Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

4 Nov, 2015

Fallout Shelter

Mañana se cumplirán 80 años de que la antigua empresa de juegos de mesa Parker Brothers negoció adquirir la patente de The Landlord’s Game, una diversión consistente en simular transacciones con inmuebles. Con sólo un módico pago de 500 dólares en efectivo, aquella firma –hoy propiedad de Hasbro– concretó la operación y pudo así comercializar libremente la más lucrativa de sus franquicias: Monopoly.

La anécdota contada por Philip E. Orbanes en el libro Monopoly: The world’s most famous game - And how it got that way (Da Capo Press, 2006) revela cómo en la industria del entretenimiento fue posible amasar una fortuna con una inversión minúscula, tal como lo logró aquel tablero que generó en sus primeros usuarios la ilusión de sentirse pudiente en los años que siguieron a la Gran Depresión de 1929 en Estados Unidos. En más de un sentido, una dinámica similar de hacer mucho con poco se ha replicado con los juegos para teléfonos móviles, y uno de los ejemplos más recientes es Fallout Shelter, un título cuyos personajes, por cierto, están caricaturizados con el antiguo estilo gráfico de Rich Uncle Pennybags, el viejito de bigote blanco y vestido de frac y sombrero de copa que desde siempre ha sido el símbolo de Monopoly. Desarrollado por el estudio Bethesda, Fallout Shelter desafía al jugador a hacerse responsable de una comunidad a la que debe proteger de la radiación nuclear dentro de un refugio instalado en el interior de una colina. Para ello, se le nombra supervisor y se le asigna a un grupo de moradores, a los que debe colocar en distintos alojamientos, cuidar de ellos, mantenerlos bien alimentados e incluso procurar que tengan hijos para repoblar la tierra.

El supervisor debe ser lo suficientemente hábil para ubicar a cada morador en el alojamiento en el que mejor pueda desempeñarse para producir el agua, la comida y la energía necesarios para la supervivencia. En el arranque del juego cuenta con un número inicial de chapas (equivalente a monedas), con las que va gestionando los diversos recursos. Si adopta buenas decisiones, al final del día será recompensado con chapas que le permitan continuar su labor. Pero, si se equivoca, provocará incendios, accidentes, pérdida de energía, exposición de moradores a la radiación y agotamiento de chapas. En caso de extrema urgencia, el supervisor tendrá a la mano la posibilidad de allegarse más recursos... comprándolos con dinero real. Para ello están a la venta cuatro modelos distintos de tarteras (loncheras, pues), a 15 pesos la más barata y a 299 la más cara.

En realidad, Fallout Shelter es una especie de precuela juguetona de Fallout 4, la más reciente entrega de una saga para consolas que surgió en 1997 y que, con gráficos mucho más sofisticados, reta al gamer a diseñar estrategias de supervivencia en un planeta arrasado por la guerra nuclear, y en la que la tarea de diseñar los refugios fue comisionada a una corporación ficticia llamada Vault-Tec.

Fallout 4 es esperado por toda una legión de cultistas que estarán atentos a su lanzamiento el próximo 10 de noviembre, y entre las promociones previas está una edición de colección de Monopoly dedicada a Fallout Shelter, en la que la figura del viejito rico ha sido sustituida por la de un empleado de Vault-Tec. En esta edición, se sustituye la lógica del juego de comprar propiedades por la de conseguir recursos para el refugio, para lo que se utilizan chapas en lugar de billetes.

Ganador del premio Golden Joystick, entregado el pasado viernes al mejor juego de 2015 para móviles, Fallout Shelter tiene el mérito adicional de haber llevado su profecía al negocio free-to-play, modalidad en la que se descarga el juego gratuitamente y sólo hay necesidad de gastar dinero si la adicción y la falta de habilidad así lo exigen. Una vía que han seguido otras franquicias en las que ya no es necesario pagar el juego completo, como FIFA y Guitar Hero Live, sino que el disfrute pleno pasa por adquirir tarjetas de jugadores o pases de fiesta, respectivamente.

En sus primeros dos días en la App Store, Fallout Shelter desplazó momentáneamente en descargas a Candy Crush, cuyo desarrollador fue adquirido ayer por Activision Blizzard por la módica cantidad de cinco mil 900 millones de dólares. Ganancias de ese tipo por un simple juego deben ser algún signo del apocalipsis.    

                marco.gonsen@gimm.com.mx

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