más que exportador de materias primas lo somos de manufacturas. Esto nos da una protección parcial en este ciclo. Sin embargo, el problema de gasto público, mayor deuda y corrupción lo tenemos.

Ante este escenario de debilidad, una calificadora de valores hace días redujo la deuda soberana de Brasil de nivel grado de inversión a nivel especulativo. Las otras dos calificadoras no han modificado su visión.

Esta situación la interpreto como un aviso de lo que nos puede pasar si no atendemos nuestras debilidades de manera decidida.

*Director general del FUNDEF

guillermozamarripa@itam.mx

 

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