Opinión del experto

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13 Oct, 2015

Angus Deaton se lleva el Nobel

Por Viridiana Ríos*

El premio Sveriges Riksbank a las ciencias económicas otorgado anualmente en honor a Alfred Nobel y conocido popularmente como el “Nobel de Economía”,  le fue otorgado este año a Angus Deaton, profesor del departamento de economía de la Universidad de Princeton, por sus análisis sobre consumo, pobreza y bienestar utilizando información micro y no como se hacía antes de su investigación, con estadísticas macro.

Entre sus principales contribuciones se encuentra la de realizar, por primera vez, algo que hoy nos parece cotidiano: el estudio del desarrollo económico por medio de datos individuales obtenidos a través de encuestas, en vez de solamente con estudios amplios de cuentas nacionales. Dicha herramienta ha permitido el proceso de muchas de las políticas que actualmente se utilizan en organismos internacionales como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo, permitiendo que se ejecuten y evalúen políticas públicas de alivio a la pobreza. Es por ello que,  en cierta forma, el Premio Nobel que hoy se entrega es un reconocimiento, no a la economía teórica, sino a su aplicación empírica, una bofetada con guante blanco a quien desestima el trabajo de organismos internacionales como “poco serio” para la disciplina económica.

El trabajo más temprano emprendido por Angus Deaton se concentró en estimar cómo la demanda de un bien depende no sólo del precio de dicho bien, sino también de los ingresos individuales de quienes lo consumen. Con ello sentó la base para estudiar a detalle los ingresos individuales de las personas, y no sólo, como se había hecho hasta entonces, los ingresos totales existentes en una economía en las cuentas nacionales.

Sus estudios tempranos lo llevaron a concluir, casi una década después, que la forma en la que los individuos adaptan sus patrones de consumo a cambios en su ingreso no se refleja en patrones similares de movimiento en los ingresos totales de una economía. Es por ello que el uso exclusivo de cuentas nacionales para tratar de entender asuntos como la pobreza o el bienestar pueden ocultar información sobre cuántos pobres existían y dónde se ubicaban. A razón de sus estudios, por ejemplo, pudimos darnos cuenta de que el número de pobres en India era mayor de lo que se había podido estimar con las cuentas nacionales, lográndose incrementar en gran medida el gasto para el alivio de la pobreza en dicho país y también su focalización. El estudio de la pobreza, por tanto, debe hacerse con datos micro (encuestas o censos), no solamente con datos agregados.

Deaton mostró cómo medidas de consumo individual por hogar pueden ser utilizados para entender el desarrollo económico a más detalle. Utilizó extensamente encuestas de opinión para mostrar cómo funciona el consumo calórico entre los pobres e incluso, si existe o no discriminación de género, en el gasto de las familias más pobres. Mostró, por ejemplo, que era falso que los pobres no podían trabajar porque su falta de consumo calórico les impedía tener la energía suficiente como para poder emplearse en el trabajo físico. Los pobres pueden y logran alimentarse, sólo que lo hacen con un contenido nutricional muy pobre, lo que los deja desnutridos.

En su último libro, Deaton toca el tema de la desigualdad, discutiendo cómo ésta se ha detonado alarmantemente en EU. Asimismo, muestra cómo las principales reducciones en pobreza no se deben al incremento de la ayuda internacional, sino a la apertura comercial y a los avances de la medicina. En su último artículo, explora medidas de bienestar subjetivas.

Al conocer los resultados del Nobel, Angus Deaton, de 69 años, dijo que no esperaba recibir el premio ya que  muchas otras personas también son merecedoras del galardón y confesó que no tenía planeada ninguna celebración específica sino que, por el contrario, solamente esperaba “que este no sea un sueño del cual vaya a despertar”. El premio es de casi un millón de dólares.

Con este premio, la Universidad de Princeton se lleva su décimo segundo Premio Nobel de Economía, cinco de los cuales han ocurrido en la última década. El último miembro de Princeton, ya sea profesor o estudiante, en ganar el nobel había sido Lloyd Shapley (en conjunto con Alvin E. Roth), quien estudió su doctorado en Princeton en 1953 y fue galardonado con el premio en 2012. Angus Deaton ha sido profesor de Princeton desde 1983.

El que el Premio Nobel le haya sido otorgado a Deaton en exclusiva, sin coautores o compañeros de galardón, lo hace particularmente relevante. El premio ha sido otorgado un total de 47 veces desde 1968. Sin embargo, el número total de individuos galardonados es de 76, casi el doble, debido a que solamente en 24 ocasiones el premio le ha sido dado a una persona en exclusiva y no a un par de personas, o incluso a tres laureados al mismo tiempo.

Sin embargo, el que el premio le haya sido entregado a Deaton también contribuye con una larga tradición de falta de diversidad de género en la disciplina económica. Considerando las cinco disciplinas que reciben el Premio Nobel (química, física, medicina, literatura y paz) y la economía, los galardones han sido entregados a 900 personas, de las cuales sólo 47 han sido mujeres. De las 47 mujeres, sólo una, Elinor Ostrom, lo ha ganado en economía. Ello convierte a la economía en la ciencia más machista de las ciencias. Incluso la física ha tenido a dos mujeres gananadoras del premio: Maria Goeppert Mayer, en 1963, y Marie Curie, en 1903.

 

           *Directora general de

           México ¿Cómo Vamos?

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       viridianarios@gmail.com

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