México elude crisis de América Latina

Si el país está saliendo relativamente ileso es porque su economía no depende tanto de las exportaciones de materias primas como las de otras naciones de la región, lo que la hace también menos vulnerable a los vaivenes de los precios de los commodities.
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Foto: Thinkstock
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Este fin de semana se congregarán en Lima, Perú, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial para su reunión anual, un buen momento para regresar a Latinoamérica, una región que se ha erigido como uno de los focos de preocupación internacional. El FMI estima que la economía de Latinoamérica y el Caribe, en su conjunto, se deprima un 0.3% en el 2015, es decir, que entre en recesión. Esto no pasaba desde la crisis de 2009, cuando el PIB se contrajo un 1.3%. Brasil, la economía más grande de la región, atraviesa su peor crisis en 25 años, y su PIB se estima se hunda un 3.0% este año. La economía venezolana se despedaza y podría derrumbarse un 10% en el 2015. Y Argentina lleva dos años completamente estancada. Todos los países se enfriaron respecto al ritmo de crecimiento observado en el 2014 y además tendrán su peor desempeño desde la Gran Recesión de 2009. ¿Todos? Bueno, no todos. México, la segunda economía de Latinoamérica, resistirá la tendencia a la baja que se observa entre sus pares latinoamericanos.

El FMI pronostica que la economía mexicana se expanda un 2.3% en el 2015, lo que supone una ligera mejoría respecto al 2014 (+2.1%). Entre las grandes economías de la zona, hay otra que también sobresale: se trata de Chile. Su PIB podría crecer este año un 2.3%, una pequeña aceleración respecto al 1.9% del año previo. Perú también logra salir bastante ileso: crecerá a una tasa de 2.4%, sin cambios respecto al año previo. Pero el resto de economías sufrirán un serio varapalo: Colombia se expandirá un 2.5%, lo que significará un fuerte frenazo respecto a la tasa de 4.6% de 2014. Lo mismo pasaría con Paraguay, que se desaceleraría a 3.0% comparado con el 4.4% del año previo, y con Uruguay, cuyo ritmo de crecimiento en 2015 (+2.5%) contrastaría con un 3.5% del año anterior. Los que más padecerán, sin embargo, son Brasil y Venezuela, junto con Ecuador. Ese comportamiento explica que toda la región, tras crecer 1.3% en el 2014, se contraiga un 0.3% en 2015.

ESTABILIDAD

¿Por qué México ha logrado sortear los estragos de la región? Las calamidades han llegado a Latinoamérica, según el FMI, por el desplome de los precios de las materias primas ocasionado por la desaceleración de China y la sobreoferta de petróleo en el mundo, lo que ha devastado las cuentas fiscales y externas de los países latinoamericanos, cuyo modelo de crecimiento se basa en exportar materias primas.

Ahora bien, si México está saliendo relativamente ileso es porque su economía no depende tanto de las exportaciones de materias primas como las de otras naciones de la región, lo que la hace también menos vulnerable a los vaivenes de los precios de los commodities. Tanto es así que ni el FMI parece considerarlo un país exportador de materias primas. En uno de los documentos publicado estos días y titulado “Ajustándose a unos menores precios de las materias primas”, el FMI establece una relación de los países emergentes exportadores de materias primas en el que omite a México. Entre los países latinoamericanos, aparece Venezuela, cuyas exportaciones de materias primas representan el 87.1% de las exportaciones totales, Ecuador (79%), Colombia (58.5%) o Brasil (45.3%). Pero no México. Y no es para menos: las exportaciones petroleras de México, en el 2014, representaron apenas un 10.7% de las exportaciones totales en el 2014.  Y si le sumamos las exportaciones mineras y las agropecuarias, apenas se alcanzaría un 15%. En el 2008, justo antes de la crisis, el panorama era algo distinto: sólo las exportaciones petroleras representaban un 17.4% del total.

Por tanto, México es menos vulnerable que en el pasado a la volatilidad del precio del crudo, y lo es, actualmente, mucho menos que otros países de la región. Una de las razones de esa menor dependencia es buena, y la otra es mala. La buena es que México se ha enfocado en vender manufactura a Estados Unidos, incluyendo a la boyante industria automotriz, y lo hace a un ritmo récord. En el 2014, las exportaciones manufactureras representaron el 85% de las ventas totales al exterior. La mala es que la menor presencia de las exportaciones petroleras se debe al deterioro de la plataforma de producción, que ha venido languideciendo, y a la menor demanda de barriles de Estados Unidos. Si en el 2005 México exportaba 1.870 millones de barriles al día (mbd), en el 2014 apenas vendía 1.142 mbd. Si a eso sumamos la caída del precio del barril, su peso en las exportaciones totales ha decaído notablemente.

CUENTA CORRIENTE

Esa menor vulnerabilidad se ve reflejada en el comportamiento de la cuenta corriente: el déficit de México en el 2014 fue de 1.9% del PIB, nada que ver con el de Colombia (-5.2%), Brasil (-4.4%) o Perú (-4.0%). Para este año se estima que el déficit corriente de México se deteriore a -2.4% del PIB, algo que todavía se puede financiar sin grandes dificultades. Distinto es el caso de Colombia, donde se puede trepar a -6.2% del PIB, en tanto el de Brasil, en medio de la recesión, podría corregirse ligeramente a -4.0% del PIB. En el caso de Venezuela, se pasó de un superávit de 5.3% del PIB en el 2014 a un déficit de -3.0%. Viendo esos desequilibrios, no es casualidad que durante el último año, la divisa más golpeada haya sido el real brasileño (-38.2%) seguido del peso colombiano (-30.1%). El bolívar de Venezuela mantiene su tipo de cambio oficial en un nivel fijo de 6.3 bolívares, si bien en el mercado negro ronda los 768 bolívares. En cambio, la depreciación del peso durante los últimos 12 meses no llega al 20%.

A su vez, aquellos países donde más se ha debilitado la divisa es donde más presiones inflacionarias han surgido. Venezuela es un desastre: la inflación el año pasado fue de 62.2%. Pero para este año se estima en casi 160%, y para el año que viene se prevé que supere el 200%. En Brasil, la inflación se ha elevado de 6.3% en el 2014 a un pronóstico de 8.9% para este año, en tanto en Colombia repuntó de 2.9% a 4.4%. En México, por el contrario, la tendencia fue la contraria: de una inflación de 4.0% en el 2014, se estima que este año se reduzca a 2.8%.

CONSECUENCIAS

Las implicaciones de política monetaria también son claras: el Banco Central de Brasil ha tenido que incrementar la tasa de referencia durante el último año en 7 ocasiones por un total de 3.25 puntos porcentuales para llevarlas a 14.25%. Además, Perú y Colombia subieron tasas en septiembre, decisiones que socavan la recuperación de la economía.

Por tanto, México está saliendo airoso. Su menor dependencia de las exportaciones de materias primas y su proximidad con Estados Unidos le está permitiendo sortear mejor la crisis. Ahora bien, lo más que puede presumir es su estabilidad. Pese a que varios países de la región se están desacelerando, sus tasas de crecimiento igualan o superan a México. Y sobre todo, el boom de las materias primas lo supieron aprovechar mejor en un momento en el que México perdía protagonismo: si excluimos el año 2009, donde México sufrió la peor recesión de la región, su promedio de crecimiento entre 2010 y 2015 ha sido de 3.5%, y salvo Venezuela y Brasil, le superan todos los demás.    

* Director de llamadinero.com

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